El alimento al que nos referimos es uno de los frutos de otoño más apreciados. Saborearlo asado al horno, sin ningún aderezo más, es una auténtica delicia. En lugares como Cataluña, este fruto ocupa un lugar de honor junto con las castañas y es típico comerlo la noche del 31 de octubre. En las Islas Canarias, Comunidad Valenciana, Islas Baleares o Andalucía también está presente en platos tradicionales y postres. Hablamos del boniato, un alimento de sobras conocido aunque todavía existe la idea de que engorda y no es versátil en la cocina, quizá por ello su consumo no es tan habitual como el de la patata. Sin embargo, el boniato puede ser un perfecto sustituto de la patata para personas con estómagos delicados ya que es un auténtico bálsamo para el aparato digestivo. Además, su índice glucémico es más bajo, convirtiéndose en un buen aliado para perder peso ya que sacia y ayuda a controlar el apetito.
Qué aporta el boniato
El boniato tiene un excelente perfil nutricional. Es una gran fuente de carbohidratos complejos, fibra dietética, vitaminas y minerales esenciales que lo convierten en un alimento que debería consumirse de forma más habitual:
- Vitamina A: El boniato es rico en betacarotenos, que el cuerpo convierte en vitamina A. Esta vitamina es esencial para la salud de la piel, la visión, el sistema inmunológico y la función celular.
- Vitamina C: Contribuye al sistema inmunológico, promueve la absorción de hierro y actúa como antioxidante.
- Potasio: Importante para la salud cardiovascular y la regulación de la presión arterial.
- Fibra dietética: Contribuye a la salud digestiva y puede ayudar a mantener niveles de glucosa en sangre estables.
- Vitamina B6: Esencial para el metabolismo de las proteínas y la función del sistema nervioso.
Ventajas del boniato frente a la patata
El boniato ofrece una serie de beneficios para la salud que lo convierten en una alternativa saludable a la patata:
- Índice Glucémico más bajo: El boniato tiene un índice glucémico más bajo que la patata, lo que significa que libera glucosa en sangre de manera más gradual. Esto ayuda a mantener niveles de energía estables y puede ser beneficioso para las personas con diabetes. También ayuda a controlar el apetito de forma más eficaz que la patata, lo que lo convierte en una aliado si se quiere perder peso.
- Más rico en Antioxidantes: Los betacarotenos y otros antioxidantes presentes en el boniato ayudan a combatir el estrés oxidativo y reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Estas sustancias son prácticamente inexistentes en la patata.
- Más digestivo: El boniato es más fácil de digerir que la patata, por eso las personas con estómago delicado lo toleran mejor.
El boniato no engorda
Existe la idea de que el boniato engorda por su contenido en hidratos de carbono, pero es una falsa creencia.
El boniato aporta 86 calorías por cada 100 gramos, lo que lo convierte en una fuente de energía razonable en una dieta equilibrada.
Este fruto de otoño es principalmente un alimento rico en carbohidratos complejos, que son una fuente de energía de liberación gradual. Los carbohidratos representan la mayoría de las calorías en el boniato. Estos carbohidratos complejos incluyen almidones y fibra dietética.
Así pues, el boniato es una buena fuente de fibra dietética, que es beneficiosa para la digestión y aumenta la sensación de saciedad. La fibra ayuda a mantener los niveles de azúcar en sangre estables al reducir la velocidad de absorción de los carbohidratos.
Qué cantidad se puede comer
El boniato no aporta demasiadas calorías pero tampoco es pepino cuyo contenido es casi todo agua, por eso debe consumirse con moderación.
- Controla las cantidades. Como con cualquier otro alimento, consumir en exceso cualquier fuente de calorías puede provocar sobrepeso.
- Preparaciones sanas. Evita cocinar el boniato con grandes cantidades de aceites y grasas saturadas. Prepáralo al horno, asado o hervido para reducir el contenido calórico total del plato. Una de las ventajas del boniato frente a la patata es que su sabor es tan delicioso que no hace falta freírlo ni añadirle nada para que esté riquísimo.