Fresca, ligera y aromática, la ciruela es muy apetecible cuando llega el calor. Pero además de sabrosa, es uno de los mejores aliados para cuidar tu peso y tu salud.
De entre sus saludables efectos destacan los siguientes:
- Ayuda a eliminar líquidos. Su elevado contenido en agua (83%) y en potasio favorece la diuresis, lo que beneficia especialmente en caso de sufrir retención de líquidos, exceso de ácido úrico, hipertensión arterial o colesterol alto.
- Tiene efecto laxante. Su contenido en fibras tanto insolubles (celulosa) como solubles (mucílagos), así como en otras sustancias de efecto laxante como el sorbitol (un azúcar) la convierten en un laxante natural suave y eficaz.
- Es antioxidante. Las de color rojo y azulado son riquísimas en antocianos, que además de darles su color característico tienen acción antioxidante y antiséptica. Por eso, comerlas ayuda a combatir los posibles daños que generan los radicales libres.
cada variedad, un sabor
En nuestros mercados puedes encontrar varios tipos de ciruelas. Su color puede darte pistas sobre las cualidades que cada una de ellas aportará a tus platos.
- Amarillas. Suelen ser algo ácidas y muy jugosas.
- Verdes. Se caracterizan sobre todo porque son variedades muy dulces.
- Moradas y rojas. Las primeras suelen ser buenas para cocinar y la piel tiende a amargar. Las rojas también son jugosas, aunque algo más firmes y dulces.
Cómo guardarlas en casa
Si se adquieren verdes hay que dejarlas madurar en un lugar fresco y seco, fuera de la nevera, pero si están muy maduras vale más conservarlas en el frigorífico porque se deterioran rápidamente.
- Antes de comprarlas, fíjate en su piel: debe estar lisa, sin manchas ni arrugas. La carne ha de ser firme y el olor, aromático.
A la hora de comerlas las opciones son múltiples, como te mostramos a continuación.