El sisu finlandés es una forma de enfrentar la vida.
Si pensamos en el país más feliz del mundo, fácilmente nos viene a la cabeza Finlandia. El país escandinavo lleva seis años consecutivos ocupando el primer lugar del Informe Mundial de la Felicidad, un ránking auspiciado por Naciones Unidas que analiza un total de 137 países y los ordena en función del nivel de felicidad.
Para medir el nivel de felicidad, los expertos de Naciones Unidas analizan aspectos como la esperanza de vida, la renta per cápita, la baja corrupción, la solidaridad entre la gente, la ausencia de corrupción y la sensación de libertad. ¿Es solo esto lo que marca la diferencia? Hay países que también sacan buena nota en estos factores y no ocupan ese envidiable primer puesto.
Probablemente el secreto de la felicidad de los finlandeses se llama "sisu", un concepto y una forma de vida que forma parte de la cultura finlandesa desde hace más de 500 años. Así lo asegura el psicóloga Emilia Elisabet Lahti, autora del libro 'Gentle Power: A Revolution in How We Think, Lead, and Succeed Using the Finnish Art of Sisu'. "He vivido en Finlandia gran parte de mi vida y creo que el sisu juega un papel importante en nuestro bienestar y capacidad para mantener una mentalidad tan positiva y resistente", afirma en una artículo publicado en CNBC.
"El sisu no tiene traducción, pero se refiere a la determinación y la fortaleza. Se trata de tener agallas para seguir adelante frente a la adversidad y las probabilidades casi imposibles", apunta la psicóloga.
Cómo incorporar el sisu en tu vida
Emilia Elisabet Lahti ha dedicado gran parte de su carrera a enseñar a la gente cómo incorporar el sisu en su vida. Lo puedes conseguir con estos cuatro pasos:
1. Busca un objetivo o un propósito más allá de ti
Emilia Elisabet Lahti recuerda que somos capaces de "aguantar mucho más cuando trabajamos para lograr algo que contribuya al mundo más allá de nosotros mismos".
La experta se pone como ejemplo y explica que para recopilar datos sobre el sisu para sus estudios de doctorado recorrió 2.400 km por Nueva Zelanda. También dedicó parte de su carrera a crear conciencia sobre la violencia familiar. "Cada vez que empecé a sentirme agotada o estaba a punto de rendirme, pensar en mi propósito me ayudó a seguir adelante", señala.
"Cuando asumas un nuevo desafío o necesites la fuerza para continuar, encuentra un propósito mayor con el que conectarte. Puede ser tu familia o amigos, o alguien que te inspire, o una causa que esté cerca de tu corazón", aconseja.
2. Aumenta la resiliencia con el ejercicio
La resiliencia es la capacidad que tiene una persona para adaptarse ante la adversidad. Sin resiliencia la gente no hubiera superado catástrofes o guerras. Es el mejor antídoto frente a la depresión y puede entrenarse. Aunque la resiliencia es algo mental, puede trabajarse de forma física y una forma de conseguirlo es con el ejercicio.
Lahti explica que durante dos años iba a correr prácticamente cada día para prepararse para una maratón. Lo hacía siempre, aunque no tuviera ganas o hiciera mal tiempo.
"Nuestro cuerpo tiene reservas ocultas. Cuanto más nos desafiamos a nosotros mismos, más adquirimos hábitos que refuerzan nuestra resiliencia. Concentrarme en mi respiración para calmar mi sistema nervioso fue la estrategia que mejoró mi forma de correr. Con el tiempo, pasé de ser un principiante a correr más de 20 km", explica.
3. No seas duro contigo mismo
Mucha gente tiende a pensar que para tener éxito hay que ser duro con uno mismo, pero Lahti explica que hay un límite que no debes traspasar. Hay que saber equilibrar la exigencia con la compasión.
La psicóloga vuelve a poner el ejemplo del entrenamiento deportivo y explica que durante el periodo que se entrenaba para la maratón se lesionó y se planteó si renunciar o esforzarse aún más. Y no hizo ni una cosa ni la otra: decidió parar hasta recuperarse.
Un retirada a tiempo puede ser la mejor elección. Y no es ninguna renuncia. Es cuidarse para regresar con fuerzas renovadas.
4. Conecta con la naturaleza
"En Finlandia, caminar por la naturaleza forma parte de nuestra cultura. Nos ayuda a encontrar una calma interior y una sensación de felicidad que nos sirve en tiempos difíciles", apunta.
Son muchos los estudios que han demostrado que el contacto con la naturaleza reduce el riesgo de todo tipo de enfermedades, desde infartos hasta depresión.