Hace tiempo que se conoce la asociación entre una dieta rica en grasas y un mayor riesgo de cáncer de colon. ¿Pero cuál es el razón o el mecanismo que explica este vínculo? Un estudio que ha contado con la colaboración de la Escuela de Medicina de Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachusetts arroja luz al respecto: parece ser que la grasa impide que las células inmunes que patrullan el intestino detecten tumores incipientes. El estudio sugiere que actuar sobre el microbioma intestinal para que detecte esas células cancerígenas podría ser una vía combatir el cáncer intestinal.
cómo Lucha el sistema inmunitario contra el cáncer
Nuestro sistema inmunológico lucha cada día contra células cancerígenas y las elimina evitando así el cáncer. Es tan complejo como un ejército y patrulla por todos los tejidos combatiendo posibles amenazas. Algunas células inmunitarias se dedican a buscar "etiquetas" en la superficie de las células, así las llaman los autores del estudio, que distinguen entre células normales y anormales.
De hecho, lo que hacen dichas etiquetas es apuntar hacia las células que están agotadas (cada día nacen y mueren células en el organismo) o a punto de volverse cancerígenas para que se active el sistema inmunológico y las destruya. Pues bien, este mecanismo tan perfecto puede no funcionar correctamente si se sigue una dieta rica en grasas.
Por qué las grasas favorecen el cáncer de colon
En experimentos realizados en ratones, los investigadores descubrieron que una dieta rica en grasas provocaba que las células del intestino produjeran menos etiquetas capaces de identificar células cancerígenas.
Y sin etiquetas, sin el soldado capaz de identificar al enemigo, las células inmunitarias que destruyen a las células cancerígenas van perdidas y no saben donde apuntar. Así pues, las células cancerígenas proliferan sin que nada las frene hasta convertirse en un tumor. Muchos tumores de colon se inician con pólipos que pueden tardar hasta 8 años en malignizar.
Los investigadores ven muy claro cómo este descubrimiento puede ayudar en la lucha contra el tumores intestinales. "Si modificamos el nivel de estas moléculas de reconocimiento inmunológico de manera positiva, es más probable que el tumor sea reconocido por la célula inmunitaria", señalan.
O lo que es lo mismo: si se actúa sobre la microbiota intestinal y se consigue que las células intestinales produzcan esas etiquetas que señalan al cáncer, se podría evitar la formación de tumores de colon. Y esto podría "combinarse con estrategias ya existentes como la inmunoterapia para erradicar los tumores".
Cómo afectan las grasas a la microbiota intestinal
El consumo de grasas afecta directamente a la composición de las bacterias del intestino, y según las bacterias que aumenten el sistema inmunitario puede ser más o menos eficaz.
Un estudio publicado en British Medical Journal comparó tres dietas con las mismas calorías pero proporciones diferentes de grasas e hidratos de carbono durante 6 meses.
Un grupo siguió una dieta baja en grasas (20% de grasas y 60% de hidratos de carbono). Otro grupo siguió una dieta moderada en grasas (30% de grasas y 56% de hidratos de carbono). Un tercer grupo consumió una dieta rica en grasas (40% de grasas y 46% de hidratos de carbono).
Los investigadores analizaron muestras fecales y de sangre de los participantes y comprobaron lo siguiente:
Los que tomaron menos grasa habían aumentado un tipo de bacterias que producen butiratos (ácidos grasos de cadena corta) que se relacionan con menor inflamación de bajo grado y menos riesgo de diabetes tipo 2.
Sin embargo, entre los que siguieron una dieta rica en grasas aumentaron los marcadores de inflamación en la sangre. Dichos marcadores se utilizan para detectar la inflamación en el organismo y suelen ser altos en personas con enfermedades cardiovasculares y cáncer.
Qué alimentos protegen del cáncer de colon
Aunque puede haber un componente genético, el cáncer de colon está muy relacionado con los hábitos de vida y se calcula que un 90% podría prevenirse con la detección temprana de pólipos que pueden malignizar y hábitos saludables.
Se sabe que la obesidad, el azúcar y la carne roja aumentan el riesgo de este tumor. Ahora se ha descubierto por qué una dieta rica en grasas también favorece la proliferación de células cancerígenas en el intestino. En el polo opuesto están las frutas y las verduras, así como el aceite de oliva, que son alimentos protectores.