7 cosas (insospechadas) que pueden elevar tu glucosa

Algunos hábitos de vida influyen en la correcta asimilación de la glucosa y predisponen a sufrir diabetes 2, o si ya la tienes, a empeorarla.

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Nuria Blasco

Periodista

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1 | 7 Tomar caramelos contra el catarro

Tanto los caramelos que se usan para aliviar la congestión, como los jarabes con azúcar elevan la glucosa en sangre y empeoran su control en caso de sufrir diabetes. 

  • No abuses de estos fármacos y si eres diabética, pregunta a tu farmacéutico antes de tomarlos.

2 | 7 Comer mucha carne roja

Según un estudio publicado en American Journal of Epidemiology, el elevado consumo de carne roja se relaciona con un mayor riesgo de diabetes. Ocurre por su  alto contenido en hierro hemo, que al parecer interfiere con la producción de insulina.

  • A la hora de elaborar tus menús, decántate por las carnes blancas (como el pollo, el pavo o el conejo).

3 | 7 Los medicamentos diuréticos

Algunos fármacos diuréticos usados, por ejemplo, para el control de la hipertensión pueden elevar el "azúcar" en sangre.

  • Si te los han prescrito, no abandones el tratamiento por tu cuenta. Pregúntale a tu médico cómo puedes contrarrestar su efecto y mantener tu glucosa estable mejorando tus hábitos de vida.

4 | 7 No lavar fruta

Si no lavas la bien frutas y verduras, puedes ingerir pesticidas agrícolas. Y estas sustancias en el organismo, según un estudio español, pueden triplicar el riesgo de padecer diabetes 2.

  • Intenta consumir, en la medida de lo posible, frutas y verduras de cultivo ecológico para reducir tu exposición a los pesticidas agrícolas.

5 | 7 Estar pasando la gripe

 Según la Sociedad Española de Diabetes, la gripe impide seguir una correcta dieta y eso puede afectar al tratamiento, lo que se suele traducir en un peor control de la glucosa.

  • Si sufres diabetes, ten en cuenta también que según la Asociación Americana de de Diabetes, tomar paracetamol puede alterar las mediciones de la glucosa. Afecta a la reacción química de la tira radiactiva y, tras 3 horas de tomarlo, esta puede marcar –por error– hasta 60 mg/dl más.

6 | 7 Abusar de los edulcorantes

Un estudio australiano sugiere que tomar edulcorantes artificiales en exceso cambia la respuesta del organismo a la glucosa.

  • Para endulzar, decántate mejor por los edulcorantes naturales, como la miel, la estevia o el sirope de arce o de ágave.

7 | 7 Una mala salud oral

Las bacterias de la boca pueden pasar al torrente sanguíneo y perjudicar a las células del páncreas, elevando el riesgo de  sufrir diabetes 2.

  • Además de lavarte los dientes 3 veces al día es importante que dediques al menos 2 minutos al cepillado cada vez que realices la higiene bucal.

Por qué estos detalles elevan la glucosa

Puede resultar sorprendente que estos gestos tan dispares puedan alterar la glucosa. Pero todos ellos tienen un elemento en común: interfieren en algún momento en el complejo mecanismo que el organismo pone en marcha para hacer llegar la glucosa a todas las células.

  • La glucosa es esencial para todas las células del organismo. Y es que el cuerpo la descompone para obtener la energía que necesita para “funcionar”.
  • Cuando comes, los carbohidratos que obtienes a través de los alimentos (no solo del azúcar) pasan a la sangre en forma de glucosa.

La glucosa es básica para que las células funcionen

  • La sangre circula con esa glucosa hacia todos los tejidos y sistemas del organismo para que las células puedan repostar este "combustible".
  • La insulina, una hormona segregada por el páncreas, actúa como una llave que se acopla al receptor de la insulina (que sería la cerradura) para permitir el paso de la glucosa a la célula y conseguir esa energía.

La insulina "abre" el paso de la glucosa a la célula

  • Pero si este proceso falla… la glucosa no puede entrar en las células y se acumula en la sangre. Por ejemplo, en la diabetes 1 lo que suele ocurrir es que el páncreas no produce suficiente insulina y no hay suficientes “llaves” para abrir las cerraduras.
  • En la diabetes 2 lo más habitual es que las cerraduras estén defectuosas –o se "atasquen" por la presencia de otras hormonas–, por lo que a la llave le cuesta abrir la puerta (es lo que se conoce como resistencia a la insulina).
  • Muchos factores contribuyen a que esas cerraduras no estén en condiciones, lo que explica que los hábitos influyan tanto en el correcto control de la glucosa.