Según la Sociedad Española de Oftalmología, alrededor del 3% de los niños en edad escolar presentan ambliopía, un trastorno que normalmente afecta solo a uno de los ojos y que consiste en una disminución de la agudeza visual, de modo que la imagen que le llega al cerebro desde ese ojo es borrosa.
“Se trata de un tema de funcionamiento del ojo y del cerebro: cuando se da una ambliopía, el ojo no llega a desarrollar todo su potencial visual”, nos explica el Dr. Joan Prat, oftalmólogo pediátrico del Hospital de Sant Joan de Déu de Barcelona.
“Normalmente, si observas el ojo en un microscopio en la mayoría de los casos no ves ningún defecto orgánico. Simplemente la funcionalidad no se desarrolla de forma correcta y se queda a medio camino, por eso no existe ninguna técnica quirúrgica que permita resolverlo" nos aclara el doctor.
¿Cómo se detecta la ambliopía?
El signo clínico característico de la ambliopía es que el niño no ve bien con uno de los dos ojos.
- Cuando su cerebro recibe las dos imágenes (una buena y otra mala) simplemente se queda con la buena. Por eso los más pequeños no se dan cuenta de que tienen un problema de visión.
“Hasta pasados los 6 o 7 años los niños no suelen detectarlo porque no se observan. Para notarlo tendrían que taparse un ojo, fijarse en algún objeto y, a continuación, taparse el otro ojo y comprobar si ven igual" detalla el Dr. Prat.
¿Qué provoca el "ojo vago"?
Las dos causas más frecuentes de la ambliopía son una mala corrección de algún defecto de la vista (cuando los ojos tienen graduaciones diferentes) y el estrabismo.
“Si el niño necesita llevar gafas y no se las pone, no solo verá borroso con el ojo que necesita corrección sino que, además, es posible que ese ojo se vuelva ambliope.”
Un niño que necesite gafas, es importante que las use
Cuando se da un problema de estrabismo, a veces el ojo que se desvía no se desarrolla y se vuelve “vago”.
- En este caso, como suele ser algo muy evidente, los padres se dan cuenta de la desviación del ojo y acuden al oftalmólogo.
La importancia de las revisiones
La agudeza visual del niño se desarrolla entre los 0 y los 4 años. Habitualmente, en la revisión de los 4 años el pediatra realiza un test de agudeza visual.
“Es una buena edad tanto por el nivel de desarrollo de la visión como por la capacidad que tiene el niño de colaborar al hacer la prueba”, explica el Dr. Prat. Si el pediatra detecta algo anormal, lo deriva al oftalmólogo.
Es básico detectar el problema a una edad muy temprana
- No se ha comprobado que los trastornos oftalmológicos sean hereditarios, “pero sí que se ha visto que hay familias con tendencia a desarrollar determinados problemas: miopes, hipermétropes, estrábicos...”
Sobre la posibilidad de que los hijos hereden los problemas visuales de los padres el Dr.Prat aclara: “en familias con antecedentes de problemas oftalmológicos, trastornos de graduación o desviaciones oculares recomendaría a los padres que lleven al niño al oftalmólogo como máximo a los 3-4 años.”
Detectar el problema a tiempo es clave, ya que solo puede corregirse mientras la visión todavía se está desarrollando. “En este problema, la capacidad de recuperación es exponencial pero a la inversa: cuanto más pequeño es el niño más recupera y, al contrario, cuanto mayor es menos recupera.”
La ambliopía solo puede corregirse mientras la visión se está desarrollando
En relación al tratamiento, según cuenta el doctor “en el caso de una ambliopía que no sea muy grave, si empezamos el tratamiento sobre los 4 años normalmente se puede recuperar. Pero si descubrimos el problema a los 8, ya vamos muy tarde.”
Actualmente se recomienda estar pendiente de los niños que tienen ambliopía hasta los 12 años, ya que la poca plasticidad que queda entre los 9 y los 12 desaparece a partir de esta edad. Por eso, “luchar por una ambliopía a partir de los 12 años o incluso en edad adulta no tiene sentido”.
¿Cómo se trata el ojo vago?
“Lo primero que debemos hacer es comprobar si el niño necesita llevar gafas o no. En caso afirmativo, si una vez puestas las gafas sigue viendo mal, significa que existe un problema de ambliopía. En este caso, la primera opción de tratamiento suele ser tapar el “ojo bueno” con un parche.”
- En función de la cantidad de ambliopía, se suele recomendar que lleve el parche durante 2, 4 o 6 horas.
“Otro tratamiento que no se usa tanto en nuestro entorno pero que sí que se emplea mucho en los países anglosajones es la aplicación de unas gotas (atropina) en el ojo bueno que hacen que vea más borroso que el otro. De este modo, obligas al niño a “mirar” con el ojo vago" cuenta el Dr.Prat sobre las opciones de tratamiento.
El tratamiento más utilizado es tapar el "ojo bueno" con un parche unas horas al día
- Este tratamiento no se puede aplicar en todos los niños, depende del tipo de ambliopía y de la graduación que tengan.
Según el doctor “Llos estudios dicen que la eficacia de las gotas y del parche son muy parecidas, quizás ligeramente a favor del parche, pero con las gotas también se pueden obtener buenos resultados.“
Estimulación con pantallas
Los oftalmólogos siguen estudiando nuevas formas de tratar la ambliopía: “ahora se están realizando toda una serie de estudios para ver si con ciertos estímulos visuales, aplicados a través de pantallas de ordenador, se puede recuperar visión. Es un sistema mucho más “dulce” respecto a los otros.”
“De momento los resultados son muy heterogéneos y todavía no disponemos de una evidencia científica que nos demuestre que este pueda ser un tratamiento alternativo. Algunos niños que visitamos lo hacen de forma complementaria, a iniciativa de los padres" sigue explicando el Dr.Prat.
¿se asocia con otros problemas visuales?
El hecho de haber tenido ambliopía no suele dar ningún otro problema de visión añadido en la edad adulta.
“Las personas que hayan tenido ambliopía es posible que de mayores vean mejor con un ojo que con el otro. Pero como el cerebro utiliza la imagen de mejor calidad, no suele darse ningún problema.”
De adulto, una personas que tuvo ambliopía, puede ver mejor con un ojo que con el otro
- En ciertas ocasiones la ambliopía provoca problemas a la hora de ver en tres dimensiones: “si una persona con problemas de ambliopía tiene afectada la visión tridimensional, quizá puede tener más dificultades en situaciones muy concretas. Por ejemplo, para jugar a deportes como el tenis, donde se tiene que fijar en una pelota pequeña que circula a gran velocidad."