¿Qué pasa si comes pipas de girasol cada día?

Comer pipas cada día puede favorecer la obesidad y la retención de líquidos si te excedes en las cantidades y eliges pipas saladas. Pero si las tomas en su justa medida y solo tostadas aportan beneficios para la salud.

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Las pipas son muy energéticas por su alto contenido en grasas.

Maria T Lopez nutricionista
María T. López

Farmacéutica. Técnica en Nutrición y Dietética

Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud

Las pipas remiten a picoteo de la infancia o adolescencia entre amigos y hay quién conserva el hábito de comerlas  prácticamente a diario o con frecuencia en la edad adulta. ¿Es saludable comer pipas cada día? Todo depende de la cantidad y del tipo de pipas (solo tostadas o con sal).

Las pipas SÍ engordan

Si nos atenemos a sus calorías, las pipas son muy energéticas. Cien gramos de pipas contienen unas 580 calorías, mientras que una manzana del mismo peso apenas aporta 50. A la vista está qué tentempié para tomar entre horas conviene más si queremos controlar el peso.

Según indica la Fundación Española de Nutrición, la pipas de girasol son un alimento muy graso. Su nutriente mayoritario son las grasas poliinsaturadas. Contienen 22 g de esta grasa por 100 g de porción comestible y su proporción de hidratos de carbono y fibra es 20% y 3% respectivamente.

¿Las pipas engordan? Depende de la cantidad que comas. Si tomas un puñadito de 35 gramos, que es lo que se considera la ración diaria recomendable, estarás sumando a la dieta 203 calorías que deberás compensar con el resto de alimentos consumidos para no exceder la ingesta calórica diaria recomendada por la OMS, que puede oscilar de 1.600 a 2.200 calorías según la actividad de la persona.

Ahora bien, al que le gustan las pipas sabe lo difícil que es parar de comerlas cuando empiezas. La sal estimula el apetito y la acción repetitiva de pelar y comer pipas genera una especie de adicción que hace que no te conformes fácilmente con un simple puñadito.

 

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Ojo con las pipas saladas

Según la FEN, las pipas llevan 1,1 mg de sodio por ración de 35 g. No es mucho. Además son ricas en potasio que compensa la acción del sodio. Pero estos valores se refieren a las pipas naturales, sin ningún aditivo más. Los niveles de sodio de las pipas con sal pueden variar aunque superan fácilmente los 600 mg.

Por tanto, el consumo habitual de pipas con sal favorecería la retención de líquidos y la hipertensión, sobre todo en el marco de una dieta en la que abundan los productos con sal como los embutidos, los quesos o los ultraprocesados.

Mucho omega 6 y poco omega 3

Los ácidos grasos omega 3 y 6 son muy saludables y tienen un efecto protector cuando se encuentran en su correcta proporción. Lo recomendable es que la proporción de omega 3 y 6 sea de 1:5 o inferior, pero en la dieta estándar los niveles de omega 6 suelen ser mucho mayores.

Las pipas contienen mucho omega 6 y poco omega 3. Comerlas en exceso contribuye al desequilibrio entre estos ácidos grasos, lo que puede favorecer la inflamación.

Exceso de selenio

Las pipas son muy ricas en vitaminas y minerales. El selenio es uno de los que más abunda en este fruto. Consumir muchas pipas puede favorecer el mal aliento o empeorar el olor del sudor por exceso de selenio.

Demasiado fósforo

El fósforo es otro de los minerales que aportan las pipas en cantidades importantes. Comer muchas pipas puede contribuir a un exceso de fósforo en el organismo que favorecería el desarrollo de problemas renales u óseos.

Beneficios de las pipas

El consumo de pipas con moderación (no más de 35 gramos y sin sal) tiene beneficios para la salud gracias a sus nutrientes.

La FEN destaca que las pipas aportan minerales como el magnesio, el hierro, el zinc o el potasio.

Las pipas son una gran fuente de vitamina E, un  potente antioxidante. Un puñado de pipas cubre más del 100% de las ingesta diaria recomendada de esta vitamina. También aportan otros antioxidantes como colina, betaina, lignano y ácidos fenólicos.