Voy a ser mamá: ¿dar el pecho duele?
En absoluto, dar el pecho no duele. Al contrario, dar de mamar ha de ser placentero, porque no creo que la naturaleza diseñara un mecanismo doloroso del cual dependiera la continuación de las especies.
Si madre e hijo están bien, y al bebé se le ha permitido realizar el agarre espontáneo al pecho tras el nacimiento, la mujer no tiene por qué sentir molestias.
Estas aparecerán si madre e hijo son separados en las primeras horas, si no se practica la lactancia a demanda, si el bebé no se agarra bien y provoca grietas, si se limpia el pecho en exceso, si la posición del bebé nos es la correcta y no puede succionar correctamente...
Ante cualquier situación que provoque dolor o molestias, es mejor que consultes a un especialista.
¿Tengo que medir el tiempo que mama mi bebé?
Sobre si necesario medir el tiempo en que el bebé toma el pecho de la madre la respuesta es que, en principio, no. No es necesario.
Tu hija sabe perfectamente lo que necesita, y si es ella la que se suelta del pecho porque no quiere más, déjala y no la despiertes. Ella es capaz, a pesar de que no pueda expresarlo, de saber cuánta leche es suficiente para estar bien alimentada. Si más tarde te vuelve a pedir el pecho, permítele que mame tantas veces como necesite.
En el caso de que estuviese todo el día enganchada al pecho, pero no aumentara bien de peso, sería recomendable valorar la posición de agarre, puesto que cabría la posibilidad de que solo estuviera tomando la leche del principio, que es menos grasa, y no estuviera pudiendo alimentarse de la leche durante el resto del tiempo.
En cualquier caso, recuerda que su instinto es ya lo suficientemente maduro como para gestionar su hambre, y por tanto no deberías preocuparte a menos que su peso se estanque o notes algún otro signo de que algo no marcha correctamente.
Lactancia materna y medicamentos, ¿todo está contraindicado?
El embarazo y la lactancia materna son periodos en la vida de las mujeres en las que es necesario ser especialmente cuidadosas en la alimentación pero también en los tóxicos a las que pueden estar expuestas. Entre estos productos potencialmente tóxicos están los medicamentos.
Medicamentos en teoría seguros en otros momentos de la vida pueden originar malformaciones y problemas a los fetos en formación. Es lo que se conoce como teratogénesis.
Durante la lactancia, debemos saber que la mayoría de sustancias y medicamentos se van a excretar por la leche. La ingesta a través de la leche puede perjudicar al bebé, que tiene un peso y un metabolismo diferente al de los niños de otras edades y de los adultos.
Consultar la idoneidad de los medicamentos cuando se está lactando es importante. Teniendo en cuenta tres premisas:
- Muchísimos medicamentos son compatibles con la lactancia materna, de forma que no es necesario hacer ningún cambio en la pauta ni en el ritmo de alimentación del bebé.
- Algunos medicamentos que no son compatibles con la lactancia tienen algunas alternativas que pueden utilizarse para el problema que tiene la madre.
- Respecto al embarazo, que es una situación mucho más restrictiva, existen muchos más medicamentos permitidos para la madre durante la lactancia. Eso sí, sabiendo que van a excretarse por la leche.
- Es responsabilidad de los profesionales sanitarios estar actualizados en esta situación, dado que no debe suspenderse la lactancia en la mayoría de los casos. Una página que puede servir de ayuda para consultar -tanto profesionales como familias- es www.e-lactancia.org
¿Todas las madres tenemos leche suficiente para alimentar a nuestros hijos?
La naturaleza nos brinda la capacidad, al igual que al resto de mamíferos, de poder alimentar a nuestros hijos con la producción de leche en cantidad y calidad suficiente. Son escasas las situaciones en las que la producción de leche es realmente insuficiente.
La producción insuficiente de leche se conoce como hipogalactia.
La hipogalactia por causa materna suele estar causada por fármacos o por desajustes hormonales, como por ejemplo de las hormonas tiroideas, o por alteraciones del tejido mamario en personas que tienen el tejido extremadamente poco desarrollado o en algunos casos de cirugías previas.
También puede producirse hipogalactia cuando el bebé no estimula de forma adecuada la producción debido a una succión inadecuada. Suele ocurrir en bebés hipo o hipertónicos, con problemas anatómicos en la zona orofacial o inmaduros como por ejemplo ocurre con los prematuros.
El resto de situaciones suelen ser falsas hipogalactias y se pueden solucionar con un adecuado apoyo a la madre lactante, corrigiendo en algunos casos la postura al pecho, mejorando el agarre del bebé e incrementando la estimulación de la producción.
La evolución del peso del bebé es un indicador indirecto de si se está alimentando de forma correcta.
En el caso de que la progresión no sea la adecuada es necesario revisar todas las posibilidades e intentar estimular la producción, por ejemplo con un extractor (sacaleches) varias veces al día, antes de concluir que el problema es una hipogalactia.