No es tan sencillo como eso. A la hora de buscar qué fruto seco es más fácil de digerir, debemos focalizar la atención en cómo lo comemos más que en qué tipo comemos.
Elige frutos secos al natural, siempre nos van a sentar mucho mejor que los fritos, cargados de sal añadida y aceites refinados más pesados de digerir.
La cantidad importa. Por muy saludables que sean las grasas de los frutos secos, si nos ponemos las botas con nueces, vamos a tener una digestión algo pesada. ¡Esto, sin mencionar su elevado contenido en fibra y proteína! Por eso, un puñado equivalente a 30 g es más que suficiente.
Su valor nutricional es muy similar, por lo que no hay muchas diferencias en cuanto a digestión se refiere. Fíjate en estos datos:
- Grasas: 100 g de nueces contienen 64 g de grasa y 100 g de almendras, 45 g.
- Proteínas: las primeras tienen 14 g y las segundas, 19 g.
- Fibra: las cantidades son 5 g y 8 g, respectivamente.
- Calorías: el valor calórico de 100 g de nueces es de 595 kcal; el de 100 g de almendras, 589 kcal.
Ya ves que las diferencias en 30 g serán mínimas. Lo importante es que los comas, así que elige el que más te apetezca.
Frutos secos, yogur y fruta son opciones perfectas de media mañana, pero si quieres salir de la rutina y darte más vidilla siendo igual de saludable, los vegetales encurtidos en vinagre son una opción muy saciante gracias a su acidez: unos pepinillos o unas cebollitas perla son perfectos. Por no hablar de las verduritas baby como las zanahorias o los tomates cherry.