El botiquín resulta imprescindible para abordar actuaciones rápidas en casa, como ante un pequeño accidente doméstico o los episodios típicos y relativamente frecuentes de fiebre.
Disponer de él ayuda a tener a mano y ordenados los medicamentos y útiles para tratar heridas.
Conviene recordar que no es prudente dejar pastillas en los cajones de la cocina o de una cómoda porque, además de que podemos olvidar dónde están, son lugares accesibles a los niños, con el peligro que ello implica.
Cómo debe ser y dónde ubicarlo
Puede ser un armarito colgado de la pared, una pequeña caja, un bolso o un maletín. Lo importante es que cierre bien y se pueda transportar fácilmente. No es preciso que sea muy grande pues no vamos a tener allí muchos medicamentos y debemos evitar acumularlos.
El botiquín debe estar en un lugar conocido por todos y fuera del alcance de los niños, aunque no cerrado con llave. Lo ideal es un lugar alto, seco, oscuro, con una temperatura poco elevada.
No se recomienda instalarlo en el cuarto de baño o la cocina, porque son estancias en las que se generan vapores y humedades que podrían dañar su contenido.
Lo ideal es colocarlo en un lugar alto, seco, oscuro, con temperatura poco elevada, pero no en la cocina o el baño
Conviene escoger siempre entre los medicamentos aquellos que tengan envases con cierre de seguridad, para prevenir que si el niño accede por accidente al botiquín, no pueda intoxicarse con las medicinas.
Debemos recordar que los medicamentos han de ser prescritos por un médico y que los que han ido bien en un proceso pueden no ser adecuados en un proceso que parezca similar.
Si los acumulamos, hay que comprobar su fecha de caducidad antes de utilizarlos. Asimismo, conviene conservar los envases originales con el prospecto dentro.
Contenido imprescindible
Un botiquín pediátrico debe contener al menos estos componentes, que son los básicos para cualquier emergencia:
- Termómetro digital, gasas estériles, algodón, un par de vendas, esparadrapo, apósitos, suero fisiológico en ampollas monodosis.
- Desinfectantes: en vez de alcohol de farmacia es preferible para las heridas la clorhexidina en solución acuosa porque desinfecta y no escuece.
- Tijeras, pinzas y una lupa para extraer astillitas, cualquier cosa que se haya podido clavar como un cristal, o incluso una garrapata.
- Medicamentos para tratar la fiebre o el dolor: paracetamol e ibuprofeno, en presentaciones aptas para niños, como los jarabes.
- Tiritas, jeringa desechable y guantes.
Te puede ayudar
- Reponer los productos para que no falten cuando los necesitemos.
- Tener bien etiquetados los fármacos nuevos que haya recetado el médico.
- En una nota adherida al botiquín, anotaremos los teléfonos de atención sanitaria, farmacias de guardia o de 24 horas, urgencias (112) y todos los necesarios.