Cómo se hace una mermelada sin azúcar

He dejado de comer mermelada para desayunar porque no quería tomar tanto azúcar. ¿Se pueden preparar caseras y sin endulzar? ¿Cuáles son las claves de un desayuno completo y saludable?

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Marta Verona
Marta Verona

Nutricionista y cocinera

La mitad de la mermelada “clásica” es azúcar. Y es que para que la mermelada dure y dure tiene que llevar azúcar por su capacidad conservante. ¡No solo eso! El azúcar tiene caracter higroscópico, esto quiere decir que tiene la capacidad de absorber agua, lo que le proporciona su textura gelatinosa.

Sin embargo, que no engañen. Con estas mermeladas no estás tomando fruta, estás tomando azúcar con saborizantes y un poquito de fruta. Por eso, si eres de desayunos dulces, hay formas mucho más sanas de hacerlo, e igual de ricas.

Puedes elaborar tu propia mermelada saludable porque el azúcar no es el único ingrediente que puede aportar esa textura de gel ¡también lo consiguen las semillas! En concreto, las de chía. Al mezclarlas con el puré de fruta que más te guste, absorberán su agua, aportándole textura de mermelada.

Si la elaboras tú, esa mermelada no solo será más saludable, también será más nutritiva, ya que las semillas de chía contienen un 30 % de fibra, grasas esenciales y saludables, así como vitaminas antioxidantes y minerales.

No prepares mucha cantidad porque al no tener azúcar ni conservantes artificiales no durará tanto. Haz cantidad para cinco días, el tiempo en que se mantiene en perfecto estado.

A continuación te explico mi receta favorita: mermelada de frambuesas y chía

Para un tarro de 250 ml, necesitas 200 g de frambuesas, 20 g de semillas de chía y 5 g de esencia de vainilla o de canela.

La elaboración es muy sencilla:

  • Cocina a fuego lento 200 g de frambuesas 5 minutos hasta que suelten su líquido.
  • Añade 20 g de semillas de chía y mezcla bien con una cuchara, aplastando las frutas que queden enteras.
  • Agrega 5 g de esencia de vainilla o de canela. Vierte en un tarro y deja que repose 4 horas en la nevera.

Realmente, es importante empezar el día con energía y para quien le guste desayunar dulce, esta mermelada va a ser una muy buena opción.

Recuerda que si nos sentimos saciados desde primera hora del día, es más fácil evitar el gusanillo. Pero como muchas personas se levantan sin hambre y, otras, devoran lo que sea, aquí tienes varias ideas de desayunos entre las que elegir.

Si te apetece desayunar con tostadas:

  • Utiliza pan integral.
  • Prioriza el aceite de oliva virgen extra y el tomate frente a opciones dulces.
  • Si te gusta añadir embutido o queso, que sea magro o tenga poca grasa: una loncha de pavo, queso fresco...

Si eres más de lácteos:

  • Intenta utilizar lácteos fermentados, como el yogur. Es un probiótico, es decir, un alimento que contiene microorganismos vivos y es saludable para nuestro intestino.
  • Que sean enteros. Los desnatados dificultan la absorción del calcio porque no tienen vitamina D, que se encuentra en la grasa y que ayuda a que el calcio pase del intestino a la sangre.

Si te gusta acompañar los lácteos con cereales:

  • Procura que sean integrales y lo más naturales posibles, como unos copos de avena.
  • Si te gusta que sean dulces, crea tu propia granola casera. Podrás elegir los ingredientes más saludables.

Si eres más huevo:

  • Cocínalo a la plancha o cuécelo.
  • Si lo que te gusta es el revuelto, acompáñalo con tomate a la plancha o saltea unos champiñones.
  • ¡No te pases con la sal! Añade también unas especias, como el tomillo, y verás qué rico está.

Si quieres usar más las semillas:

Hazlo correctamente para que que no hagan turismo gastrointestinal. Las semillas son muy resistentes, están diseñadas para ello: en la naturaleza aguantan lluvias, vendavales y el picoteo de los pájaros.

Por eso, si no la masticamos porque es muy pequeña sus paredes resisten a nuestra digestión y no podemos absorber sus nutrientes porque salen tal cual entran.

Para aprovechar el contenido de las semillas pequeñas tenemos que molerlas para romper de forma mecánica su pared o hidratarlas, como esta mermelada de semillas de chía.