Los huevos son un alimento básico en la mayoría de cocinas, tanto por sus propiedades saludables como por su versatilidad. Pocos alimentos atesoran tantas proteínas de calidad como el huevo. De hecho, estudios recientes apuntan que se pueden comer hasta 3 huevos al día. Y también pocos son tan indispensables para preparar una gran variedad de recetas. Sin embargo, es crucial asegurarse de que estén frescos y en buen estado antes de utilizarlos.
Cómo saber si los huevos están en buen estado
Son varias las cosas que puedes hacer para comprobar que un huevo no está en mal estado porque en ocasiones a simple vista no presentan mal aspecto.
- La prueba del agua: Llena un recipiente con agua y coloca el huevo en él. Un huevo fresco se hundirá en posición horizontal o ligeramente inclinada en el fondo. Esto se debe a que la cáscara de un huevo fresco es porosa y permite que muy poca aire entre en su interior. A medida que un huevo envejece, más aire penetra en su interior, lo que hace que flote. Si el huevo flota en la superficie, es probable que esté en mal estado y debes desecharlo.
- El olor. Si bien los huevos frescos no tienen un olor fuerte, un huevo en mal estado puede emitir un olor desagradable. Cuando lo rompas, presta atención a cualquier olor fétido o rancio. Si lo detectas, es mejor desecharlo.
- La yema y la clara: La yema de un huevo fresco debe tener un aspecto redondeado y firme, de un color amarillo brillante. La clara debe ser transparente y gelatinosa, sin rastros de coloraciones extrañas o texturas inusuales. Si ves que la yema se aplana o la clara se vuelve turbia, es un indicio de que el huevo puede estar en mal estado.
Fíjate en la fecha de caducidad
La fecha de caducidad es, sin duda, el mejor indicativo de que el huevo se encuentra en buen estado, aunque es cierto que puede estar malos sin haber superado la fecha de caducidad por otros motivos, sobre todo roturas.
Para saber la fecha de caducidad, gracias a la normativa europea solo tienes que fiarte del etiquetado. Se consideran huevos frescos hasta la fecha de consumo preferente que verás impresa, establecido en 28 días tras la puesta. Si son huevos de la categoría “extrafrescos”, la fecha de consumo preferente se acorta en 9 días, es decir, lo son dentro de los 19 días tras la puesta.
Esta fecha nos garantiza que sus propiedades organolépticas (color, olor, sabor y textura) se mantienen intactas. A partir de entonces, su consumo sigue siendo completamente seguro, pero su calidad disminuye.
Después de esa fecha tienen alrededor de una semana más de vida útil para consumirlos sin que pierdan valor nutricional ni seguridad alimentaria. Tienes tantas opciones para usarlos, que seguro que eso no será un problema para ti. Y siempre puedes hacer la prueba del agua que te sugerimos anteriormente para asegurarte de que estén bien.
Cómo conservar los huevos
Conservar de forma adecuada los huevos es clave para evitar que se estropeen antes de tiempo.
- Refrigeración: Nada más comprarlos tienes que guardarlos en la nevera. Lo ideal es que estén una temperatura constante de alrededor de 4°C. Esto ayuda a mantener su frescura y a prevenir el crecimiento de bacterias.
- Envase Original: Conserva los huevos en su envase original. La cáscara de huevo es porosa, lo que significa que los huevos pueden absorber olores no deseados de otros alimentos en tu refrigerador. Mantenerlos en su envase protege su calidad y sabor.
- No en la puerta: Evita guardar los huevos en la puerta de la nevera, ya que esta zona suele tener variaciones de temperatura debido a la apertura constante. Las fluctuaciones de temperatura pueden afectar negativamente la calidad de los huevos.
Huevo, un tesoro nutricional
Los huevos son una fuente de nutrientes esenciales. A continuación, algunos de los beneficios y propiedades de los huevos:
- Proteínas de alta calidad: Los huevos son una de las mejores fuentes de proteínas de alta calidad. Contienen todos los aminoácidos esenciales necesarios para el crecimiento y la reparación de tejidos.
- Vitaminas y minerales: Los huevos son ricos en vitaminas A, D y B12, así como en minerales como hierro, zinc y selenio. Estos nutrientes son esenciales para la salud general y el funcionamiento del cuerpo.
- Colina: Los huevos también son una fuente importante de colina, un nutriente esencial para la función cerebral, la memoria y el desarrollo del cerebro, especialmente en mujeres embarazadas y en lactancia.
- Ácidos Grasos Esenciales: Los huevos contienen ácidos grasos esenciales, como el ácido linoleico, que son beneficiosos para la salud cardiovascular.
- Antioxidantes: Los huevos también contienen antioxidantes como la luteína y la zeaxantina, que son buenos para la salud ocular.