Aplicar lociones y aceites de plantas puede ayudar a relajar y descontracturar la musculatura.
Es muy probable que en algun momento de tu vida hayas sufrido una contractura muscular. Pueden deberse a diversas causas: el estrés, las malas posturas, un movimiento brusco o cargar peso son algunas de las más habituales.
- Se trata de un estado de rigidez o contracción que padece el músculo y que puede resultar muy doloroso.
- Además, las contracturas musculares pueden tener un largo periodo de recuperación que nos trastorna nuestro ritmo de vida.
Un primer consejo general es no estar mucho tiempo en la misma postura y hacer estiramientos y pequeños masajes de vez en cuando. También debes acordarte de calentar bien antes de realizar cualquier ejercicio físico.
Sin embargo, si quieres asegurarte más o no has podido evitarlas, los siguientes consejos te ayudarán a prevenir o aliviar las contracturas musculares.
Remedios naturales para las contracturas musculares
- Aceite de hipérico. Se trata de un buen preparado que conviene que tengamos siempre a mano. Se tarda varios días en estar a punto, así que no esperes a que te haga falta y tenlo ya en tu botiquín. Se prepara con 50 g de las flores y con hojas pequeñas troceadas. Se introduce en un envase de 250 cm3 de cristal, y se termina de llenar con aceite de almendras. Se deja reposar en un armario protegido del calor y la luz, durante 20 días. Pasado este tiempo se cuela, y está listo para usar. No aplicar antes de la exposición al sol.
- Cataplasma de arcilla roja. Prepárala en un plato hondo o cuenco, con arcilla roja en polvo, y añade poco a poco agua (fría o caliente en función del tipo de contractura). Has de ir añadiendo agua hasta conseguir una pasta espesa, homogénea y sin grumos. Aplícala en la zona afectada y deja actuar durante 30 a 60 minutos. Se aplica 1 o 2 veces al día, durante 2 a 5 días. Pero debes evitarla si hay heridas o daños en la piel.
- Magnesio. Relaja la actividad del tejido muscular. Se recomiendan de 200 a 400 mg de magnesio, repartidos en 1 o 2 tomas al día. No la tomes durante mucho tiempo ni en caso de insuficiencia renal.
Plantas medicinales para relajar los músculos
- Harpagofito. Tiene virtudes analgésicas (es decir que suaviza el dolor) y antiinflamatorias. Una combinación ideal que el músculo vaya recuperándose. Ha que tomar de 400 a 800 mg de extracto seco al día, repartido en 1 o 2 tomas. Hay que desechar este tratamiento si se sufre de úlcera gastroduodenal. Tampoco es aconsejable durante el embarazo y la lactancia.
- Valeriana. Una de las plantas más utilizadas para los casos de estrés. Su actividad relajante y antiespasmódica nos puede ir bien sobre la musculatura y de esta manera ayudar a tratar las contracturas. Se usan de 300 a 900 mg de extracto seco de la raíz, repartido en 1 a 3 tomas diarias. No la tomes en el embarazo.
Prepara tu propia loción de plantas
Mezcla 40 g de romero, 25 g de menta y 25 g de melisa. Introduce las plantas en un envase de cristal de 500 c.c., y añade 250 c.c. de orujo o aguardiente.
- Tapa y deja macerar la preparación durante 20 o 30 días en un lugar seco y protegido de la luz. Pasado ese tiempo, filtra en otro envase y aplica 1 o 2 veces al día en las zonas afectadas, con un ligero masaje. Evita hacerlo en pieles sensibles, irritadas o dañadas.
Baños aromáticos para relajar los músculos
- Baño de sales. Un baño relajante y que te ayudara a reducir las molestias de la contractura. Se prepara en agua caliente a la que se le añade 250 gr. de sales de epsom. Previamente, para reforzar sus efectos generales, añade a las sales 5 gotas de aceite esencial de mejorana, otras tantas de esencia de romero y otras 5 gotas de lavanda. Una nota importante, previamente tenemos que echar los aceites esenciales en las sales de Epsom, antes de verterlos en el agua de baño.
- Baño de sal gorda. Se trata de otro remedio clásico con virtudes relajantes de toda la musculatura. Se llena la bañera con agua caliente. Se añade la sal gorda a la que también se pueden incluir algun aceite esencial, como la verbena o la lavanda, para darle un toque aromático. Hay que permanecer al menos diez minutos sumergidos para que el efecto relajante surta.
- Baño de vinagre. Tiene propiedades también relajantes similares al de sal gorda. Simplemente se sustituye la sal y los aceites esenciales por un par de vasos de vinagre.