Cuidar la alimentación es especialmente importante en edades avanzadas y uno de los alimentos que se recomienda es la leche entera por su alto contenido nutritivo.
Sin embargo, la leche puede ser buena para proteger la salud ósea pero no tanto para la cognitiva, por lo que no sería el mejor aliado para preservar la memoria en edades avanzadas.
Invetigadores del CIBEROBN y de la Unidad de Nutrición Humana de la URV-IISVP han estudiado la posible relación entre le consumo de leche y la salud cognitiva. Y los resultados del estudio han sido sorprendentes porque asocian el alto consumo de leche entera con una mayor tasa de deterioro cognitivo en personas adultas con alto riesgo de enfermedad cardiovascular.
A pesar de los resultados, los investigadores son prudentes y señalan que hacen faltan más estudios para poder decir que existe una relación causa-efecto entre el consumo de leche y la demencia propia de la edad.
Tensión, huesos y memoria: indicadores de salud
Cuando hablamos de buena salud cognitiva nos referimos a una correcta función cerebral en lo que se refiere a la atención, el aprendizaje, la memoria, la función ejecutiva o la capacidad para tomar decisiones o para planificar...
Llegar a edades avanzadas con una buena salud cognitiva es señal de calidad de vida, aunque también lo es tener unos huesos fuertes. Las fracturas de cadera aumentan el riesgo de mortalidad en personas mayores.
La presión arterial es otro de los indicadores de salud que deben controlarse porque la hipertensión es el primer factor de riesgo de enfermedad cardiovascular, y esta es la principal causa de muerte en el mundo.
La leche es un alimento rico en calcio y en proteínas de primera calidad y de fácil absorción. Por eso se recomienda especialmente en edades avanzadas para proteger la salud ósea y ayudar al control de la presión arterial. Pero, ¿puede la leche ser beneficiosa para la prevenir el deterioro cognitivo?
La relación entre la leche entera y la memoria
El equipo de investigadores del CIBEROBN, en el que también colaboran investigadores del CIBERESP y CIBERDEM, se propuso analizar esta asociación e hicieron un seguimiento de 6.000 adultos con riesgo cardiovascular durante dos años. Observaron lo siguiente:
- El consumo de leche y productos lácteos bajos en grasa o de lácteos fermentados (es decir, yogur y queso) no se relacionó con más o menos salud cognitiva.
- Pero sorprendentemente, el consumo de leche entera sí se asoció con una mayor tasa de deterioro cognitivo.
“Hasta el momento, se ha sugerido que el consumo de leche y otros tipos de productos lácteos desempeña un papel en la prevención del deterioro cognitivo y la demencia relacionados con la edad. Sin embargo, la evidencia es un tanto controvertida y poco clara, especialmente en cuanto al cambio en el consumo a lo largo del tiempo, al tipo de productos lácteos según su contenido en grasa, o al estado de fermentación en que se encuentran estos lácteos”, sostiene la investigadora del CIBEROBN, Jiaqi Ni.
¿La leche entera favorece la inflamación?
A tenor de este estudio, parece que el consumo de leche entera, que es rica en grasa saturada, no beneficiaría la salud cognitiva en edades avanzadas, por lo que sería más conveniente tomar lácteos bajos en grasa.
En cuanto a la razón por la cual la leche entera no es buena para la salud cerebral, faltan estudios que demuestren la relación causa-efecto.
Entrando en el terreno de la especulación, una teoría probable sería la de la inflamación. Alimentos como la leche entera favorecerían lo que se conoce como inflamación crónica de bajo grado.
Se trata de un mecanismo fisiológico que provoca un aumento de las citoquinas (sustancias inflamatorias) en sangre. Es uno de los descubrimientos de la ciencia de la última década y se ha asociado a enfermedades cardiovasculares, cáncer, alzhéimer... Esa inflamación crónica aumenta el riesgo de resistencia a la insulina, arteriosclerosis, hipercoagulabilidad... Y todo ello afecta a la salud del cerebro.
Un dieta rica en alimentos con potencial antiinflamatorio como las verduras, las frutas, las legumbres o el té contribuye a mantener la capacidad cognitiva y reduce el riesgo de demencia.
Sin embargo, una alimentación rica en grasas saturadas y trans favorecería la inflamación.