Cara muy roja, especialmente la nariz, y amplios cercos alrededor de los ojos... ¿Te suena? Son las señales inequívocas de que alguien ha estado en la nieve.
Pero incluso aunque seas de los que están convencidos de que utilizan bien el protector solar y unas buenas gafas, seguro que al menos hay una cosa que haces mal y que puede poner en peligro tu salud.
Un reciente estudio ha alertado sobre un error que comete la mayoría de la gente a la hora de protegerse de los rayos solares en la nieve. Y no solo deberían tenerlo en cuenta los aficionados al esquí. También las personas que suelen hacer escapadas a lugares donde nieva... y las que viven en estas zonas. Te lo contamos.
Con las gafas de sol no te la juegues
La mayoría de los aficionados a los deportes de nieve suelen utilizar gafas tipo máscara que proporcionan la adecuada protección, siempre y cuando las compren en ópticas y establecimientos especializados, nunca en comercios tipo bazares.
Fuera de las pistas de esquí la radiación solar también es alta
Pero mucha gente suele bajar la guardia fuera de las pistas, cuando pasea por un entorno donde hay nieve. "No somos conscientes de que refleja más del 80% de la luz solar y podemos pasar varias horas recibiendo esa radiación intensa en nuestros ojos, sin darnos cuenta de lo perjudicial que puede resultar", nos explican desde el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas.
10 consejos a la hora de elegirlas
Estas son las precauciones que deberías tener en cuenta al comprar unas gafas de sol para la nieve según este organismo profesional:
- Cómpralas siempre en un establecimiento especializado, donde un óptico-optometrista te asesorará sobre el mejor tipo de protección ocular según la actividad que vayas a practicar, tu fotosensibilidad y tu color de ojos.
- Asegúrate de que cumplen las normas ISO sobre protección y llevan el sello de la CE.
- Las lentes se dividen en cuatro categorías en función de la protección solar que ofrecen. Para las estaciones de esquí y lugares de nieve debes elegir unas gafas de la categoría 4, de color más oscuro y las que más protegen.
- Las gafas de sol deben tener filtros que bloqueen el 99-100% de la radiación UV-A y UV-B.
- Es importante que sean de material orgánico, ya que las de polímeros de baja calidad (plástico) pueden dejar pasar la radiación UV, a pesar de ser muy oscuras, y pueden deformarse.
- Escoge preferiblemente unas gafas que ofrezcan una visión óptima tanto en días soleados, como nublados o con niebla. Las de filtros polarizados minimizan el deslumbramiento por los reflejos del sol en la nieve.
- Deben cubrir las zonas laterales de la cara, las sienes, para proteger también esta zona de la radiación. Ten en cuenta esta característica no solo para las gafas de esquiar, también para las "de paseo", que deben ser de montura envolvente y patillas anchas.
- Pruébatelas y asegúrate de que sean del tamaño adecuado y se adapten cómodamente a la forma de tu cara para que no se te caigan.
- Las lentes de las gafas de protección solar para el esquí también pueden graduarse. Otra opción es usar lentes de contacto y elegir unas gafas de sol sin graduación.
- Recuerda que los niños son más vulnerables y deben utilizar gafas de sol adecuadas aunque no vayan a esquiar.
Así perjudica la radiación a tus ojos
"La luz del sol puede dañar seriamente las estructuras del ojo, lo que aumenta el riesgo a largo plazo de desarrollar patologías como queratitis solar (inflamación de la córnea), cataratas o incluso degeneración macular asociada a la edad (DMAE)", nos explica Juan Carlos Martínez Moral, presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas.
Y añade que las personas de ojos azules o verdes "aún deben tener más cuidado al escoger unas gafas protectoras para la nieve, ya que tienen más riesgo de daño solar".
Una inadecuada protección puede causar queratitis, cataratas o degeneración macular
Pero no usar gafas de sol en la nieve o utilizar unas que no ofrezcan la debida protección también puede causar problemas a corto plazo como fotofobias, conjuntivitis y úlceras.
Además, el viento favorece la sequedad ocular y pequeñas partículas o cristales de hielo pueden entrar en los ojos, dañando la córnea. Otro motivo más para protegerlos adecuadamente.
Aplicamos mal el protector solar
Partiendo de la base de que las personas que practican deportes de nieve son conscientes del riesgo de sufrir quemaduras solares y utilizan un fotoprotector, lo que han querido comprobar investigadores de la Universidad de Liverpool (Reino Unido) es si realmente se lo aplican bien.
Para ello, pidieron a los participantes en el estudio que se pusieran el protector solar en el rostro. Antes y después les hicieron fotografías con una cámara sensible a la luz ultravioleta. De esta manera, las zonas cubiertas con protector se veían de color negro en las imágenes.
La zona alrededor de los ojos suele quedar sin protección
Lo que mostraron las fotos fue que la mayoría de las personas dejaron un 9,5% del rostro por cubrir. Y las zonas habitualmente "olvidadas" fueron los párpados y la piel que rodea los ojos, sobre todo entre el lagrimal y el puente del tabique nasal.
Los párpados, vulnerables al cáncer de piel
Los autores de esta investigación advierten de que más del 90% de los carcinomas de células basales se producen en la cabeza o el cuello. Y entre el 5 y el 10% de todos los casos de cáncer de piel afectan a los párpados.
Según la American Cancer Society, el carcinoma de células basales es el tipo de cáncer de piel más frecuente: 8 de cada 10 casos lo son. Suele crecer lentamente pero, si no se trata, puede extenderse a áreas cercanas e, incluso, acabar afectando a los huesos.
Lo que más preocupa a los investigadores es que, incluso después de ofrecer esta información a los participantes en el estudio, cuando se les pidió que se aplicaran de nuevo el fotoprotector, siguieron dejando un 7,7% de la cara sin proteger.
Cómo proteger bien tu rostro
La doctora Magdalena de Troya, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), explica a Saber Vivir que hemos de tener especial cuidado a la hora de proteger la cara "porque es una de las zonas más sobreexpuestas a los efectos crónicos de la radiación ultravioleta (UV)".
Para ello, debemos utilizar un fotoprotector específico para el rostro porque "de la misma forma que no aplicamos la misma crema cosmética en todo el cuerpo, tampoco debemos aplicar la misma crema protectora". Y aclara que en los párpados debemos usar el mismo protector facial.
El protector facial también debemos aplicarlo en los párpados
En la nieve esta protección aún es mucho más importante. "La radiación UV aumenta un 4% por cada 300 metros de elevación sobre el nivel del mar, por lo que los riesgos de daño solar se incrementan en la montaña. Además, la nieve refleja el 80% de la radiación UV, de ahí la importancia de aumentar la protección de la piel y los ojos", advierte la especialista.
A la hora de elegir y usar el fotoprotector, la doctora De Troya nos hace estas recomendaciones:
- Factor de protección solar (FPS): las pieles más claras requieren un FPS elevado, de 50+. Las pieles más oscuras y con mayor capacidad de bronceado pueden usar uno más bajo.
- Textura: las cremas más untuosas están indicadas para pieles secas; las más ligeras, para pieles grasas; y las lociones más líquidas, para las zonas pilosas (con pelo o mucho vello).
Es importante elegir la textura más adecuada según el tipo de piel
- Cuándo aplicarlo: igual que cuando vamos a la playa, en la nieve también debemos ponernos el protector media hora antes de la exposición solar y reaplicarlo cada dos horas. Recuerda extenderlo bien por todo el rostro, párpados y zona de alrededor de los ojos incluidos.
- Hidratar después: el viento y el frío resecan la piel, por lo que hay que proporcionarle un plus de hidratación.