Cuando se habla de trastornos alimentarios, la mayoría de las personas suelen pensar en la anorexia y la bulimia, pero hay otro mucho más frecuente pero menos conocido: el trastorno por atracón. De hecho, no se reconoció como un trastorno de la conducta alimentaria hasta 2013, mucho después que la anorexia y la bulimia. La falta de conocimiento y concienciación sobre este trastorno se traduce también en una falta de diagnóstico: probablemente muchas personas que lo sufren no lo saben y, por tanto, no reciben la atención necesaria. La psicóloga Lucía Moreno explica a Saber Vivir los detalles sobre el trastorno por atracón.
¿Qué es el trastorno por atracón?
El trastorno por atracón es un tipo de Trastorno de la Conducta Alimentaria que se caracteriza por la ingesta compulsiva y de forma recurrente de alimentos en un periodo corto de tiempo. Durante el episodio de atracón la persona tiene la sensación de falta de control sobre lo que come y una vez ha pasado aparece el sentimiento de culpa. Los atracones se producen, de promedio, al menos una vez a la semana durante tres meses.
¿Qué diferencia el trastorno por atracón de la bulimia y la anorexia?
El trastorno por atracón se diferencia de la bulimia nerviosa (que también implica atracones) por la ausencia de conductas compensatorias para evitar el aumento de peso (por ejemplo vómitos autoinducidos, uso de laxantes o diuréticos, ejercicio excesivo o ayunos que sí se producen en la bulimia). En el caso de anorexia, la principal diferencia radica en que esta se centra en la restricción de ingesta de alimentos.
¿Qué factores aumentan el riesgo de sufrir trastorno por atracón?
No hay suficientes estudios sobre esta patología, pero se estima que podría afectar entre el 3-4% de la población. Los factores que aumentan el riesgo son:
- Ser mujer
- Antecedentes familiares.
- Tener sobrepeso u obesidad.
- Personalidad que se caracteriza por el autocontrol, el perfeccionismo, la obsesión, la falta de control de los impulsos y la baja autoestima.
- Ansiedad.
- Depresión.
- Haber sentido rechazo por el peso.
- Ambiente conflictivo con falta de comunicación o expresión emocional.
- Intentos frustrados de dieta.
- Frustración provocada por no lograr los estándares de belleza actuales y un "cuerpo perfecto", asociando el bajo peso al éxito.
¿Qué señales o síntomas caracterizan el trastorno por atracón?
Según los criterios diagnósticos del DSM-5, los episodios de atracones se asocian a tres (o más) de los hechos siguientes:
- Comer mucho más rápido de lo normal.
- Comer hasta sentirse desagradablemente lleno.
- Comer grandes cantidades de alimentos cuando no se siente hambre físicamente.
- Comer solo debido a la vergüenza que se siente por la cantidad que se ingiere.
- Sentirse a disgusto con uno mismo, deprimido o muy avergonzado después de comer.
¿Qué señales pueden hacernos sospechar que alguien cercano sufre trastorno por atracón?
Al igual que otros tipo de trastornos de la conducta alimentaria, la persona suele convertirse en una experta en "disimular" su comportamiento haciéndolo a escondidas porque se avergüenza de ello, haciendo difícil detectar el problema. Si sospechas que una persona cercana a ti puede estar sufriendo de este trastorno, habla con ella de manera tranquila, sin juzgarla y abiertamente sobre tu preocupación. Pide ayuda profesional y ante todo dale tu apoyo.
¿Cómo se trata el trastorno por atracón?
Es primordial ponerse en manos de un psicólogo en cuanto se detecte el problema y en algunos casos es necesaria la ayuda de un psiquiatra.
Es muy importante la detección precoz, ya que se puede reeducar a la persona en la ingesta de alimentos para que no aparezcan estas conductas inadecuadas controlando la ansiedad y el impulso que empujan a tener este tipo de conducta alimentaria alterada. Con un plan de tratamiento es posible una recuperación completa si se aborda de una manera adecuada.
¿Qué complicaciones puede provocar el trastorno por atracón si no se trata?
El trastorno por atracón puede derivar en problemas digestivos, aislamiento e intentos de suicidio. En casos extremos pueden llegar a ocasionar graves problemas de salud e, incluso, la muerte.
A medio-largo plazo puede derivar en bulimia por la culpabilidad que se siente tras el episodio de atracón en el que se ingieren grandes cantidades de comida y la frustración por no perder peso, lo que puede derivar en acciones compensatorias como el vómito después de la ingesta.