8 alimentos que sí se pueden congelar

Si te han sobrado unas yemas al preparar un postre, ya no tienes que tirarlas. Igual no lo habías pensado pero puedes congelarlas sin problemas. También el queso, el aguacate o las patatas. Te contamos algunos trucos.

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frutos rojos
Maria T Lopez nutricionista
María T. López

Farmacéutica. Técnica en Nutrición y Dietética

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1 | 8 Huevos

Frescos y enteros no se deben congelar, porque la clara y la yema aumentarían su volumen y reventarían la cáscara.

Cómo congelar huevos

  • Si lo quieres "entero" (con la yema y la clara juntas), casca el huevo y colócalo en un recipiente hermético dejando espacio libre su ciente.
  • También puedes batirlo ligeramente y envasarlo. Para evitar que las proteínas de la yema se endurezcan (después tendrían una textura "pastosa") añade un poco de azúcar, sal o un ingrediente ácido (unas gotas de zumo de limón). Cualquiera de los tres ayuda a conservarlo fluido y en perfecto estado para cocinar. Eso sí, ¡deja escrito qué has añadido!
  • La clara y la yema se pueden congelar por separado. La primera solo perderá un poco de su capacidad para montar.

2 | 8 Hortalizas

Muchas verduras (pimientos, judías verdes, brócoli, alcachofa, guisantes, etc.) toleran muy bien la congelación incluso crudas.

Otras, como la berenjena y el calabacín, han de cocerse antes necesariamente.

Muchas verduras (pimientos, judías verdes, brócoli, alcachofa, guisantes, etc.) toleran muy bien la congelación incluso crudas. Otras, como la berenjena y el calabacín, han de cocerse antes necesariamente. Las verduras que tengan mucha agua deben congelarse cocidas.

Cómo hacerlo

  • Si vas a congelarlas crudas, límpialas bien y córtalas en trozos pequeños para favorecer la congelación rápida. Al pimiento, por ejemplo, quítale el tallo y las semillas, córtalo por la mitad y luego en tiras o rodajas.
  • Sigue “la congelación de bandeja”: coloca las verduras en una supercie plana sin amontonarlas y, cuando estén totalmente congeladas, pásalas a una bolsa. Así evitas que los trozos entren en contacto unos con otros, que se acumule agua entre ellos y que se deterioren.
  • Ahora bien, si tu nevera no tiene la función congelación exprés, es necesario escaldarlas antes para neutralizar las enzimas (favorecen la descomposición paulatina del alimento, con la pérdida de textura, color, sabor y nutrientes). En la congelación se frena su actividad, ¡pero tras la descongelación se acelera!
  • Sumérgelas limpias y troceadas en agua hirviendo unos segundos. Corta la cocción inmediatamente en un recipiente con agua muy fría, escurre y envasa.
  • Importante: todas las verduras congeladas deben consumirse antes de 8 meses; a partir de entonces baja mucho su calidad.

3 | 8 Queso

Los que tienen más agua (requesón, tipo Burgos, feta...) sufren más (el suero se separa), pero luego se pueden usar para cocinar lasañas, salsas y rellenos, o usarse como queso de untar.

Los quesos curados y los semicurados (gruyer, cheddar, manchego...) contienen un bajo porcentaje de agua y al menos un 40% de grasa. Por eso, en cuanto a su textura, son los que mejor resisten la congelación y posterior descongelado, aunque pierden aroma y sabor.

Pueden volverse más quebradizo y harinoso.

Cómo hacerlo

  • Córtalos en cuñas o porciones pequeñas (lo justo para un par de días) y envásalos por separado.

4 | 8 Aguacate

Aunque entero se puede congelar, cuando se "recupera" su textura cambia mucho. Sin embargo, sí se puede utilizar para elaborar recetas en las que se tritura, como por ejemplo en el guacamole o en salsa.

Cómo hacerlo

  • Para mejorar la congelación de este fruto, córtalo por la mitad (lava antes la pieza entera), retira el hueso e introdúcelo en una bolsa o recipiente con cierre hermético.
  • Cuando lo necesites, bastará con que lo dejes en la nevera unas horas antes para que se descongele lentamente. Al conservarlo en mitades, aunque la textura cambia, se puede cortar en dados pequeños para añadir a ensaladas.
  • Otra forma de congelarlo es triturándolo previamente con un poco de limón. En este caso es importante tener en cuenta que al ser un alimento con una gran proporción de grasa es conveniente que no pase más de 6 meses en el congelador.

5 | 8 Patatas

Con la congelación este tubérculo se vuelve muy blando, arenoso, se ennegrece y pierde sabor. Eso sucede porque contiene mucha agua (y como el resto de alimentos de estas características, los cristales de hielo rompen su estructura), la fécula (almidón) se deshace durante el congelado, y el proceso de oxidación se acelera.

