No tienes que renunciar a una comida de tapas porque existen muchas opciones ligeras y buenísimas.
Es tiempo de tapeo y no hay por qué renunciar a él. Basta con saber qué nos aporta cada tipo de tapa y, si de forma excepcional elegimos una muy calórica, procurar que las demás sean más ligeras.
Y es que estos meses se cumple una auténtica paradoja: queremos estar estupendas y deshacernos de esos kilos de más, pero también nos apetece relajarnos, disfrutar con amigos y familia, que nos pongan la comida en la mesa y no tener que cocinar...
Por eso más de una acaba con algún que otro kilo añadido cuando termina la época estival. Sin embargo, disfrutar del buen tiempo, de las terracitas y las tapas sin engordar es posible si sigues los consejos que te proponemos a continuación.
La bebida también cuenta
No solo engorda lo que comemos, también la bebida con la que acompañamos las tapas puede acabar sumando un extra de calorías que tal vez no tienes en cuenta. Toma nota de las calorías que suman las siguientes y sé consciente también de ello cuando vayas de tapeo.
- Una lata de refresco sabor cola (33 cl) puede sumar hasta 140 kcal. Si tu objetivo es reducir calorías, elige versiones ligeras y bajas en azúcar.
- Un vaso grande de cerveza (30 cl) aporta unas 100 kcal. La misma cantidad de cerveza sin alcohol suma unas 70 kcal.
- Una copa no llena de vino blanco (100 ml) son, también, 70 kcal. Si el vino es tinto engorda un poquito menos, unas 63 kcal.
- Un vaso de sangría contiene entre 75 y 100 kcal. En cambio, el tinto de verano se queda en 30-48 kcal.
- Un vermut suma 162 kcal. Y un bitter con alcohol llega a 152 kcal.
Lo mejor es apostar por propuestas refrescantes y ligeras como, por ejemplo, un agua con gas con un chorrito de zumo de limón. Y recuerda que, en general, las versiones sin alcohol aportan menos calorías que las que sí lo contienen.
Si tienes en cuenta nuestros consejos en cuanto a bebida y tapeo se refiere, lo tendrás mucho más fácil para no engordar en verano sin renunciar a las tapas.
Así compensas un exceso puntual
Ha quedado claro que las vacaciones son para pasarlo bien... ¡y para darte algún que otro capricho! Por tanto, no te arrepientas si has hecho un aperitivo más calórico de lo que te conviene.
Eso sí, haz todo lo posible por compensar ese exceso a lo largo del día (no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, dice el refrán).
Es sencillo: si te pasas con la comida cena menos. ¿Y si has comido normal durante el día pero te has pasado con la cena? También es fácil: deja pasar media hora y sal a caminar. Te relajarás, aligerarás las piernas y quemarás calorías.
Platos que son agua
Toma una dieta rica en zumos y sopas frías (gazpachos, vichyssoise...) para estar más guapa y delgada.
Estos platos, llenos de nutrientes saludables y antioxidantes, te llenan y evitan que comas alimentos más calóricos. Además, te aprovecharás de su poder diurético, con lo que perderás volumen.
Un alimento crudo cada día
Acostúmbrate a tener en la nevera vegetales cortados en palitos, dados...
Así, cada vez que tengas ganas de picar recurrirás a este saludable tentempié que te llena de vitaminas, es saciante, desintoxica el organismo, te ayuda a broncearte y no engorda.
Que no pasen más de tres horas sin comer
Tomar algo ligero entre horas sigue siendo importante porque ese pequeño aporte obligará a tu organismo a no permanecer inactivo y a mantener la quema de calorías.
Los yogures desnatados y las frutas son un magnífico recurso para las horas intermedias de la mañana (11 o 12) y de la tarde (5 o 6): medio mango, una pera, una tajada de melón o de sandía o incluso una sencilla macedonia de dos frutas (melón y plátano, por ejemplo).