Los libros de autoayuda son un excelente negocio. Han vendido millones de ejemplares en todo el mundo prometiendo ayudarnos a encontrar la felicidad y salir del círculo vicioso de una baja autoestima.
Nos dicen que tener una buena autoestima sirve para afrontar la vida con éxito y ser maravillosos a nuestros ojos y a los de los demás. Debería propulsarnos en globo a la estratosfera de la felicidad. Pero ¿eso cuándo sucede?
El error del pensamiento ingenuo
“La autoestima es la capacidad de sentirte bien en tu propia piel, ser una persona digna de ser amada, confiar en tus posibilidades y sentirte capaz”, describe el psicólogo Víctor Amat. Cómo si fuera tan fácil. Amat se autodefine psicólogo punk en el sentido de decir las cosas abiertamente y aceptar “muchas de las mierdas de la vida”.
Tener buena autoestima no es malo. Al contrario. Lo malo es que “te han hecho creer que, si estás mal, si quieres a alguien y sufres, si te chulean en el trabajo o si cuando te miras al espejo no te gusta lo que ves es porque no tienes autoestima -sostiene Amat-. Esto de echarle la culpa a tu falta de estima es un chollazo para la industria del crecimiento personal”.
Critica lo que llama la “psicología happy flower”, el pensamiento ingenuo que invitan a reforzar la autoestima, cambiar de actitud, perdonarte “y un montón de cosas más que probablemente no te van a ayudar demasiado”.
Lo que consigue esta forma de afrontar los problemas es que acabes sintiéndote peor porque no acabas de conseguir que la autoestima funcione para solucionar nada. Es más, entras en una espiral porque eso te lleva a tener una autoestima aún más baja.
Lo más sano es no estar tan contento
“Lo más sano para todos es no acabar de estar encantado de conocerte”, dice este psicólogo. Que millones de personas les resulte interesante y útil el enfoque happy flower no presupone que sea obligatorio usarlo. Hay otras formas de afrontar los problemas de autoestima. Y eso es lo que propone en su libro ‘Autoestima Punk’.
Esa corriente que alienta a pensar en positivo y a creer que si quieres puedes y que toda tu vida depende de tu actitud “hace más daño que otra cosa”. La realidad es que vivimos en una sociedad donde sufres por querer ser perfecto, con un cuerpo maravilloso, tener familia ideal y envejecer con gracia.
Esa corriente que alienta a pensar en positivo y a creer que si quieres puedes “hace más daño que otra cosa”
Salimos perdiendo en casi todas las comparaciones. Y sin embargo, si miras alrededor el mundo está lleno de gente con problemas mentales. La sorpresa es que no haya más.
Todo esto viene de la psicología norteamericana, que pregona que los grandes logros son los que nos hacen crecer la autoestima. Y, a la vez, que necesitas autoestima para lograr tus logros. ¿En qué quedamos? ¿La autoestima es un resultado o la causa?
Cómo afrontar a lo punk la autoestima
Bromeaba un médico forense que en veinte años de profesión no había encontrado la autoestima en ningún cadáver. La autoestima es un concepto, no un órgano. Es una idea sobre algo. No es real. No deberíamos tratarlo como algo palpable que se puede manipular.
Lo que piensas no es la realidad. Se puede cambiar. Amat arremete contra los pilares de esa autoestima happy flower:
- Vivir conscientemente y estar contento.
- Aceptarte a ti mismo.
- Responsabilizarte y ser el artífice de tu propia vida.
- Autoafirmarte.
Todos y cada uno de estos puntos son criticables. Por criticar uno, pongamos el segundo. Amat es directo y breve: “Si necesitas forzarlo, ya no te estás aceptando”.
La autoestima está relacionada con la percepción del éxito. Por la autoestima hay que pagar. Lo que debes hacer es no poner el precio demasiado alto. No tener tantas expectativas. “La madurez se alcanza cuando tienes las expectativas adecuadas, en el grado exacto y en el monto oportuno”, explica el psicólogo.
Por eso plantea que sepamos diferenciar bien tres conceptos como potencialidad (lo que podríamos hacer entrando), posibilidad (lo que podemos hacer en este momento) y capacidad (lo que físicamente es posible: no vas a saltar tres metros por mucho que te entrenes). Por tanto, recuerda que no todo va a depender de ti.
Qué hacer para punkear la autoestima
Amat no es de dar consejos, aunque sí ofrece “recordatorios amistosos”. Estos son los principales para punkear la autoestima:
- El objetivo de la vida es vivir, no convertirse en un narcisista al que le encanta conocerse.
- No puedes separar lo que eres de “las mierdas de tu desván emocional” (artefactos vitales que llevas contigo y te marcan y dan sentido a tu existencia).
- Debes tener el coraje de ir al desván y reorganizarlo. No vas a cambiar la tele vieja de la abuela por una plana. “Lo punk es ver cómo te las arreglas con lo que encuentres ahí”.
- Lo que a ti te parece una porquería puede gustar a otros, hasta el punto de que ya no lo miras igual. Nuestra autoestima está llena de cosas así.
Si no puedes lidiar con todo ello, hay opciones para comprender bien cada punto y resolverlo. Pero como bien dice Amat imitando a Francisco Umbral, “yo he venido aquí a hablar de mi libro”. Te tocará comprarlo.