Cáncer de mama: los hábitos diarios que podrían aumentar tu riesgo

Un estrés crónico, exponerse a la luz nocturna o usar el móvil antes de dormir pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama. Descubre qué puede dañar tus células y cómo empezar a tomar medidas.

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Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud

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1 | 5 Usar el móvil antes de dormir

Parece ser que hay una relación entre la exposición a la luz nocturna y el cáncer de mama.

¿Por qué aumenta el riesgo?

Investigadores de la Universidad de Harvard han descubierto que la clave está en la melatonina, la hormona que induce al sueño. Tiene un gran efecto antioxidante y, por lo tanto, anticancerígeno, pero necesita oscuridad para activarse.

Por tanto, todo lo que afecte a su producción aumenta el riesgo de tumor mamario. Y una de las cosas que más reduce la producción de melatonina es exponerse a la luz de las pantallas (móviles, tabletas...) antes de dormir.

 

2 | 5 Encender la luz si te despiertas de madrugada

Es otra de las causas habituales que también altera la producción de melatonina a lo largo de la noche. Por eso las mujeres que trabajan en turnos de noche tienen más riesgo de cáncer de mama.

¿Qué puedes hacer?

Si te levantas de noche, evita encender luces grandes. Ten a mano una lamparita con luz rojiza de baja intensidad, que no suprime tanto la producción de melatonina.  

La luz de la calle que entra en tu habitación, ya sea por la iluminación de las farolas o porque hay algún letrero luminoso, también altera la producción de melatonina. Baja las persianas o coloca cortinas protectoras.

 

3 | 5 Vivir siempre con estrés

El oncólogo Pere Gascón ha estudiado la relación entre sistema nervioso y cáncer y ha asegurado a Saber Vivir que el estrés mantenido en el tiempo es capaz de generar la enfermedad.

El sistema nervioso habla con el cáncer

Las células cancerígenas tienen receptores neuronales. Cuando el sistema nervioso libera demasiada adrenalina debido al estrés, el tumor la detecta. Y le sirve de "munición" para crecer.

Lo ideal sería poder recurrir a técnicas antiestrés como el mindfulness, pero no siempre es fácil. Lo que sí podemos hacer es buscar válvulas de escape. No olvides que las neuronas necesitan esa desconexión para recargarse. Esto se logra haciendo deporte, algo que te guste o ¡una siesta!

Si has sufrido un choque emocional fuerte (la pérdida de un ser querido, de tu puesto de trabajo...) no descuides tu estado de ánimo. Muchos casos de cáncer surgen al cabo de un año o dos de un episodio traumático.

 

4 | 5 Tomar vitaminas por tu cuenta

Este tipo de suplementos son útiles si existe una carencia. Pero para confirmarla y saber qué dosis necesitas, debes acudir al médico. Y es que, si se toman “mal”, no están exentos de riesgos.

Pueden pasar factura

Se sabe que suplementos de vitaminas habitualmente y durante años aumenta hasta un 19% el riesgo de tumor mamario.

Sigue la auténtica Dieta Mediterránea, rica en vegetales, frutas y pescados: te asegura el correcto aporte de vitaminas sin necesidad de suplementos.

 

5 | 5 Una copa al día (cada día)

Un estudio de la Universidad de Heidelberg (Alemania) revela que solo una bebida alcohólica al día ya eleva el riego de cáncer de mama en un 4%. Y 3 copas diarias lo aumentan un 50%.

Así te afecta

Los investigadores creen que el alcohol aumenta los niveles de estrógenos. Por si eso no fuera suficiente, también daña el ADN de las células.   

Vino y cerveza aportan antioxidantes, pero no debes tomar más de 3 o 4 copas a la semana (y recuerda que hay versiones sin alcohol).

Del resto de bebidas alcohólicas, mejor prescindir. En caso de riesgo de cáncer, no bebas.

 

estres

No todos los factores de riesgo de cáncer de mama son tan controlables como los que acabamos de señalar. Hay otros que no dependen de ti. Sin embargo, esto no debe ser motivo de alarma, sino una razón para cuidarte aún más.

¿Te vino la regla pronto?

Cuanto más expuesto haya estado tu cuerpo a la actividad de los estrógenos a lo largo de tu vida, más riesgo hay de cáncer de mama. Y esto ocurre por ejemplo si la regla llega antes de los 12 años o la menopausia tarde (tras los 55).

¿Pasas de los 45?

Solo uno de cada ocho cánceres de seno se detecta en mujeres menores de 45 años, mientras que dos de cada tres lo sufren mayores de 55.

¿Hay casos cercanos en tu familia?

Si un familiar de primer grado (madre, hermana o hija) ha tenido la enfermedad tu riesgo se duplica. Y se triplica si dos familiares de primer grado la padecen. De hecho un 10% de los cánceres de pecho son genéticos, porque se hereda de uno de los padres una mutación en los genes BRCA1 (aumenta el riesgo un 65%) o BRCA2 (el riesgo es del 45%).

¿Tienes las mamas muy densas?

Los senos están formados por tejido adiposo, fibroso y glandular. Tus mamas son densas cuando tienes más tejido glandular y fibroso y menos adiposo (el especialista te puede indicar si es tu caso). Y se ha demostrado que en estos casos el riesgo de tumor es hasta el doble. Además, cuesta más ver cualquier anomalía en las mamografías.