Siempre que hacemos algo a lo que no estamos acostumbrados nos surgen dudas sobre si lo estamos haciendo bien o no. Es normal, y esta falta de confianza es habitual en las madres actuales que inician un proceso de crianza.
Como saben que es bueno amamantar y desean lo mejor para sus bebés, se hacen muchas preguntas y necesitan que se les confirme que lo que hacen está de acuerdo con la más avanzada ciencia. El problema es que a veces esta búsqueda crea en las madres una angustia que les impide disfrutar de lo que están haciendo.
Para ahorrarse preocupaciones innecesarias es importante tener información concreta y clara sobre la lactancia. Vamos a despejar algunas de las dudas más frecuentes.
1. ¿Tendré bastante leche?
Muchas mujeres se preguntan si son capaces de producir suficiente cantidad de leche para alimentar a sus bebés. La respuesta es sí: salvo en más que raras excepciones todas las mujeres producen suficiente leche.
La mama es generosa, cuanto más se extrae más se genera. Incluso las madres de trillizos pueden llegar a producir hasta dos litros y medio de leche al día.
Pero si lo que ocurre es que el bebé no extrae leche del pecho por darle las erróneamente mal llamadas “ayudas”, o si está mal prendido haciendo que la succión sea menos eficaz, la misma naturaleza hace que el pecho disminuya la producción.
La lactancia es como una fábrica que produce más leche en función de la demanda. Cuanto más colocamos al bebé al pecho, de forma correcta, más leche produce la madre.
2. ¿Qué es la lactancia a demanda?
Es la forma correcta de amamantar. El apetito del niño es quien regula la alimentación. No hay horario ni duración preestablecidos para las tomas: se inician cuando el bebé y/o la madre deciden que hay que dar de mamar. Con el tiempo el bebé tiende a un equilibrio con su madre y ella produce la cantidad de leche que necesita.
Se da el pecho cuando el niño lo quiere, sin un horario ni duración preestablecida para las tomas
De todos modos, hay períodos en los que el bebé necesita más alimento y se muestra más solícito. Son las llamadas crisis de crecimiento en las que pide el pecho con mayor frecuencia.
La lactancia a demanda no es exclusiva de los niños que maman. Los que se alimentan con leche de fórmula también deben poder tomar un biberón cuando tengan hambre. Y más adelante, cuando sean algo más mayores y les ofrezcamos alimentación complementaria, también comerán a demanda.
3. ¿Cuándo le doy el otro pecho?
La mayoría de niños tiene suficiente con un solo pecho en cada toma. Además es recomendable acabar de vaciar totalmente un pecho antes de ofrecer el otro.
De todas formas, conociendo a tu hijo verás si puede necesitar los dos.
4. ¿Cómo saber si se queda satisfecho?
- Deja el pecho solo. El bebé satisfecho se suele separar del pecho al acabar de mamar o se queda dormido con una sonrisa en la boca y con una expresión que nos llena de tranquilidad. Luego está un período de tiempo más o menos largo sin mamar, despertándose por sí solo con hambre.
- Otros patrones. No siempre llora por hambre. A veces también tiene calor, necesita que le cambien el pañal, o simplemente, sentirse acogido entre los brazos de su madre para poder oír su corazón.
- Una muestra objetiva. Si hace pipís y cacas blandas está bien alimentado.
- Comprobar si se ha quedado con hambre es tan fácil como volverle a poner al pecho. Si se coge, ya tienes la respuesta.
5. ¿Cómo sé si gana suficiente peso?
La palabra suficiente es de poca definición. Si comparamos a nuestro bebé con el de los vecinos del quinto o su primita, cuyos padres son el doble de tamaño que nosotros, veremos que es diferente a ellos y nos gustaría que el suficiente fuera más.
Si valoramos al niño en una tabla de crecimiento podremos ver si el bebé crece siguiendo los parámetros adecuados
El “suficiente” del niño que tiene percentil 97 es casi el doble del que tiene el percentil 3. En ambos casos, el peso que ganan está bien. Como siempre, hay que valorar a cada niño de forma independiente.
6. ¿Cuándo es necesario ofrecerle un suplemento?
Los suplementos de leche para el bebé recién nacido son necesarios si una valoración objetiva así lo indica. La decisión de administrarlos debe ser ponderada por un sanitario tras valorar que la lactancia materna no es suficiente una vez ha analizado la posición y el agarre, y si el bebé presenta síntomas médicos claros de falta de alimento.
Si después de realizar el estudio objetivo se opta por dárselos no debemos pensar que ya se acabó todo y que ya no es posible amamantarlo.
