En España, 2,5 millones de personas cada mañana se levantan y se ponen las lentillas antes de salir de casa.
Una cifra más que razonable para tenerla en cuenta y detenernos en cómo debería ser el uso más adecuado de las lentes de contacto. Para ello, desde Saber Vivir le hemos pedido al Doctor Josep Torras, del Instituto Clínic de Oftalmología, que nos indique qué ocurre en nuestros ojos cada vez que cometemos ciertos errores.
Y aunque algunos te resulten sorprendentes, si los especialistas alertan sobre ello, es que ocurren con cierta frecuencia. Fíjate:
1. limpiar las lentes con saliva o agua
No hay nada que justifique el uso de agua corriente o saliva para lavar tus lentes de contacto. Y es que hacerlo es la mejor manera de que los microorganismos que viven en estas sustancias pasen a las lentes y de ahí, al ojo.
Además, muchas personas tienen la costumbre de chuparse los dejos antes de ponerse las lentillas y no se dan cuenta de que están depositando en ellas restos de saliva. Lo ideal es que lleves siempre contigo lágrimas artificiales o el estuche de las lentillas.
- ¿Y si lo hago? Mantener esta mala costumbre favorece la inflamación de la córnea debido a la invasión y multiplicación de microorganismos en su interior. (Queratitis infecciosa por bacterias o amebas).
2. dormir con ellas puestas
Puede que en alguna ocasión hayas olvidado quitarte las lentillas antes de quedarte dormido y al despertar tenías los ojos rojos y una clara sensación de picor y sequedad. Una situación que, lejos de tener consecuencias intrascendentes, puede llegar a tener efectos adversos importantes.
Antes de quitarte las lentillas, lávate las manos con agua y jabón
- ¿Y si lo hago? Además de la sequedad por la adhesión de las lentillas al ojo, se pueden producir erosiones corneales. Cuando cerramos los párpados, el ojo no recibe suficiente oxígeno y la córnea puede inflamarse y agrietarse. Esto puede dejar vía libre a las bacterias y a las infecciones.
3. NADAR CON LENTILLAS
Siempre que sea posible, evita usar lentes de contacto cuando vayas a la piscina, ya que los ojos se vuelven más vulnerables a la contaminación de las bacterias dañinas presentes en el agua. Ahora bien, si no te sientes cómodo nadando sin tener visión, puedes usar unas lentillas desechables de un solo uso o valorar la posibilidad de adquirir unas gafas de natación con graduación.
- ¿Y si lo hago? El resultado de nadar con lentes de contacto será la posible irritación o incluso una inflamación de la córnea por infección. Esto se debe a la invasión en el ojo de las bacterias de la piscina. (Queratitis infecciosa por amebas o bacterias).
4. Ponértelas después del maquillaje
Las mujeres tienen una rutina diaria que suele incluir maquillarse los ojos. Si usas lentillas recuerda colocártelas siempre antes de aplicarte la máscara de pestañas. Este consejo también es válido por la noche, a la hora de desmaquillarte.
- ¿Y si lo hago? Si no sigues este orden, corres el riesgo de arrastrar parte de los productos utilizados al interior del ojo y el resultado será una inflamación de la córnea (Queratitis irritativa).
5. usar lentillas caducadas
Si nos fijamos en la fecha de caducidad de los alimentos, ¿por qué no hacer lo mismo con las lentillas? El tema no es un asunto menor, ya que las lentes con la fecha vencida pierden ciertas propiedades que les confieren los materiales con las que han sido fabricadas.
- ¿Y si lo hago? Los problemas pueden ir desde una molestia leve en forma de irritación o picor, hasta una infección (más o menos seria) provocada por los gérmenes que se han ido acumulando sobre la lentilla deteriorada (Queratitis irritativa por conservantes).
6. No MANTENER el estuche EN CONDICIONES
Tan importante es cuidar las lentes de contacto como la caja donde las guardas. Te aconsejamos limpiar cada día el estuche porta lentillas a fondo utilizando la solución específica para ello. Recuerda dejar que se seque al aire totalmente antes de volve a usarlo.
No hay que compartir lentillas con otra persona
- ¿Y si lo hago? Un estuche sin la adecuada higiene puede provocar el deterioro de las lentillas y que se acabe convirtiendo en un nido de bacterias y virus. Llegado ese punto, tienes muchas posibilidades de desarrollar una infección en los ojos (Contaminación por bacterias o amebas).