Averigua si sufres el síndrome del comedor nocturno: señales para empezar a preocuparse

Las personas que padecen este síndrome tienden a cuidarse durante el día, pero se despiertan durante la noche y asaltan literalmente la nevera. ¿Qué hay detrás de este comportamiento que puede llegar a poner en riesgo la salud?

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Síndrome comedor nocturno

En mitad de la noche, aparece un deseo irrefrenable de asaltar la nevera.

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Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

¿Tienes poca hambre durante el día pero en mitad de la noche te despiertas con una necesidad imperiosa de comer? Cuidado, porque puede que sufras un trastorno alimentario llamado síndrome del comedor nocturno.

El perfil del comedor nocturno no es nada extraño. De hecho, se trata de un trastorno relativamente frecuente en España. Hay más de 1 caso por cada 100 habitantes.

Se trata de personas que en mitad de la noche se levantan con un deseo irrefrenable de asaltar la nevera. Personas que, sin embargo, durante el día tienen sensación de inapetencia o que intentan dar una imagen manteniendo una dieta.

El síndrome del comedor nocturno puede afectar negativamente la calidad de vida, el funcionamiento social y laboral, y puede estar asociado con problemas de salud, como el aumento de peso y trastornos del sueño.

¿Cuándo nos estamos dando un atracón?

Nos es lo mismo darse un capricho que darse un atracón. Un atracón es un problema serio que se caracteriza por dos hechos:

  • Se come una cantidad de alimentos que es claramente superior a lo que la mayoría de personas comería en circunstancias parecidas.
  • Hay una sensación de falta de control. No se puede dejar de comer o de controlar la cantidad o lo que se come.

Además, hay otras pistas que nos pueden indicar que estamos ante un problema. Según la psicóloga valenciana Alicia López De Fez, se han de dar tres de estos supuestos:

  • Comer más rápido de lo normal.
  • Ingerir hasta sentirse desagradablemente lleno.
  • Comer mucho aunque no se tenga hambre.
  • Comer solo por la vergüenza que da la cantidad que se ingiere.
  • Sentirse luego a disgusto con uno mismo.

No es algo puntual: es un problema si ocurre más de 3 veces al mes

Los atracones además no son una cosa puntual. Han de darse al menos una vez por semana durante tres meses”, añade López De Fez.

¿POR QUÉ comer POR LA NOCHE?

El síndrome de los atracones es el mismo indistintamente de la hora del día en el que se haga. De todas formas, hay algunos rasgos específicos del comedor nocturno.

Según la psicóloga Montse Bascuas, del Instituto de Trastornos Alimentarios, “se observa que el síndrome del comedor nocturno es más frecuente en personas con obesidad. Concentran en la cena el mayor porcentaje de aporte energético”.

Las personas obesas son más proclives a comer por la noche

El 20% de los obesos admite que tiene una gran sensación de ganas de comer por la noche y más de un 7% se levanta y come.

Como señalábamos al principio, en general este problema se da en una o dos de cada cien personas en España.

Por tanto, que sea más frecuente en obesos no quiere decir que no se dé en personas de peso normal.

CÓMO SON LOS COMEDORES NOCTURNOS

Aunque la anorexia y la bulimia son más populares, en realidad hay más adultos afectados por este "síndrome de los atracones". Se observa mayor equilibrio entre hombres y mujeres.

“Muchas veces el trastorno se ha iniciado de manera sutil en la infancia, cuando al niño se le calmaba con comida o chucherías los momentos de nervios”, explica López De Fez.

Hay más adultos afectados por este síndrome que por anorexia o bulimia

Los afectados suelen tener ciertos problemas para controlar sus emociones y es frecuente que también sufran ansiedad, depresión, insomnio y baja autoestima.

El problema de los atracones precisa tratamiento médico o, como mínimo, un seguimiento psicológico.

HAY QUE DEJARSE ASESORAR

“Se ha de pedir ayuda especializada en todos los casos, sin excepción”, recalca Montse Bascuas.

En muchos casos son esos estados de ansiedad y depresión los que incitan a comer. Buscan la comida de forma poco consciente y equivocada, para llenar un vacío y huir de sus emociones, para no tener que enfrentarse a ellas”, añade la psicóloga.

Se busca la comida para llenar un vacío emocional, y nunca lo logra

A base de atracones putuales, el problema psicológico lejos de solucionarse se agrava. Se entra en un círculo vicioso. Se usa la comida como una antidepresivo pero después aparecen los sentimientos de culpa, a sentirse mal y vuelve a buscar refugio en la comida.

PASOS PARA SOLUCIONARLO

“En nuestra experiencia con numerosos casos en nuestro centro de psicología de Valencia -explica López De Fez-, el tratamiento para superar el trastorno por atracón combina tres partes”:

  • La terapia cognitivo-conductual (se analizan los comportamientos) para los problemas alimentarios.
  • La terapia interpersonal para los problemas de aislamiento.
  • Una comprensión profunda de por qué se produce esta necesidad de comer sin control.

“Estas terapias abogan por la enseñanza de recursos y estrategias que permitan manejar el comportamiento alimentario y la actividad física”, añade.

ANALIZA TU ACTITUD ANTE LA COMIDA

Puede que te sientes reflejado con lo expuesto en este artículo o que tu perfil no coincida exactamente con el descrito pero crees que quizá no tienes una buena relación con la comida.Hay unas pautas que pueden ayudarte a analizarlo.

  • Haz un diario. Obsérvate. Anota durante unas semanas todo lo que vas tomando, tanto en las comidas como entre horas. Este diario dietético te permitirá ser consciente de tus errores.
  • Fíjate en los detalles. Si estabas solo, dónde, a qué hora, qué estabas haciendo y cómo te sentías.
  • Pasadas estas semanas repasa tus notas y analiza qué patrones se repiten con más frecuencia. Te resultará fácil adivinar cuál es el hambre emocional que se esconde detrás de tu actitud.

 

ESTRATEGIAS ÚTILES PARA EVITAR EL ATRACÓN

  • Come despacio, masticando y disfrutando del sabor.
  • Antes de abrir la nevera pregúntate si tienes hambre o lo que te pide el cuerpo son calorías vacías.
  • Cocinar te ayudará a establecer una relación saludable con la comida.

Pensar por qué vas a comer y analizar ese instante puede reducir la ansiedad

  • Busca alternativas. En lugar de lanzarte a las chocolatinas busca actividades, como un breve paseo, bailar o hacer alguna manualidad.
  • Marca horarios. Haz cinco comidas al día, empezando por un buen desayuno. No se trata de comer más, sino de repartir mejor la comida.