¿Cuántas latas de sardinas hay que comer a la semana?

Las sardinas son fuente de omega 3, taurina, calcio y vitamina D pero una lata a la semana es insuficiente. Un estudio revela qué cantidad hay que comer para prevenir una de las enfermedades más comunes y graves.

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LATAS DE SARDINAS

Las sardinas son ricas en nutrientes como el omega 3, la taurina, el calcio o la vitamina D.

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Maria T Lopez nutricionista
María T. López

Farmacéutica. Técnica en Nutrición y Dietética

Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud y nutrición

Las beneficios de las sardinas y en general del pescado azul son bien conocidos: sus altos niveles de ácidos grasos insaturados, en especial omega 3, las convierten en grandes aliadas para controlar el colesterol LDL (el malo) y prevenir enfermedades cardiovasculares. Pero el efecto protector de este sabroso y económico pescado no acaba ahí. Un estudio liderado por la profesora de la UOC, Diana Díaz Rizzolo, revela que el consumo regular de sardinas tiene un efecto preventivo sobre una de las enfermedades más comunes y graves de los países desarrollados: la diabetes tipo 2. Pero... ¿qué cantidad de sardinas hay que comer a la semana para obtener esta protección? Sigue leyendo.

qué aporta la sardina

Más allá del omega 3, la sardina atesora valiosos nutrientes en altas cantidades que le confieren una acción protectora frente a la diabetes tipo 2. Nos referimos a la taurina, el calcio y la vitamina D, además del omega 3.

"El consumo de sardina no solo es asequible económicamente y fácil de encontrar, sino que también es preventivo frente a la diabetes tipo 2. Es un gran descubrimiento científico. Sencillo de recomendar desde la consulta médica y asumible para la población", declara con satisfacción Díaz Rizzolo, profesora e investigadora de Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC y del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS).

La diabetes afecta a un 14% de la población española de más de 18 años, según datos del estudio Di@betes de CIBERDEM. Cada año aparecen alrededor de 386.000 nuevos casos de diabetes en la población adulta.

Los factores que aumentan el riesgo son la prediabetes (niveles de glucemia en ayunas entre 100-124 mg/dl), la edad, el sexo masculino, la obesidad, la obesidad abdominal, el sobrepeso y una historia familiar de diabetes.

200 gramos de sardinas a la semana

Para demostrar el potencial de las sardinas frente a la diabetes, el estudio liderado por Rizzolo incluyó a 152 pacientes de tres centros de atención primaria de 65 años o más con prediabetes. La incidencia de la diabetes tipo 2 se dispara con la edad. Así pues, los participantes del estudio estaban en la antesala de la diabetes.

Todo ellos entraron en un programa nutricional con el objetivo de reducir el riesgo de sufrir la enfermedad, pero solo un grupo añadió a su dieta 200 gramos semanales de sardinas (dos latas de sardinas en aceite de oliva virgen).

Para facilitar el consumo recibieron un libro de recetas a base de sardinas en lata elaborado por la Fundación Alicia. Se aconsejó que comieran la sardina entera, sin retirar la espina, ya que esta parte es la más rica en calcio y vitamina D.

prevenir la diabetes

Al cabo de un año, los investigadores comprobaron el efecto protector de este alimento frente a la diabetes:

Dentro del grupo que no incluyó las sardinas en su dieta, un 27% de personas tenían un riesgo muy alto de diabetes. Al cabo de un año, el 22% seguía teniéndolo.

Sin embargo, en el grupo que sí comió sardinas había un 37% de participantes con un riesgo muy alto de diabetes al inicio del estudio. Pero pasado un año, solo un 8% seguía teniendo ese riesgo tan alto.

Además, estos últimos mejoraron otros parámetros importantes: redujeron la resistencia a la insulina, aumentaron el colesterol bueno y las hormonas como la adiponectina que mejora el metabolismo de la glucosa, disminuyeron los triglicéridos y la presión arterial.

sardinas sí, suplementos no

Visto el efecto protector de la sardina, podría pensarse que tomar suplementos ricos en los nutrientes que aporta (omega 3, taurina, calcio y vitamina D) podría tener un efecto similar, pero no es así.

"Los nutrientes pueden ejercer un papel imprescindible en la protección y el tratamiento de muchas patologías, pero este efecto está causado por la acción sinérgica entre todos ellos y la matriz alimentaria que los contiene".

"Así pues, la sardina será protectora porque es rica en dichos nutrientes, pero estos no lo serán si se toman de forma aislada en forma de suplementos", aclara Rizzolo.

Ahora, el próximo objetivo de los investigadores es analizar el efecto del pescado azul en la microbiota intestinal. No hay que olvidar que "la microbiota intestinal influye en la regulación de muchos procesos biológicos", concluye Rizzolo.

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