La Dieta Mediterránea es una de las más equilibradas y completas en cuanto a aportación de nutrientes diversos. Este es uno de los aspectos que ha hecho que se considere desde hace unos años Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Y tenemos la tendencia a pensar que nosostros, por el mero hecho de vivir aquí, gozamos de ese privilegio de manera inherente.
Pero que sea la dieta clásica de nuestro país no significa que sea la más seguida por los que aquí vivimos.
La última evaluación nutricional de la dieta española revela carencias de nutrientes en más dels 50% de la población, ya que en realidad no comemos tan bien como pensamos y eso tiene consecuencias sobre el peso pero también sobre nuestra salud.
A la hora de elegir lo que comes no solo hay que tener en cuenta las calorías. La variedad también importa y mucho porque, sin ella, es más fácil que dejes de lado algunos nutrientes que son básicos y que, como consecuencia, tu salud se vaya desgastando a causa de la mala alimentación. Afortunadamente, tu cuerpo siempre avisa cuando aparecen problemas y alteraciones no deseadas.
¿En qué FALLAMOS al comer?
La dieta habitual de los europeos es pobre en vitaminas del grupo B, vitamina D y ácido fólico, según un estudio publicado en el British Journal of Nutrition. La de los españoles, además, destaca sobre el resto de países europeos analizados en el informe por su bajo contenido en vitamina A.
Estas carencias nutricionales pueden provocar que tu organismo responda con señales a las que tal vez no das importancia, como por ejemplo perder cabello o sufrir infecciones repetidamente. Las señales que te explicamos a continuación son claves que pueden alertarte de que sufres un déficit vitamínico.