4 dudas frecuentes sobre la artritis

La artritis es la inflamación o hinchazón de una o más articulaciones y aunque los síntomas varían según el tipo de artritis, generalmente incluyen dolor y rigidez en las articulaciones.

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¿Es cierto que el omega 3 alivia el dolor de la artritis?

Tomar aceite de pescado es una recomendación avalada por la evidencia científica para los pacientes con artritis –sobre todo reumatoide–, ya que disminuye el dolor, es seguro y contribuye a mejorar otros trastornos muy frecuentes asociados a ella, como la arterioesclerosis acelerada.

Se obtiene del pescado azul (salmón, caballa, sardina, arenque, atún, anchoa, pez espada…) y se comercializa en virtud de su alto contenido en ácidos grasos omega 3, particularmente ECA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico). Estos dos compuestos son precursores de unos eficaces antiinflamatorios naturales llamados eicosanoides.

Desde hace años se sabe que la dieta esquimal (muy rica en pescado azul) reduce la incidencia de artritis reumatoide. A partir de esa observación, muchos estudios han analizado el papel de los suplementos con omega 3 tanto en la artritis como en la artrosis.

Un reciente metaanálisis ha estudiado escrupulosamente su influencia y los autores concluyen que pueden ser beneficiosos para cualquier tipo de artritis, pero que están especialmente indicados en caso de artritis reumatoide.

¿Qué dosis hay que tomar y durante cuánto tiempo? Existe cierto acuerdo en aconsejar dosis por encima de los 2,6 g al día, no menos de 12 semanas.

¿Empeoran los síntomas de la artritis con la lluvia y el frío?

El frío sí puede afectar. Sin embargo, en la mayoría de los pacientes ambos problemas (la inflamación en las articulaciones o tendones y ligamentos y la psoriasis en la piel) no solo tienen una presentación desigual, sino que no responden de la misma manera ante estímulos tanto internos como externos.

Tradicionalmente, las personas que padecen de las articulaciones notan un empeoramiento con la llegada del frío.

Estudios científicos han demostrado que cambios de presión barométrica y temperatura ambienteaumentan el dolor de quienes tienen problemas degenerativos articulares.

Una de las posibles explicaciones es que el aumento en la presión que suele preceder a un día lluvioso incrementaría de forma repentina el gas que rodea las articulaciones, provocando una leve inflamación.

Por otra parte, los descensos de la temperatura pueden afectar a la capacidad de distensión de las estructuras que rodean las articulaciones, todas ellas con terminaciones nerviosas capaces de generar dolor.

Con estos datos, podríamos afirmar que los meses fríos empeoran la artritis. Y que, por el contrario, una buena ropa de abrigo puede ayudarnos a minimizar los síntomas, ya que nos protegerá de las bajadas de temperatura.

¿Puede el estrés empeorar la artritis?

El estrés suele relacionarse más con la sensación de dolor y el estado de ánimo del paciente, y no tanto con la actividad (es decir, la inflamación) de la artritis reumatoide.

Imagino que estás tomando medicación específica pautada por tu reumatólogo. Con un seguimiento y tratamiento adecuados –y más aún si el diagnóstico es temprano– se suelen controlar bien la mayoría de casos de esta dolencia autoinmune.

Sin embargo, como en cualquier enfermedad, hay casos más complejos que requieren una pauta mayor de medicación, o cambios en ella, hasta encontrar la mejor combinación que haga que el paciente esté estable o “en remisión”.

Lo más importante es tomar correctamente la medicación que te haya prescrito de momento tu reumatólogo, ya que es la que acabará controlando tu enfermedad. De todos modos, tú puedes ayudar siguiendo ciertos hábitos:

  • Si fumas, procura abandonar el tabaco porque eso ayudará de manera muy significativa a que tu artritis reumatoide evolucione mejor. Es algo que se ha demostrado en numerosos estudios.
  • También conviene mantener un peso adecuado siguiendo una Dieta Mediterránea y raciones moderadas.
  • Y, por supuesto, hacer deporte de forma habitual, al menos tres veces por semana, adaptado a cada persona.

Esta enfermedad comporta riesgo cardiovascular (tensión arterial, niveles de azúcar y colesterol) y osteoporosis. En este sentido, el ejercicio físico es beneficioso porque hace que este riesgo disminuya.

Por si eso fuera poco, una actividad física de forma mantenida aumenta la calidad de vida de los pacientes con artritis reumatoide al mantenerse activo, potenciar el sistema músculo-esquelético y mejorar el estado de ánimo.

¿Qué relación hay entre la psoriasis y la artritis?

Según nuestros datos, una de cada 8 personas con psoriasis acabará teniendo un problema articular, es decir, artritis psoriásica.

Hay que pensar en ella si, entre otras, comienzan a doler y/o a inflamarse:

  • Las pequeñas articulaciones de las manos, sobre todo las que están junto a las uñas.
  • Las articulaciones de los pies, las rodillas, tobillos, muñecas, codos, hombros, talones (inflamación de la inserción de los ligamentos y tendones en el hueso o entesitis).
  • La columna lumbar baja.
  • Un dedo de la mano o el pie (dedo en salchicha o dactilitis).

Además, a la vez también puede darse una inflamación ocular o intestinal, y una afectación de las uñas o del cuero cabelludo.