Hipertensión ocular: qué es, síntomas y tratamiento

Entre el 1,3% y el 6% de la población tiene hipertensión ocular y la mayoría no lo sabe. Esta patología no presenta síntomas pero si no se detecta a tiempo puede provocar glaucoma, la segunda causa de ceguera.

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Hipertensión ocular: qué es, síntomas y tratamiento
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La hipertensión ocular ocurre cuando la presión del interior del ojo es más alta de lo normal.

Diana Llorens
Diana Llorens

Periodista

Entre el 1,3% y el 6% de la población tiene hipertensión ocular y la mayoría no lo sabe ya que esta patología no presenta síntomas.

La hipertensión ocular ocurre cuando la presión del interior del ojo es más alta de lo normal. Esta es la principal causa de glaucoma, que puede derivar en una ceguera irreversible si no se detecta y trata a tiempo. Las revisiones son clave a partir de los 40 años si hay factores de riesgo.

La Dra. Marta Mármol, oftalmóloga del área de Glaucoma del Centro de Oftalmología Barraquer, nos cuenta todo lo que debemos saber sobre la hipertensión ocular.

¿Qué es la hipertensión ocular?

En el interior del ojo hay un líquido denominado humor acuoso cuya función es nutrir y oxigenar las estructuras del ojo. “Este líquido tiene que mantener un equilibrio muy fino y en el momento en que se rompe este equilibrio la tensión sube”, explica la Dra. Marta Mármol.

La hipertensión ocurre cuando existe un mal funcionamiento del sistema de drenaje del humor acuoso que hace que este se acumule en el interior del ojo.

Todos tenemos cierta presión en el interior del ojo, lo normal es que esté entre 9 y 21 mmHg. Cuando la presión sube por encima de los 21 mmHg, hablamos de hipertensión ocular.

Se puede tener hipertensión solo en un ojo, pero en la mayoría de casos se dará en ambos, aunque los valores no sean exactamente los mismos.

En algunos casos, la hipertensión ocular puede dar lugar al glaucoma, una enfermedad que si no se trata puede causar la pérdida de visión. Sin embargo, “tener la presión por encima de 21 mmHg no significa que la persona tenga glaucoma. Se puede ser hipertenso ocular sin llegar a tener la enfermedad”, puntualiza la Dra. Marta Mármol.

Diferencias entre hipertensión arterial e hipertensión ocular

A menudo se piensa que la hipertensión ocular está relacionada con la hipertensión arterial, pero como nos explica la Dra. Mármol,“no existe una relación directa entre la presión arterial y tener la presión alta de los ojos".

Se puede tener la presión arterial alta y la de los ojos baja y al revés ya que son dos tipos de presión diferentes que se regulan por sistemas distintos.

Sin embargo, hay estudios que sí muestran una asociación entre la hipertensión ocular y las enfermedades cardiovasculares.

Factores de riesgo de la hipertensión ocular

  • Edad. Este es el principal factor de riesgo, a más edad, más probabilidades hay de sufrir hipertensión ocular.
  • Historia familiar. “Tener antecedentes familiares de primer grado con hipertensión ocular o glaucoma aumenta el riesgo de desarrollarlo ente 3 y 5 veces”, comenta la Dra. Mármol.
  • Problemas oculares. La miopía alta, a partir de 6 dioptrías, aumenta la probabilidad de tener hipertensión ocular. Tener la córnea delgada, síndrome de pseudoexfoliación o hipermetropía también se consideran factores de riesgo.
  • Corticoides. “Haber usado corticoides a altas dosis durante bastante tiempo puede aumentar la presión intraocular”, indica la doctora.
  • Raza. Se sabe que en las personas de origen africano el glaucoma, y por lo tanto la hipertensión ocular, es más prevalente. En las personas asiáticas, tener los ojos rasgados hace que tengan mayor probabilidad de tener glaucoma de ángulo cerrado.

Síntomas de la hipertensión ocular

El principal problema es que la hipertensión ocular no da síntomas. De ahí que los pacientes muchas veces acudan tarde al oftalmólogo”, indica la doctora.

En un reciente estudio llevado a cabo por el Centro de Oftalmología Barraquer y en el que se analizaron 2.032 ojos de 1018 participantes entre los 19 y 103 años de edad, se observó que un 4,5% de los participantes tenía hipertensión ocular, de las cuales un 85% no tenían diagnóstico previo. Un 17% de estas personas tenía antecedentes familiares.

