Si te da la sensación de que ves a menudo gente saliendo a hacer deporte por la calle, no es una mera percepción tuya. Es una realidad constante en todas nuestras ciudades. Una realidad que además destaca en comparación con otros países.
Es uno de rasgos que se destaca en el último informe de salud Stada, una encuesta estadística que analiza anualmente los hábitos de salud de los europeos, y en la que participan más de 46.000 personas de 23 países.
Los españoles encabezamos algunos de los principales hábitos que mejoran el bienestar y posibilidades de una vida más larga y saludable, algo que, por otro lado, también confirman las estadísticas de longevidad.
Líderes en ejercicio y hábitos de alimentación
El informe señala que España es el segundo país con una proporción más alta de personas activas físicamente. El 62% asegura hacer algún tipo de ejercicio. Los finlandeses llegan al 66%, pero estamos muy por encima de la media europea, que está en el 50%. Nos siguen en tercera posición los italianos.
También ocupamos el podio en cuanto a hábitos saludables en alimentación. Es cierto que la dieta mediterránea ya no se sigue igual que antiguamente y que recurrimos más a los platos preparados. Sin embargo, el informe constata que hay una mayor preocupación por lo que comemos y un esfuerzo sincero por intentar cuidar ese aspecto. Un 68% así lo afirma. Estamos empatados en el primer puesto con los neerlandeses.
El tercer pilar de la salud, las relaciones sociales, también lo encabezamos. Los españoles somos los más conscientes de que el bienestar y la felicidad se consiguen con una buena red familiar y de amigos. El 39% cree que ese tiempo socializando es una inversión en salud.
No es una cifra baja si la comparamos con la media de Europa: solo un 31% relaciona la vida social con una mejor salud, algo que numerosos estudios científicos han puesto en evidencia.
Mantenemos alta la confianza en la Sanidad
Los españoles también somos los europeos que mostramos una mayor confianza en la Sanidad. Una confianza del 71% que se mantiene firme pese a los recortes que puedan haberse dado en los últimos años. Es significativo dado que, por cuarto año consecutivo, hay un declive generalizado de la satisfacción con los sistemas sanitarios en todos los otros países. La media europea cae al 56%.
Los españoles se muestran orgullosos sobre todo de su sistema de donación y trasplante de órganos, el más eficiente del mundo y que ha sido analizado y copiado por muchos otros países. De hecho España sigue siendo el principal donante de órganos a otros países necesitados.
Sorprendentemente, el único punto en el que no destacamos es en el de las revisiones periódicas al médico. Confiamos, pero no nos gusta tanto ir. Solo el 41% se hace chequeos preventivos. Checos, eslovacos y alemanes son los más asiduos, con un 48%. No obstante, estamos muy por encima de la media europea, que es un 34%.
Nos preocupa llegar a ser dependientes
Toda esta atención creciente en nuestra salud también tiene una razón de ser. El informe apunta que los españoles, junto con los portugueses, somos los que estamos más preocupados por convertirnos en una carga con la edad. El 73% lo afirma.
Y además no es un problema en el que piensan los mayores de 55 años. También a un 69% de los adultos jóvenes, entre 35 y 54 años, le preocupa.
Si estamos haciendo bien los deberes para llegar a una vejez saludable, ¿por qué no estamos tranquilos? El 74% asegura estar preocupado sobre todo por su declive físico y un 69% por el riesgo de sufrir una demencia, ya sea por alzhéimer o párkinson. Las enfermedades cardiovasculares preocupan menos: a un 60%.
Estamos preocupados y también esperanzados. Hoy un 62% considera que su salud es buena o muy buena. Es un punto más que el año pasado. Un 80% también confiamos en la medicina para avanzar en el tratamiento y curación de las enfermedades. Encabezamos la lista junto a los finlandeses. En este aspecto, hay una mayoritario consenso europeo. El 70% confía.
Cabe señalar que este informe se elabora a partir de una serie de preguntas que los encuestados responden según su criterio o percepción. Puede no coincidir con una realidad objetiva. Así, por ejemplo, quizás haya discrepancias entre su idea de comida saludable y lo que de verdad comen.