No son tan calóricos como suele pensarse: 2 o 3 higos aportan unas 80 calorías.
La temporada de los higos frescos es muy breve: aunque maduran de julio a noviembre, cuando están mejor es a finales de verano. Aprovecha su temporada óptima para comerlos como postre y, también, para incluirlos en tus recetas.
Tienen fama de calóricos pero, en realidad, no lo son tanto (2 o 3 higos aportan 80 calorías). De hecho, están indicados en las dietas de adelgazamiento por su efecto saciante. Pero esta no es la única ventaja de añadirlos a tus menús.
Beneficios de los higos
- Son muy fáciles de digerir. Suavizan las mucosas del tracto gastrointestinal y, por su riqueza en fibra, previenen el estreñimiento y reducen la absorción del colesterol.
- Contribuyen a rebajar la tensión arterial porque aportan potasio y su contenido en sodio es muy bajo.
- Te ayudan a mantener la salud de los huesos por su magnesio, su calcio y su provitamina A, que refuerzan el sistema musculoesquelético.
- Son adecuados para combatir la anemia ferropénica, ya que en ellos (en especial en los secos) abunda el hierro.
Cómo conservarlos más tiempo
Hay que escoger ejemplares pesados al tacto y que cedan suavemente al ser presionados, aunque sin deformarse. La piel ha de estar tersa y el rabillo tierno, pero bien unido al fruto. También es importante que el perfume sea suave y delicado, pues un olor excesivo y ligeramente ácido significa que están pasados.
Pueden conservarse 2 o 3 días en el cajón de las verduras del frigorífico, aunque es aconsejable meterlos en una bolsa de papel para evitar que absorban los olores de otras frutas y alimentos.
Si no están maduros, guárdalos a temperatura ambiente un par de días, hasta que la piel se reblandezca.
Para sacarle mucho más partido a esta deliciosa fruta de verano, te mostramos algunas ideas de apetitosas recetas.