- En primer lugar, los suplementos pueden ser de leche materna. Además el uso del sacaleches ayudará a aumentar la producción de leche materna.
- En segundo, aunque sean de un hidrolizado de proteínas de leche de vaca eso no significa que el bebé no pueda volver a cogerse al pecho.
Es mejor no darlos, pero si hay que hacerlo es importante que se den usando un vasito, una jeringa o un relactador, métodos que no interfieren en la succión del bebé.
7. ¿Es posible que tras el parto no me llegue a subir la leche?
Entre nosotros hay quien dice que la subida de la leche es el proceso en el que se inicia la salida de leche tras el parto, aunque el primer alimento que segrega la glándula mamaria es el calostro.
Si limitamos el acceso del recién nacido al pecho tras el nacimiento, el proceso de cambio del calostro a la leche definitiva en ocasiones puede ser más lento. La razón es que el bebé no ha sido puesto al pecho precozmente y no ha mamado de forma eficaz desde el primer momento.
En estos casos el pecho no se vacía de calostro y no empieza a recibir los estímulos de succión del bebé ni disminuyen las hormonas del embarazo (la progesterona). Así se llega a una situación en la que el pecho está duro, enrojecido y ligeramente inflamado.
Esta circunstancia no se dará si se siguen las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS): Puesta al pecho precoz y succión eficaz a demanda.
8. ¿Es normal que me duela?
El dolor es un indicador de que algo no va bien con la lactancia. La naturaleza no permitiría que un proceso del que depende la supervivencia de la especie fuera doloroso.
Si cuando damos de mamar tenemos molestias, debemos intentar mejorar el agarre del bebé al pecho y procurar que las posibles lesiones o heridas se curen, lo que solo se podrá conseguir si se ha modificado la posición de la boca del bebé y dar el pecho ya no duele.
Si amamantar no duele, pero notamos una sensación no placentera en el pezón deberíamos buscar ayuda para mejorar la posición. Cuando los profesionales de la salud preguntamos a una madre si el contacto que siente en el pezón es placentero, su cara nos puede revelar mucha cosas.
Si notamos una sensación no placentera en el pezón deberíamos buscar ayuda para mejorar la posición
Algunas reconocen que les molesta cuando el bebé está mamando mucho rato. Si, además, nos muestran el pezón y vemos que está decolorado, con un tono más sonrosado que el resto de la areola, seguramente hay que mejorar el agarre y la posición del bebé al pecho.
9. ¿Cómo se evitan las grietas?
- Con un agarre adecuado desde el principio. Los ejercicios para el pezón, la aplicación de cremas o el uso de guantes de crin no sirven de nada.
- Está bien cogido si el pezón se encuentra situado en la parte posterior de la boca del bebé, quedando bajo la zona blanda de su paladar.
- En esta posición la lengua y el paladar del niño comprimen el pezón y no se provocan grietas. Si aparecen, sólo se curarán mejorando la posición.
10. ¿Qué debo evitar comer si doy el pecho a mi bebé?
Cuando das el pecho ocurre como cuando no lo das. Puedes comer lo que te gusta. Si te encantan los espárragos o la tortilla de alcachofas, no te prives.
Un bebé que huele a su madre por primera vez después de que ella haya comido algo diferente puede hacer gestos extraños o incluso rechazar el pecho. Pero si el niño sigue mamando, al final se acostumbra y le gusta.
Los gustos y olores de la leche materna han sido motivo de investigación. La experiencia nos ha llevado a la conclusión de que si la madre come de todo, el bebé aprende nuevos olores y luego acepta mejor otros alimentos.
11. ¿Puedo seguir dando el pecho si tomo algún medicamento?
Los fármacos no siempre son necesarios pero el miedo a que puedan pasar al niño y tener efectos no deseados provoca que algunas madres dejen de hacer un tratamiento necesario, perjudicando así su estado de salud y haciendo la lactancia más difícil.
Las informaciones de los prospectos no son del todo acordes con la realidad médica. Una gran mayoría dice que el medicamento es incompatible con la lactancia, ¡cuando a veces el mismo fármaco se está administrando al recién nacido!
Casi todos los fármacos de uso habitual son compatibles con la lactancia. En caso de duda hay un lugar de consulta en Internet sobre medicamentos y lactancia actualizado con frecuencia y con el máximo rigor científico.
Se trata de la página del Hospital de la Marina Alta (http://www.e-lactancia.org), que tiene la distinción de la Iniciativa Hospital Amigo de los Niños y el reconocimiento de la Asociación Española de Pediatría. Y donde se puede consultar online la compatibilidad de los medicamentos con la lactancia.