Por qué estos detalles elevan la glucosa
Puede resultar sorprendente que estos gestos tan dispares puedan alterar la glucosa. Pero todos ellos tienen un elemento en común: interfieren en algún momento en el complejo mecanismo que el organismo pone en marcha para hacer llegar la glucosa a todas las células.
- La glucosa es esencial para todas las células del organismo. Y es que el cuerpo la descompone para obtener la energía que necesita para “funcionar”.
- Cuando comes, los carbohidratos que obtienes a través de los alimentos (no solo del azúcar) pasan a la sangre en forma de glucosa.
La glucosa es básica para que las células funcionen
- La sangre circula con esa glucosa hacia todos los tejidos y sistemas del organismo para que las células puedan repostar este "combustible".
- La insulina, una hormona segregada por el páncreas, actúa como una llave que se acopla al receptor de la insulina (que sería la cerradura) para permitir el paso de la glucosa a la célula y conseguir esa energía.
La insulina "abre" el paso de la glucosa a la célula
- Pero si este proceso falla… la glucosa no puede entrar en las células y se acumula en la sangre. Por ejemplo, en la diabetes 1 lo que suele ocurrir es que el páncreas no produce suficiente insulina y no hay suficientes “llaves” para abrir las cerraduras.
- En la diabetes 2 lo más habitual es que las cerraduras estén defectuosas –o se "atasquen" por la presencia de otras hormonas–, por lo que a la llave le cuesta abrir la puerta (es lo que se conoce como resistencia a la insulina).
- Muchos factores contribuyen a que esas cerraduras no estén en condiciones, lo que explica que los hábitos influyan tanto en el correcto control de la glucosa.