¿Qué pasa si bebes horchata cada día?

Un estudio ha demostrado que tomar un vaso grande de horchata durante tres días ya provoca mejorías en la microbiota intestinal. Imagina lo que puede hacer por tu salud si la tomas a diario. Eso sí, no vale cualquier horchata: debe ser fresca y sin azúcares añadidos.

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La horchata aumenta las bacterias buenas intestinales.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

En una época en la que el calor invita a tomar una horchata bien fresquita, los investigadores del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han querido darnos otro motivo muy saludable para hacerlo.

Tomar durante 3 días un vaso grande de horchata natural es suficiente para producir cambios en la microbiota, lo que se conoce popularmente como la flora intestinal. Unos cambios que proporcionan un perfil microbiano más saludable.

debe ser horchata natural

La investigación la ha realizado el Instituto de Agroquímica del CSIC con 35 voluntarios, a los que se les dio 300 mililitros de horchata cada día. La horchata era fresca. Es decir, sin pasteurizar, lo que hace que tenga mayor cantidad de almidón, y sin azúcar añadida. Eso significa que puedes descartar la mayoría de marcas del supermercado que no están en la nevera y con un margen largo de caducidad.

Después de analizar las deposiciones de los participantes y secuenciar el ADN de la microbiota se comparó con muestras previas y se vio que se había producido un cambio significativo. Sus conclusiones las han presentado en la revista Nutrients.

En solo 3 días, las poblaciones bacterianas de todos los voluntarios cambiaron hacia patrones microbianos más saludables, similares a los que promueve la dieta mediterránea o vegetariana”, ha asegurado el investigador Gaspar Pérez, director del estudio.

Qué beneficios se han encontrado

La microbiota de todos los voluntarios se vio enriquecida con diversas bacterias beneficiosas y precursoras de butirato, sustancia con múltiples beneficios para el intestino y el sistema inmune.

 

En concreto se observó que aumentaban la presencia, entre otras bacterias, de:

  • Akkermansia, que se relaciona con el control y la pérdida de peso.
  • Faecalibacterium, asociada al control de la glucosa.
  • Bifidobacterium, muy implicada en la buena digestión y absorción de los alimentos
  • Lachnospira, a la que se relaciona con una mejor protección contra el cáncer de colon.

Se trata de especies que ya existían en el sistema digestivo de los voluntarios, pero que el consumo de horchata natural ha fomentado, mejorando el perfil de la microbiota”, ha remarcado el investigador del CSIC.

Por qué es buena la horchata

La horchata natural es rica en almidón resistente y en ácido oleico (como el aceite de oliva). Además aporta los antioxidantes (polifenoles) presentes en la chufa, de donde se obtiene.

En 2017, este mismo grupo de investigación ya publicó otro estudio que desvelaba la mayor presencia de nutrientes en la horchata sin pasteurizar: es cardiosaludable, rica en ácido fosfatídico y en arginina, que refuerzan la membrana celular.

El sistema digestivo acumula el mayor número de conexiones nerviosas del cuerpo, solo por detrás del cerebro. Y en nuestras tripas se concentran el 70% de las células inmunitarias. Por tanto, el correcto funcionamiento del intestino influye mucho sobre la salud. “La horchata natural sin azúcar ayuda a mantener un correcto funcionamiento digestivo”, ratifica Gaspar Pérez.

La mejor forma de asegurarse de que la tomas con todos estos beneficios es prepararla uno mismo.

Mejor en vaso de cristal

Procura además prepararla y servirla en vasos de cristal. Ya que otro grupo de investigadores del CSIC descubrió que la ingesta de microplásticos reduce la diversidad bacteriana de la microbiota del colon, además de producir una alteración del equilibrio en los microorganismos presentes.

Lo que ganamos por un lado, lo podemos acabar perdiendo por otro. Según el estudio, publicado en la revista Scientific Reports, tras la ingestión de microplásticos PET (asociados con la cadena alimentaria) disminuye la abundancia de bacterias positivas en la salud y se incrementa la presencia de otros grupos microbianos relacionados con una actividad patógena.

Dada la posible exposición crónica a estas partículas a través de nuestra dieta, los resultados obtenidos plantean que su ingesta continuada podría alterar el equilibrio intestinal y, por tanto, la salud”, ha dicho la investigadora Victoria Moreno, del Instituto en Ciencias de la Alimentación del CSIC.

El estudio es el primero que evaluó el impacto de tragar microplásticos en la microbiota intestinal humana. Las últimas estimaciones indican que, de media por semana, cada persona podría ingerir entre 0,1 y 5 gramos de microplásticos a través de restos presentes en los alimentos y bebidas.