Mezclando alimentos que te hayan sobrado con otros que tengas por la despensa podrás lograr deliciosos platos.
Con los precios de la cesta de la compra (y de todo, en general) disparados, aprovechar los alimentos al máximo y saber cómo darles una nueva vida cuando te han quedado sobras es fundamental para no desperdiciar nada y ahorrar en la cocina.
Los siguientes trucos pueden ayudarte a conseguirlo. Y no solo eso, gracias a ellos también lograrás enriquecer y dar variedad a tus recetas.
Cómo aprovechar los restos de carne y pescado
Un sencillo fiambre casero
Si te ha sobrado cordero o pollo asado, desmenuza la carne, mezcla con algún fruto seco, clara de huevo, una pizca de gelatina en polvo, aderezo, hortalizas y algo de miel, y amasa hasta obtener una pasta espesa.
Enrolla con papel film (procura que quede muy prieto), cocina al vapor 45 minutos, deja enfriar y sirve en lonchas.
Pilpil exprés con la piel del bacalao
Cuando prepares platos con bacalao en las que la piel no sea necesaria (como, por ejemplo, unas croquetas), no la tires.
Congélala y, cuando tengas varias, confítalas a baja temperatura sumergidas en aceite de oliva y verás cómo liberan gelatina en forma de gotas blancas. Retira las pieles, templa el aceite, agítalo enérgicamente, y obtendrás un pilpil de manera rápida.
Haz buñuelos con la carne del cocido
Deshuesa y desmiga la carne cocida, y rehógala con ajo, comino y pimentón. Deja enfriar, forma bolitas no muy grandes y empánalas pasándolas dos veces por pan rallado. Fríe en aceite caliente y sirve de snack o aperitivo.
Crea un aceite con aroma de marisco
Cocina suavemente al baño maría las cabezas de unos langostinos cocidos sumergidas en aceite. Al cabo de unos pocos minutos, obtendrás un aceite con sabor, color y aroma de marisco.
Déjalo enfriar y úsalo, por ejemplo, para elaborar una deliciosa mayonesa que queda muy bien para acompañar platos de pescado (ensaladilla, pasteles fríos...).
¿Fruta demasiado madura? No la tires, transfórmala
Haz un delicioso chutney de melocotón
Pela unos melocotones maduros, trocea su carne y cocínala en una sartén a fuego medio con algo de aceite, guindilla, clavo, pimienta, jengibre y una pizca de orégano.
Prepara una suave crema para tus postres con restos de manzana asada, azúcar, yema de huevo y nata ligera líquida
Una vez tierno y casi deshecho, enfría y envasa el chutney. Queda muy bien como acompañamiento de carnes y pescados.
Una segunda vida para los cítricos
En cuanto limas y limones empiecen a mostrar signos de estropearse, te recomiendo sacar la ralladura por un lado y el zumo por otro,
y congelarlos.
Al hacer bizcochos y magdalenas podrás añadir la ralladura, que estará en perfecto estado. Y el zumo, usarlo en salsas, licuados y granizados.
Prepara empanadillas de fruta
Trocea y saltea la fruta que se haya madurado en exceso con una pizca de mantequilla, agrega un poco de vainilla en polvo y azúcar, y escurre el exceso de jugo.
Extiende unas obleas para hacer empanadillas, rellénalas con este salteado y sella los bordes con huevo batido. Píntalas por encima también con huevo y hornea a 190° hasta que estén doradas.
Congela los frutos rojos dañados
Las frutos rojos tan delicados que es fácil encontrarnos con un fresón, una frambuesa o una mora dañados. No los tires; quita las partes afectadas, congélalos y otro día los podrás usar triturados en vinagretas o mahonesas. Cuélalas para retirar las semillas.
Una nueva vida para arroces, pastas y legumbres
Elabora un paté vegetal con legumbres
Aprovecha las legumbres que te han sobrado. Sofríe ajo y cebolla hasta que están dorados, retira del fuego, tritura junto a la legumbre y sazona con miel, mostaza, cilantro, ralladura de lima, zumo de lima, sal y pimienta.
Sirve sobre rebanaditas de pan tostado con pimentón dulce y picante por encima.
Prepara paquetitos sorpresa... de arroz
Si te ha sobrado arroz, conviértelo en un aperitivo o un primer plato original. Agrega queso en dados al cereal y reparte esa mezcla en unas hojas de pasta filo bien extendidas (usa varias capas en cada paquetito).
Dobla las puntas y enróllalas. Cuece en el horno precalentado a 190° hasta que la pasta filo esté crujiente. El queso se habrá fundido y los paquetitos quedarán muy cremosos por dentro.
Añade hierbas a la pasta y dale otro aire
Si te sobran caracolas o macarrones hervidos, sécalos, fríelos en aceite caliente y embadúrnalos con una mezcla de comino molido, pimienta, sal y orégano. Es un original acompañamiento para un segundo si antes has tomado una ensalada.
Verduras y hortalizas siempre a punto
Aprovecha las hojas verdes de las hortalizas
Al limpiar zanahorias, ajetes o cebolletas, solemos tirar y desperdiciar sus hojas. Una opción para sacarles el máximo partido es lavarlas bien, trocearlas y congelarlas. Después podrás rehogarlas con aceite e incorporarlas, por ejemplo, a tortillas o revueltos.
Asa los ajos antes de que empiecen a germinar
Cuando una cabeza de ajos comience a mostrar síntomas de germinar, separa los dientes y, sin pelar, ásalos a 150°, 20 minutos. Una vez tiernos, pélalos y tritúralos con aceite y miel.
Obtendrás una pasta densa muy sabrosa y aromática para usar como base en tostas y aperitivos.
¿Trozos de alimentos olvidados en la nevera? Dales otro uso
Prepara unos entrantes de queso
Aprovecha al máximo los pequeños trozos de queso que a veces te quedan.
Extiende una hoja de papel de horno en una bandeja, ralla quesos variados en montoncitos y reparte encima unos piñones. Hornea a 175° hasta que formen obleas ligeramente doradas, ponlas calientes sobre un rodillo de cocina forrado y deja que se enfríen por completo.
Haz tus propios encurtidos
¡Cuántas veces nos encontramos en el cajón de la nevera puntas de hortalizas! Antes de que zanahorias, coliflor o calabacín acaben estropeándose, prepara un encurtido saciante y saludable.
Lávalas y trocéalas, ponlas en un frasco y rellénalo con una mezcla de una parte de vinagre con tres de agua, sal, azúcar y tus aromas preferidos (tomillo, canela, clavo). Tápalo y en unos días estará listo.
Picoteo dulce con recortes de hojaldre
Si te sobran recortes irregulares de hojaldre, aprovéchalos para lo siguiente: fríelos en aceite caliente hasta que queden hinchados y dorados. Una vez fríos, espolvoréalos con una mezcla de azúcar glas y canela.