De ahí la importancia de hacerse una revisión una vez al año para poder detectar con tiempo si existe algún problema en la vista, en especial a partir de los 40 años si hay factores de riesgo.

¿Cómo se diagnostica la hipertensión ocular?

La prueba para de detectar la hipertensión ocular es la tonometría. Es una prueba muy sencilla, rápida e indolora que todos los oftalmólogos realizan en las revisiones rutinarias.

Se realiza en la lámpara de hendidura, una máquina donde el paciente coloca la cabeza para que el oftalmólogo le pueda examinar los ojos.

Existen diferentes tipos de tonómetros (de contacto, de aire). El más común en las consultas oftalmológicas es el denominado tonómetro de Goldman, que ejerce un leve contacto con la superficie del ojo para medir la tensión y es la prueba más fiable para detectar la hipertensión ocular. Al momento, el oftalmólogo obtiene el dato sobre la presión ocular.

Consecuencias de la hipertensión ocular

Tener hipertensión ocular puede provocar glaucoma, la segunda causa de ceguera en los países desarrollados. En España se calcula que aproximadamente un millón de personas tiene esta enfermedad, la mitad de las cuales todavía no lo sabe”, explica la Dra. Mármol.

La hipertensión ocular puede dañar el nervio óptico, que es el “cable” que conecta el ojo con el cerebro y transmite la información desde el ojo hasta el cerebro.El paciente pasa de tener hipertensión a tener glaucoma cuando esa tensión del ojo ya ha provocado un daño en el nervio óptico”, comenta la doctora.

En el glaucoma lo primero que se ve afectado es la visión periférica, es decir, se puede ver la parte frontal, pero no por los lados. “Las personas no se dan cuenta de que tienen un problema real, de que están perdiendo visión hasta que la enfermedad está avanzada”, comenta la Dra. Mármol.

Para detectar el glaucoma, existe la prueba del campo de visión o campimetría. Se realiza a todos los pacientes con hipertensión ocular para descartar el glaucoma y a aquellos que manifiestan pérdida de visión periférica. “Es una prueba rápida, totalmente indolora, en la que al paciente se le ponen unas luces en diferentes zonas de su campo de visión y tiene que indicar si las ve o no”, explica la doctora.

Tratamiento de la hipertensión ocular

En caso de detectar hipertensión ocular, existen diversas formas de bajar la presión para evitar que cause daño en el nervio óptico y derive en glaucoma.

  • Fármacos. Existen colirios para bajar la presión ocular que son fáciles de usar y permiten hacer una vida normal. Este es el tratamiento de elección si no hay afectación del nervio óptico.
  • Tratamientos láser. Existen tratamientos con láser que se pueden utilizar en caso de que los colirios no funcionen.
  • Cirugía. Si el paciente ya está en fase de glaucoma, "en lugar de gotas se puede pasar directamente a cirugía o se intenta ser un poco más agresivo con el tratamiento”, comenta la Dra. Mármol.

En caso de que la persona ya haya desarrollado glaucoma, la pérdida de visión no se puede recuperar, pero sí que se puede frenar la progresión de la enfermedad. “Lo ideal es detectarlo antes de que se llegue a tener la enfermedad, en la fase de hipertensión ocular”, indica la Dra. Mármol.

Cómo prevenir la hipertensión ocular

Se ha visto que adoptar hábitos saludables reduce considerablemente las posibilidades de tener hipertensión ocular y de sufrir glaucoma”, indica la Dra. Mármol.

Los siguientes hábitos saludables son factores de protección frente a la hipertensión ocular:

  • Dieta equilibrada. Una alimentación en base a todo tipo de alimentos y de manera moderada ayuda a mejorar la circulación sobre el nervio óptico.
  • Ejercicio físico. Realizar de forma habitual ejercicio aeróbico moderado beneficia un mayor aumento de contenido de oxígeno a los tejidos y, con ello, al nervio óptico.
  • No fumar. El tabaco reduce el aporte de oxígeno a los tejidos.
  • No consumir cafeína en exceso. Un consumo excesivo está relacionado con el aumento de la presión dentro del ojo.