El cáncer de ano no es un cáncer frecuente, aunque está experimentando un significativo crecimiento en los últimos años.
El cáncer más extendido en el aparato digestivo es el cáncer colorrectal. Es el que se produce en la parte final del intestino. Si bien no al final del todo, puesto que éste acaba en el ano. Esta abertura final por la que defecamos también puede producir tumores.
El cáncer de ano va en aumento
El cáncer de ano se produce por una proliferación de células de manera descontrolada. No es un cáncer frecuente, aunque está experimentando un significativo crecimiento en los últimos años.
Se calcula que el 85% de hombres y 75% de mujeres se contagian del virus que puede provocar el tumor de ano
Uno de los motivos que se aduce es una mayor práctica sexual anal entre parejas. En España supone hoy el 1,9% de los tumores del tubo digestivo.
Al ser en una parte menos interna, es más fácil de detectar que el cáncer de colon. El problema del cáncer de ano es que sus síntomas pueden confundirse fácilmente con otros trastornos. Lo enmascaran hasta que el tumor ha avanzado. Por eso hay que estar atento y ante la duda hacerse una revisión. Veamos esos síntomas.
Cómo se detecta el cáncer de ano
Los síntomas más habituales son:
- Sangrado: es la señal más significativa. Pero cuidado, porque no hay que ser tampoco alarmistas. Es mucho más probable que cuando se produce un sangrado se deba a una pequeña lesión por una defecación especialmente dura. Si se tienen problemas de estreñimiento, también es posible que se acabe sangrando al conseguir defecar.
Si el sangrado es frecuente, que es la señal de un posible tumor, también se ha de descartar que no se trata de hemorroides, otro problema del ano y mucho más habitual. Lo más recomendable es que consultemos con el médico, para que nos ayude a diagnosticar adecuadamente el problema.
- Verrugas y picazón. Estas protuberancias pueden aparecer tanto en la parte interior como exterior del ano. En este caso las hemorroides también pueden confundir, ya que las verrugas suelen hacerse notar provocando molestias, como picazón. Esas molestias a veces se descartan atribuyéndolas a las hemorroides.
- Sensación de cansancio. Hay que estar atento a toda la zona lumbar y abdominal porque los síntomas pueden extenderse. Se produce una sensación de malestar, como una presión abdominal o molestias en las lumbares.
- Bulto en el recto. La zona final del intestino, el recto, también puede dar señales. Es una sensación incómoda, como de tener algo que molesta y que pica en el tracto intestinal. En algunos casos esta molestia incluye problemas intestinales, por ejemplo, no poder aguantar las ganas de ir al lavabo.
- Cambios en el ritmo intestinal. Hay personas que necesitan descomer cada día. Otros tienen un ritmo de tres o cuatro veces por semana. Y los cambios en el ritmo de las deposiciones son habituales por cambio de hábitos o simplemente cambios en la dieta. Sin embargo, si aparece diarrea o estreñimiento prolongado y sin motivo aparente puede ser señal de un tumor.
Suele ser señal de que el tumor ya está avanzado y aparecer tiempo después de que se hayan detectado algunos de los otros signos.
Factores de riesgo del cáncer anal
El origen del cáncer anal se ha relacionado directamente con una infección de transmisión sexual, el virus del papiloma humano. Este virus ha aparecido presente en la mayoría de tumores detectados. Es un virus que también se asocia con los cánceres de cuello de útero.
Se calcula que un 85% de los hombres sexualmente activos se infectan a lo largo de su vida con este virus (frente al 75% de mujeres). Por lo que la gran mayoría de población tiene riesgo potencial de cáncer de ano. Y las mujeres de cérvix y cuello de útero.
De hecho se ha empezado a vacunar a las nuevas generaciones contra el virus para prevenir estos posibles trastornos. Si la vacunación se extiende, en pocas décadas puede haber prácticamente desaparecido el cáncer de ano.
Otros factores de riesgo que se han relacionado con este tumor son:
- Tener sexo anal. La persona receptora de este tipo de penetración tiene más posibilidades de que crezca un tumor.
- Tener más de 50 años. La mayoría de casos se dan en personas maduras o de edad avanzada.
- Tabaquismo. Como tantos otros tumores, en este también parece haber mayor riesgo entre fumadores.
- Cáncer genital previo. Las mujeres que han tenido ya un cáncer de cérvix, vulva o vagina han de vigilar más.
- La promiscuidad sexual. Haber tenido muchas parejas conlleva mayor riesgo de infectarse con el virus del papiloma.
Cómo se trata este tumor
El tratamiento estándar es quimioterapia y radioterapia. Dura entre cinco y seis semanas. En la primera y última semana se da la quimioterapia.
Mediante cirugía se extrae el tumor. Dependiendo de la fase en la que se encuentre se extrae una porción mayor o menor de la zona.
Una de las pocas buenas noticias de tener un tumor de ano es que es de los cánceres con menos riesgo de que haga metástasis; es decir, que se propague a otras zonas del cuerpo alejadas del foco inicial.
En los pocos casos que sí ha habido metástasis, el pronóstico es malo. En esos casos, suele verse afectado el hígado o los pulmones y son difíciles de tratar.