Por qué a veces la meditación no funciona contra la ansiedad

La meditación nos conecta con nuestro yo más íntimo y en una persona que sufre ansiedad puede sacar a flote emociones negativas que aumenten aún más la angustia. Eso no quiere decir que no funcione. Significa que requiere una práctica, y que no se aprende en cinco minutos con un vídeo de youtube.

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Mujer practicando meditación en casa

Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud

La meditación y el mindfulness están de moda. Y son muchísimos los vídeos que circulan por internet que dan pautas para practicarla.

Sin embargo, recurrir a estas disciplinas como herramienta rápida para aliviar la ansiedad no solo no funciona, sino que puede provocar emociones negativas.

  • Un estudio de la Universidad de Valencia revela que un 25,5% de las personas que practican meditación de forma habitual han experimentado al menos en una ocasión algún tipo de situación psicológica particularmente desagradable y perturbadora.

Imagina entonces qué puede ocurrir en una persona que no la ha practicado nunca y se inicia por cuenta propia con la única referencia de un tutorial en youtube.

"No es que meditar no sea positivo, es que no es positivo hacer algo que no sabes cómo funciona y desconoces las reacciones que puede provocar en ti, y menos si sufres problemas de ansiedad y tampoco conoces cómo funciona la ansiedad", alerta la psicóloga e instructora de mindfulness Alba Valle .

"La gente ve la meditación como un instrumento rápido de relajación y recurre a él como si fuera un ansiolítico, una serie de Netflix o un atracón para calmar la ansiedad, pero ni la meditación consigue ese efecto inmediato ni la ansiedad se gestiona así", asegura Valle.

qué ocurre cuando meditas

La meditación no relaja de entrada a todas las personas, en especial a aquellas que sufren ansiedad.

Alba Valle nos explica por qué:

  • "La ansiedad está muy ligada a la sensación de control de todo lo que nos rodea, a la rigidez y al perfeccionismo".
  • "Si eres una persona ansiosa e intentas hacer un ejercicio para no sentir ansiedad, pensarás aún más en esa ansiedad para intentar controlarla. Estarás demasiado pendiente de ella y eso puede aumentar aún más tus niveles de estrés y angustia".
  • "Además, mirar hacia nuestro interior puede ser muy terapéutico pero implica todo un proceso que puede ser muy abrumador y si no estamos acostumbrados a ello puede asustarnos".

puede provocarte más angustia

Por tanto, empezar a meditar o a viajar hacia nuestro interior puede no generar paz desde un principio, sino más ansiedad. Y eso hay que saberlo.

La psicóloga e instructora de mindfulness lo compara con la experiencia vivida cuando se muere un ser querido: "Mientras estás en el velatorio puede que te contengas y aguantes el tipo, pero cuando te abraza tu amiga te desmoronas y rompes a llorar".

"Algo parecido puede ocurrir con la meditación: puede ser la herramienta que te ayude a sacar la bola de ansiedad que llevas dentro, pero al principio es doloroso porque tienes la sensación de que te deshaces, como cuando te abraza la amiga y lloras", explica Valle.

  • "Este punto en realidad es muy liberador", aclara la psicóloga, el problema es que la mayoría de las personas se asustan ante esa sensación.

De hecho, en Psicología la terapia de aceptación y compromiso es una de las estrategias que mejor funcionan para tratar la ansiedad.

  • "La persona aprende a conectar con esa sensación de ansiedad y le pierde el miedo, de forma que deja de ser algo limitante", subraya.

Obviamente, no es fácil realizar este camino solo, por eso la ayuda de un especialista es fundamental.

Como si no estuvieras en tu propio cuerpo

Practicar la meditación sin saber a lo que te puedes enfrentar no solo puede generar más ansiedad, también puede provocar lo que los psicólogos llaman desrealización o despersonalización.

  • La desrealización es la desagradable sensación de no estar en tu propio cuerpo. En realidad es un mecanismo de protección de la mente que puede aparecer cuando se expone a mucha ansiedad.

Alba Valle compara la situación que se puede producir al meditar con la línea blanca con relieve de la autovía, que comienza a sonar al pisarla con las ruedas del vehículo para avisar al conductor que no se salga del carril y recupere el control.

Cuando al meditar aparecen esas sensaciones de alerta, pero en lugar de tener un efecto positivo se toman como amenazas se desencadenan todo tipo de mecanismos de defensa y de huida, lo que aumenta la ansiedad.

  • En inglés este fenómeno se denomina backdraft y define el efecto que se produce en un incendio cuando al abrir una puerta se provoca una explosión por la reintroducción de oxígeno.

La meditación es transformadora.... si se hace bien

Con todo ello no queremos decir que la meditación no pueda ayudarnos en la ansiedad. Todo lo contrario. Pero hay que conocerla y practicarla correctamente.

  • "Al meditar abrimos nuestra mente y cultivamos una actitud de aceptación, vamos soltando muchas cosas que estaban atascadas y simplemente las vamos viendo y dejando ir. No hay que asustarse porque tengamos una sensación de agobio o de ansiedad, simplemente hay que aprender a verla, a tratarla y liberarla", asegura la experta.

Pero si no sabemos hacerlo, podemos angustiarnos y acabar generando un problema mayor.

Cuidado con los retiros

La psicóloga tampoco recomienda los retiros como herramienta para desconectar si la persona no tiene experiencia en meditación o mindfulness.

"Si una persona se encuentra mal psicológicamente, yo no recomiendo para nada que se inicie en la meditación con un retiro", alerta.

"No estamos acostumbrados a estar con nosotros mismos y la meditación requiere una introducción progresiva para que la persona se vaya acostumbrando a sus propias sensaciones", añade.

  • Lo ideal es empezar a meditar de forma gradual en sesiones de 10 o 15 minutos. Así conseguiremos estar con nuestra mente serena cuando hayan turbulencias, que ese es en realidad el beneficio que nos puede aportar la meditación en nuestro día a día.

Y una vez se tiene experiencia en meditación, se puede contemplar la opción del retiro que nos puede ayudar a profundizar en nuestro conocimiento personal.

Claves para gestionar la ansiedad

Para enfrentarse a ella y que no paralice nuestras vidas son básicos los siguientes pasos, que puedes poner en práctica con la ayuda de la meditación o de otras técnicas psicológicas con el asesoramiento de un profesional:

  • Aprender a detectarla. El primer paso es saber darnos cuenta de que estamos sintiendo ansiedad. Los pensamientos ansiosos son catastróficos hacia el futuro y rumiativos hacia el pasado.
  • Observarla sin miedo. Aceptar la ansiedad y saber que está ahí, sin más, nos ayudará a perderle el miedo porque comprendemos que es como las olas del mar: situaciones que te generan un poco más de desasosiego pero que como vienen se van.