Es probable que la pera no encabece tu lista de frutas preferidas. Y es que el hecho de que, a veces, su textura sea harinosa, y también que no sea fácil comerla como tentempié, a bocados, fuera de casa (suele ser bastante acuosa) facilita que nos olvidemos de ella en nuestra lista de la compra.
Pero si la adquieres cuando está en su punto puede ser toda una delicia jugosa, dulce y refrescante. Además, es fácil de digerir y tiene un ligero efecto diurético, muy útil en caso de sufrir retención de líquidos de forma habitual o hipertensión. También tiene una suave acción astringente.
A continuación te proponemos recetas muy variadas para aprovechar al máximo este ingrediente, que queda bien tanto en entrantes como en segundos y en postres.