Las croquetas son uno de los grandes inventos culinarios –tiene su origen en la Francia de Luis XIV (siglo XVII)–, que se ha convertido en uno de los platos más populares de nuestra gastronomía.
Y es que son de lo más ricas y versátiles pues, aunque las croquetas más típicas son de pollo, jamón o bacalao, en realidad puedes hacerlas de mil y un sabores.
Depende de los ingredientes que utilices, puedes cocinar croquetas bajas en calorías
Esto también te permite adaptarlas a tu dieta ya que, dependiendo de los ingredientes que utilices, puedes cocinar unas riquísimas croquetas sin que sean demasiado calóricas. Además, te permiten reutilizar las sobras, pues puedes convertir lo que no te has comido de un cocido o de un pollo asado en unas deliciosas croquetas.
Además, a casi todo el mundo le gustan por lo que suelen ser un éxito asegurado en cualquier mesa.
Gana tiempo y suma sabor
Si quieres que tus croquetas queden perfectas o sorprender a tus invitados, sigue nuestros consejos. Además, te damos algunos trucos para que te resulte más rápido y sencillo cocinarlas.
- Para evitar que se abran durante la cocción es importante freírlas en grupos pequeños para que no baje la temperatura del aceite.
- Si quieres sorprender a todos con un centro fundente, congela dados de queso tipo emmental, gruyer, etc., e introdúcelos en las croquetas antes del empanado.
- Acelera el "moldeado": pon la masa en una manga pastelera sin boquilla, espolvorea la mesa con harina, extiende un gran cilindro y corta las porciones.
- Forma peras y manzanas pequeñas con el puré de patata que te sobre. Empánalas, fríelas y decóralas. Será una guarnición ideal.
Las croquetas son muy versátiles y pueden prepararse con multitud de ingredientes.