¿Por qué reducir la sal de nuestra dieta?
Lo cierto, es que motivos no nos faltan. Tanto es así, que la Organización Mundial de la Salud hizo pública en 2016 la recomendación de no superar los 5 g de sal al día, con el fin de no poner en riesgo nuestra salud.
- Un consejo, que a simple vista, no parece difícil de seguir, pero los españoles superamos con creces esa cantidad.
De hecho, casi la doblamos, ya que según la Fundación Española del Corazón, ingerimos 9,8 g de sal al día. Lo más preocupante es que se estima que el 80% de la cantidad de sal ingerida procede de los alimentos y productos procesados y ultraprocesados.
- Esta sal "oculta" es difícil de controlar, sobre todo si no leemos las etiquetas. Sin embargo, la que añadimos nosotros, la que procede del salero, esa, sí la podemos dosificar.
- En nuestra mano está reducir este condimento de nuestras recetas y sustituirlo por otras opciones con las que poder contrarrestar la sosez que ha ganado el plato con nuevos gustos y mejores cualidades nutricionales.
En esta galería hemos seleccionado 8 alimentos para una dieta sabrosa y sin sal añadida. Desde unas gotitas de limón, hasta una vinagreta de naranja, puedes comer más sano sin perder sabor, al mismo tiempo que cuidas de tu salud.
Beneficios de una dieta sin sal
Reducir el número de veces que echamos mano del salero está recompensado con creces en forma de beneficios para la salud.
Algunos de los efectos más relevantes de este comportamiento son:
- Se reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Mejora la salud renal.
- Previene los ataques de asma.
- Disminuye la retención de líquidos.