El hueso, como la piel, es un tejido en constante renovación. Hasta los 30-35 años, el organismo produce más hueso del que descompone hasta llegar al pico máximo de masa ósea. Sin embargo, a partir de los 40, se desencadena un proceso a la inversa: la destrucción ósea supera su construcción, lo que provoca una pérdida anual de alrededor del 0,3-0,5 % de la masa ósea.
Esta pérdida de densidad ósea es particularmente preocupante durante la etapa de la menopausia en las mujeres, incrementando el riesgo de osteoporosis. La disminución de los niveles de estrógeno tiene un impacto negativo en el proceso de renovación ósea porque esta hormona participa en la creación de hueso. Por eso es tan importante que las las mujeres aumenten la ingesta de calcio a los 50 años para asegurarse un consumo diario de 1.000 mg.
De todas maneras, el riesgo de desarrollar osteoporosis dependerá del pico de masa ósea que se haya conseguido en la juventud: cuanto mayor sea, más reserva ósea tendrá la mujer. Por eso hay que cuidar los huesos con una dieta rica en calcio y ejercicio toda la vida. Dicho esto, debe insistirse en el consumo de calcio en las mujeres de 50 años. Si hablamos de alimentos ricos en calcio pensamos irremediablemente en la leche. Y es cierto que es una gran fuente: la leche aporta 125 mg de calcio por 100 g de alimento, pero hay un alimento que aporta aún más calcio de fácil asimilación. Nos referimos al skyr, un lácteo originario de Islandia que aporta 150 mg de calcio por 100 g de alimento. Durante siglos solo lo han conocido los escandinavos, pero ahora ya es habitual encontrarlo en los supermercados.
El yogur vikingo
El skyr forma parte de la gastronomía islandesa desde hace siglos. Tradicionalmente, se hace a partir de leche desnatada y cultivos bacterianos, lo que lo convierte en un producto lácteo fermentado.
Está clasificado como un queso fresco como el queso quark alemán, pero tiene una consistencia y sabor más parecida al yogur, algo más espeso y cremoso. Su sabor es ligeramente ácido y menos dulce que algunos yogures comerciales.
Gran fuente de proteínas y calcio
La composición nutricional del skyr puede variar según la marca y el proceso de fabricación, pero en general es una excelente fuente de proteínas, calcio y otros nutrientes. Por lo general, es bajo en grasa y carbohidratos. Todo ello lo convierte en un producto ideal en la menopausia. Esta es su composición nutricional por 100 g de producto.
- Proteínas: Alrededor de 11-15 gramos.
- Grasas: Baja cantidad, generalmente menos de 1 gramo.
- Carbohidratos: Alrededor de 4-7 gramos.
- Calcio: 150 mg aproximadamente.
- Calorías: Alrededor de 60-80 calorías por cada 100 gramos.
Ventajas del skyr respecto a otros yogures y la leche
El skyr presenta algunas ventajas nutricionales respecto a la leche o los yogures de toda la vida:
- Mayor contenido de proteínas: El skyr suele tener un contenido proteico más alto que otros yogures, lo que lo hace una excelente opción para quienes buscan aumentar su ingesta de proteínas. En la menopausia conviene tomar más proteína para aumentar la masa muscular. El descenso de estrógenos reduce la masa muscular y esto provoca que se aumente de peso con más facilidad porque el músculo consume mucha energía. Las proteínas también aumentan la saciedad y ayudan a controlar el apetito.
- Bajo en grasa: Este yogur aporta menos calorías que los convencionales y, por supuesto, que el griego que es más graso, por eso es adecuado en dietas de pérdida de peso.
- Menos azúcar: En comparación con algunos yogures comerciales, el skyr tiende a tener menos azúcar añadido, aunque esto puede variar según la marca.
- Probióticos: Al igual que el yogur, el skyr puede contener probióticos, que son microorganismos beneficiosos para la salud intestinal.
Ten en cuenta que las propiedades nutricionales pueden variar según la marca y el proceso de fabricación del skyr, por lo que es recomendable leer las etiquetas nutricionales para obtener información precisa sobre el producto que estás consumiendo.