El limón es ácido, refrescante y jugoso. Con él solemos preparar marinados, vinagretas o añadimos un chorrito a ciertos vegetales para que no se oxiden, pero no solemos pensar en él como un ingrediente a destacar en nuestros menús.
Pero, si sabes cómo prepararlo y acompañarlo, puede convertirse en la estrella de ciertos platos, como te mostramos en esta selección de recetas.
Todo lo que ganas al tomar limón
Incorpóralo de vez en cuando a tus menús y te beneficiarás de sus saludables virtudes.
- Protege la salud ósea y articular. Su vitamina C facilita que fabriquemos más colágeno, una proteína fundamental para los huesos. Eso sí, para aprovecharla al máximo debes tomarlo en crudo.
- Un aliado para tu vista. Lo es por su riqueza en limoneno (sobre todo en la piel), que reduce el riesgo de cataratas.
- Previene la formación de piedras en el riñón, debido a su alto contenido en citratos. Si están presentes en la orina, este tipo de sales se lo ponen más difícil a los cálculos a la hora de formarse, concluye un estudio publicado en Urological Research. Eso sí, si ya las tienes es mejor que no lo tomes a primera hora.
- Alivia el dolor de garganta. Hacer gárgaras con zumo de limón y un poco de miel combate la garganta irritada. Es aún más efectivo si te bebes el jugo.
- Es bueno para el corazón. El limón es antioxidante y depurativo y, según la Fundación Española del Corazón, ayuda a eliminar la rigidez de los vasos sanguíneos, lo que contribuye a prevenir la hipertensión. "Además, contiene vitamina B, capaz de evitar la insuficiencia cardiaca", subraya la FEC.
Como ves, es mucho lo que puedes ganar si tienes más en cuenta este ingrediente. Las siguientes recetas son un buen punto de partida para hacerlo.