No es lo que parece: por qué la Chía te puede sentar mal

La chía es una de las semillas más completas desde un punto de vista nutritivo y de salud. Es recomendable añadirla a nuestra dieta siempre que lo hagamos con prudencia. Los nutricionistas nos advierten que también puede tener algún efecto no deseado.

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Semillas de Chia
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La Chía es rica en Omega 3 y proteínas pero también lleva mucha fibra.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Las semillas de Chía están adquiriendo popularidad. Son un alimento con tendencia al alza que cada vez más gente descubre e incluye en su dieta. Se trata de unas diminutas semillas muy versátiles que puedes añadir a un montón de recetas diferentes y que aportan muchos beneficios.

La Chía se está ganando un fama bien merecida, es una semilla de gran valor pero que en algunos casos no es lo que parece.

Cuáles son los beneficios de la chía

La chía es originaria de Centroamérica. Y como muchas otras semillas, es una excelente ingrediente que podemos añadir a nuestra dieta. "Contiene todos los nutrientes esenciales que necesita una planta para crecer fuente y sana", nos recuerda la nutricionista Sara Mansa. Quien come vitalidad, consigue vitalidad.

  • Es especialmente rica en omega 3. Es el vegetal que más aporte tiene de este ácido graso que tan útil es para reducir la inflamación interna y en la salud cardiovascular y de nuestras neuronas.
  • Aporta proteínas de alta calidad. Contiene los 9 aminoácidos esenciales, es decir, aquellos que nuestro cuerpo no puede fabricar.

Como bien sabes, estos aminoácidos son moléculas indispensables en los procesos químicos que se producen en nuestro cuerpo para que tengamos energía y nuestros órganos puedan realizar todas sus funciones.

  • Las semillas de chía tienen mucha fibra, calcio, fósforo y zinc.

¿la chía puede sentarnos mal?

Los nutricionistas han alertado sobre la chía por temor a que su fama pueda llevar a un consumo excesivo. Como cualquier otro alimento, los excesos son malos.

Las semillas de chía pueden tener efectos negativos si nos pasamos. ¿Por qué nos puede sentar mal? Estos son los posibles riesgos:

  • Problemas digestivos. Su alto contenido en fibra, que tan bien para el correcto funcionamiento de nuestro intestino, en exceso puede provocar molestias estomacales, hinchazón o diarrea.

No es solo la fibra de la chía. Lo que has de tener en cuenta es que se sumará a otros alimentos que también tienen fibra, sobre todo si escoges productos integrales.

  • Exceso de calorías. Las semillas de chía son muy calóricas. Aportan casi 500 kcal por cada cien gramos. Hay que tenerlo en cuenta cuando preparamos el menú.
  • Problemas de coagulación. El omega 3 ayuda a hacer la sangre más líquida y que haya menos riesgo cardiovascular. En exceso podría interferir en la coagulación cuando se necesita, por ejemplo, para taponar una herida. Una advertencia en especial para las personas que toman medicamentos anticoagulantes.
  • Frena la absorción de hierro. Uno de los componentes de la chía, los fitatos, pueden interactuar con el hierro y otros minerales y dificultar su absorción.

Cuál es la cantidad idónea de chía

Ninguno de estos problemas debería preocuparnos si tomamos chía en cantidades moderadas, dentro de una dieta equilibrada donde también combinamos muchos otros nutrientes.

Dos cucharadas de semillas, unos 25 gramos, es la cantidad máxima recomendada diaria. No suponen más de 140 calorías y son más que suficientes para obtener todos los nutrientes esenciales, que nos ayudarán a mantener una presión arterial adecuada, baja inflamación y con el colesterol a raya.

Como con cualquier otro alimento foráneo que no has probado antes, no empieces tomando 25 gramos de golpe. Puede que tu cuerpo no lo tolere tan bien. Prueba añadir una cucharadita de postre de semillas a algún plato. Si no, ve añadiendo algo más cada dos o tres días hasta las cantidades recomendadas.

Cómo añadir la chía a nuestro menú

La manera en que las integres en tu menú es según el gusto de cada uno.

  • Puedes añadirla a yogures o prepararla como ingredientes de cremas o batidos. Absorben rápidamente el líquido, empapándose e hinchándose.

Si eres una persona golosa, te proponemos una idea imbatible: una mousse de semillas de chía con grosellas. Te dejamos aquí la receta.

  • Hay quienes simplemente las hidratan con agua y las toman a cucharadas en forma de gel.
  • Se pueden tomar en seco. Hay quienes aderezan ensaladas, aunque no son tan fáciles de tragar como otras semillas, como las de amapola.
  • Para hacerlas más digeribles mejor muélelas y haz una harina. Puedes agregarla a preparaciones de bollería, galletas o panes.