Esta es la forma de comer de nuestros antepasados que deberíamos recuperar

Recuperar algunos de los mejores aspectos de la cocina tradicional va a beneficiar a tu salud, a tu economía y al planeta. El secreto: dedica unos minutos más a comprar y a cocinar. ¿No tienes tiempo? Te damos diez argumentos para cambiar de opinión.

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Comer antepasados
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Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Un plato preparado, un menú rápido, comer en restaurantes de comida rápida. Todo eso te permite ganar tiempo. Y será un pan para hoy y hambre para mañana, porque eso hábitos acaban pasando factura a nuestra salud.

Los nutricionistas insisten en que hemos dejado de hacer la dieta tradicional. No es verdad que en España se siga la dieta mediterránea en el sureste, ni la dieta atlántica en el norte. En buena parte se han perdido.

La alimentación clásica afecta de manera beneficiosa incluso a la manera en la que se manifiestan nuestros genes

Y esas sí eran dietas que propiciaron que España fuera de los países donde se vivía más años, una tendencia en retroceso.

Qué beneficios tiene comer como los abuelos

No es cierto que la vida moderna nos haya acercado una alimentación más variada y mejor. Variada, puede. ¿Mejor? No todos los nutricionistas lo ven así. Y estas son las razones que dan para volver a la cocina de antaño.

  • Nos proporciona más nutrientes. Nuestros abuelos no iban a buscar los kiwis de Nueva Zelanda. Los alimentos más cercanos son los que proporcionan más nutrientes. Se recogen en el momento justo y no se pasan semanas antes de llegar a la mesa.
  • Son más baratos. Escoger alimentos de temporada es la manera de garantizar que estamos pagando mejor precio. Nuestros abuelos sabían que las naranjas no son de verano y las fresas no son de invierno, sino de primavera. Si las tomas fuera de época estás pagando químicos y la energía extra que cuestan los invernaderos.
  • Cuidas el planeta. Los alimentos de temporada utilizan menos pesticidas y necesitan menos gasto de transporte, dos factores que aumentan el Co2 y empeoran la crisis climática en que vivimos.
  • Ayudas a tus genes. Los alimentos saludables ayudan a que los genes funcionen de manera correcta en las células. Lo que se conoce como la epigenética. Por ejemplo, se ha visto que una dieta alta en grasas se transmite hasta a tres generaciones y las predispone a la obesidad y diabetes.

Cómo puedo comer como nuestros antepasados

Esa cocina de antaño no tiene más secreto que reducir los alimentos precocinados, la comida industrial y ultraprocesada. Lo has oído mil veces. Parece más fácil de decir que de hacer. Y sin embargo, no es tan complicado.

  • Saca un poco más de tiempo para la alimentación. Seguro que lo tienes si lo piensas. Diez minutos menos en el gimnasio y diez minutos más en la cocina. A tu cuerpo le compensa. No pasa nada por ver una capítulo menos de una serie e ir al mercado en lugar del supermercado de la esquina.
  • Escoge alimentos de temporada. Porque serán los más económicos y los más ricos en nutrientes y en gusto. ¿Necesitas más motivos?
  • Aprovecha los congelados. Sé práctico. Si no puedes ir al mercado a diario, los alimentos congelados son una alternativa saludable para conseguir productos frescos que se preparan rápido.
  • Recurre a los huevos. Durante un tiempo fueron denostados por riesgo de colesterol. Y sin embargo, los estudios niegan que perjudiquen. Al contrario, se cocinan rápido y si variamos y no los hacemos solo fritos, es un alimento muy completo que no engorda, fuente de vitamina D, protector del cerebro, minerales y proteínas.
  • Come tranquilo. No engullas. Comer como los abuelos también es saborear el momento, relacionarse con la familia o los amigos. El aspecto emocional también cuenta para que los alimentos sienten bien. La buena alimentación dispara hormonas de bienestar, como la serotonina.

Qué alimentos están ahora de temporada

Para elegir alimentos de temporada basta que eches un vistazo al mercado y preguntes. Te ayudamos con un rápido listado. Qué tenemos en primavera que está riquísimo:

  • Vegetales como las lechugas, las zanahorias, los rábanos, con los que crear ensaladas frescas. También es tiempo de judías, puerros, espinacas.
  • Es época de pescado azul, como el bonito, la lubina o el boquerón son más abundantes y baratos.
  • En frutas, dejamos los cítricos y obtenemos la vitamina C de las fresas. También es época de albericoques, nísperos y cerezas.

No es necesario convertirse en un talibán de la alimentación. Pequeños cambios como mirar más este listado, o ir menos al restaurante y optar más por la fiambrera a mediodía van a suponer un buen cambio en tu interior.