¡Los germinados están listos para comer! Efectivamente, cociéndolos perderíamos gran parte de sus vitaminas.
Y es que estas semillas germinadas son alimentos con un potente valor nutricional, ya que albergan la vida de una futura planta y por ello, están cargadas de nutrientes interesantes.
Gracias a la humedad y a un ambiente cálido, las semillas germinan, rompiéndose su cubierta externa; de este modo se hacen disponibles todos sus beneficios.
¡Pero no solo eso! Como consecuencia de la germinación, sus nutrientes complejos consiguen hacerse más sencillos, ahorrándole mucho trabajo a nuestra digestión.
En el caso de las lentejas, por ejemplo, esto sucede porque el almidón que contienen (una molécula muy difícil de romper por nuestro organismo) se va deshaciendo gracias a la germinación.
Además, aparecen vitaminas muy interesantes como la C o las del grupo B.
Sé creativo y úsalos para acompañar cremas, tostadas y ensaladas. ¡Incluso triturados en una mayonesa ligera! En todos los casos les darán un toque de sabor magnífico y una apariencia deliciosa.