Jugosas, dulces, vistosas y vitamínicas. Así son fresas y fresones, una fruta que está en su máximo esplendor en primavera.
Los fresones son, con diferencia, los que pueden encontrarse más fácilmente en fruterías y supermercados. Son más grandes que las fresas, y su interior es más rojizo. Su sabor, además, es más dulzón que el de la fresa, que suele tener un punto más ácido.
Pero lo cierto es que ambas frutas pueden utilizarse, de forma indistinta, para elaborar un gran número de platos: desde refrescantes ensaladas a apetitosos postres, pasando por recetas con carnes y pescados. Las propuestas que te mostramos a continuación son un buen ejemplo de ello.
Úsalas y te beneficiarás de sus propiedades saludables: fresas y fresones son antioxidantes y ayudan a cuidar tu salud cardiovascular gracias a su contenido en antocianinas. También aportan vitamina C, yodo y potasio.
Cómo guardar las fresas
A la hora de comprarlas, fíjate en que en las más maduras no se vean pequeñas zonas más oscuras y reblandecidas. Es señal de que están comenzando a pasarse.
En casa, si detectas alguna en mal estado elimínala, y reparte el resto sobre una bandeja o un plato llano, sin apilarlas, porque el peso las estropea.