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Hay personas que tienen casi obsesión por hacer todas las cosas controladas al detalle para que salgan tal y como las habían pensado tanto en el ámbito laboral como en el social o el personal. Hacen una previsión detallada de lo que debe ser, cuidan y supervisan cada paso, cumplen con su previsión sin salirse del guión lo más mínimo y son poco flexibles a adaptarse a los imprevistos. Y aunque todo salga según 'su plan' se exigen más de cara a la próxima vez ya que nunca consideran que los resultados sean suficientemente buenos.
¿Te reconoces a ti o a alguien cercano en esta descripción? Se trata de personas perfeccionistas y aunque a priori parece que serlo puede ser algo positivo, llevado al extremo suele traerles a ellos y a su entorno algunas consecuencias negativas.
El psicólogo Borja Alonso del Instituto Psicológico Cláritas analiza en este podcast las consecuencias negativas que puede tener ser una persona demasiado perfeccionista. Además, explica cómo se pueden identificar las emociones que determinadas situaciones generan al querer controlar hasta el más mínimo detalle del día a día.
Alonso explica como el perfeccionismo en su justa medida puede ser una herramienta que forma parte de nosotros y que nos motiva a conseguir objetivos y metas con el fin de mejorar nuestra vida, pero cuando la voz de la autocrítica y la preocupación se vuelve muy incisiva se puede generar un problema de estrés y de ansiedad.
Durante este episodio Alonso ejemplifica situaciones diarias en las que se puede aprender a identificar la voz del "yo critico" y el "yo preocupado", con el fin de entender en que escenarios ese empuje interno puede servir como motor para mejorar o cuando se debe prestar atención y detener el bucle de la autocrítica.