Cómo hacerlo

  • Si a pesar de todo necesitas hacerlo, hiérvela en agua 3-5 minutos, escúrrela bien y congélala una vez fría.
  • Otra opción es congelarla cocida y triturada (para purés) o cortada en dados para hacer tortillas.
  • Recuerda que tienes que retirarla de los platos cocinados.

6 | 8 Frutas

Su riqueza en agua complica la congelación, porque los cristales grandes de hielo pueden romper las paredes celulares de la fruta, que se vuelve "blanda", con menos color. Aun así, es útil para preparar helados, batidos, postres...

Las frutas que mejor la toleran son las pequeñas, como los frutos rojos (fresas, frambuesas, cerezas, moras, etc.)

Cómo hacerlo

  • Elige piezas frescas, de temporada, que estén en su punto óptimo. Lávalas, pélalas y córtalas en trozos pequeños.
  • Mézclalas con zumo y obtendrás un granizado.
  • El resultado será mucho mejor si la nevera tiene la función de congelación exprés.

7 | 8 Leche

Muchos líquidos, como los caldos, se congelan bien porque son sobre todo agua. No ocurre lo mismo con la leche (y algunos derivados lácteos): al descongelarla, el suero se separa y se forman grumos. Eso ocurre porque es un líquido formado por glóbulos de grasa y proteínas sensible a la temperatura. Claro que si la vas a usar para cocinar, eso no tiene importancia.

Cómo hacerlo

  • Necesitas que el frigoríco tenga 'función exprés' o congelación ultrarrápida: este sistema solo forma cristales muy pequeños de hielo, es decir, no da tiempo a que se creen cristales grandes que puedan romper los glóbulos de grasa; si fuera así, la leche se estropearía al descongelarse.
  • Otros lácteos. La alteración de la consistencia también ocurrirá con la nata (a no ser que su contenido graso sea menor del 40%). En el caso de la mantequilla, acepta bien la congelación hasta seis meses.

8 | 8 Pasta

Pese a que sus propiedades nutricionales se mantienen intactas, la congelación es un riesgo porque se humedece mucho y no soporta bien las altas temperaturas (al recalentarla).

Cómo hacerlo

  • El resultado será aceptable si la cueces un par de minutos menos. Añádele un poco de aceite de oliva para que descongele mejor (a temperatura ambiente) y caliéntala al baño María.
  • La pasta fresca cruda se puede congelar sin problemas y se puede cocer directamente. Puedes guardarla dos o tres meses.

A veces pierden sabor, textura y aroma, pero ¿quién no necesita congelar un producto que ha podido comprar a buen precio antes de tiempo? ¿O quizá otro de calidad que tiene en más cantidad de la que consume habitualmente?

La congelación se ha convertido en un aliado imprescindible en nuestra cocina... aunque tiene sus secretos.

Sin problemas

Las carnes y los pescados aguantan muy bien las bajas temperaturas, solo tienes que asegurarte de que son frescos y de calidad.

  • Carne. Es importante que esté cortada en porciones similares, que le quites toda la grasa visible (si la tiene) y que la envuelvas herméticamente para que el frío no la queme ni seque.
  • Pescado. Hay que guardarlo sin vísceras y lavado. Sécalo con papel de cocina para evitar el agua "sobrante". Pero no siempre es tan fácil. Te contamos cómo congelar alimentos que nunca hubieras imaginado que se llevaban bien con el hielo.
  • Marisco. Solo 3 meses. Las almejas y los berberechos se congelan crudos (mejor envasados al vacío). Nécoras y centollos se cuecen antes. Gambas y langostinos pueden hacerse de las 2 maneras.

Las bacterias "hibernan"

Cuando el agua de los alimentos se congela se convierte en cristales de hielo y los microorganismos, que necesitan nutrientes y humedad para crecer, ya no la pueden usar. Pero no desaparecen, por lo que la mayoría podría continuar su desarrollo tras la descongelación.

Toma precauciones al manipularlos.

Protege tus guisos

La mayoría de elaboraciones se pueden congelar sin problemas, aunque hay algunas excepciones.

  • "Sufren" los guisos que llevan patata (la fécula se deshace al congelarse, mejor retírala), los fritos y las elaboraciones con mayonesa o salsas parecidas, que pueden cortarse.
  • Los platos caldosos se deben congelar sin líquido; sepáralo y ponlo en bolsas o recipientes rígidos. Cuando los descongeles (a temperatura ambiente) ya los mezclarás.
  • Antes de congelar es básico que estén fríos para que su estructura no se altere y no estrope es lo que hay en el congelador.

Revisa las estrellas

Su número indica la temperatura que alcanza el congelador; cada una equivale a – 6o. La congelación debe hacerse a menos de –18o, por lo que uno con 3 estrellas es suficiente, aunque el proceso será más largo y el alimento perderá calidad. Lo ideal es que sea de 4 estrellas (–24o).