Avellanas, nueces, almendras, piñones, pistachos, castañas... frutos secos hay para todos los gustos, como también maneras de saborearlos. Puedes incorporarlos a tus menús de muchas formas: añadiendo un puñadito a tus ensaladas, como un ingrediente más en tus salsas, rebozados o rellenos, formando con ellos una exquisita costra gratinada...
Hazlo y, además, tus platos ganarán en propiedades saludables gracias a sus ácidos grasos buenos para el corazón, su riqueza en fibra y también en minerales como el calcio, el fósforo y el magnesio.
El secreto de los frutos secos está en la variedad
Verás que en las siguientes recetas utilizamos frutos secos variados. Precisamente no tomar siempre los mismos es una de las maneras más sencillas de beneficiarte al máximo de ellos: al variar, obtendrás más nutrientes.
Por ejemplo, los pistachos destacan por su riqueza en vitamina B6 (que ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre), las nueces por su omega 3 y las almendras por su calcio y su vitamina E.
Aprovecha todas estas virtudes gracias a propuestas como las que te mostramos a continuación.