La teoría U o por qué somos más felices a partir de los 50 años

Hablar de la felicidad en abstracto es engañoso. Todos tenemos algún momento feliz, igual que es imposible que vivamos en una permanente felicidad. Hay que explicar esto de partida, porque puede que algunos de los datos que leas te parezcan sorprendentes y no te sientas del todo identificado.

Cada uno explica la vida como le ha ido o como la recuerda. Esa es la clave que está detrás de todos los estudios que se han hecho sobre la felicidad, y no creas que son pocos. La lógica parecería decir que a medida que te acercas a la vejez, y por tanto a la muerte, sientes más angustia y menos felicidad.

Sin embargo, muchas de las investigaciones muestran lo contrario. A medida que crecemos vamos perdiendo felicidad. Y a partir de los 50 años, repuntas y eres más feliz que una perdiz.

Por qué se es más feliz a partir de los 50

Esta evolución de la felicidad, puesta en una gráfica refleja claramente la forma de una U. Los niños destacan por mostrar un grado de felicidad global altísimo. Esa sensación de vivir una vida feliz empieza a decaer con la adolescencia y se hunde hasta aproximadamente los 47 años. A partir de los 50 se nota una clara subida, imparable hasta los 80 años, que es cuando se detiene la gráfica.

Entre los primeros estudios que mostraron este patrón están investigadores de la Universidad de Warwick, en Estados Unidos. La llevaron a cabo miembros del departamento de Economía, así que se centró poco en aspectos de salud y sí en percepción psicológica y económica.

Otras encuestas posteriores han confirmado estos datos. La edad adulta está llena de responsabilidades. A partir de los 50, “los hijos se van, sabes de qué va la pareja, el trabajo pierde significado, y recuperas tu yo”, decía la psicóloga Anna Freixas, en La Vanguardia, para explicar este aumento.

Es cuando empiezas a tener tiempo para dedicarte a las cosas que más te gustan. Eres más consciente de que el tiempo pasa y no quieres perderlo con relaciones que no te aportan nada y sí con los amigos de verdad. Aprovechas mucho más cada momento para que sea significativo y positivo.

No todos los países son iguales

Esta teoría se refleja en varias encuestas y en todo Occidente. El investigador Alejandro Cencerrado, experto en estadística del Instituto de Investigación de la Felicidad de Copenhague, lo ha confirmado. “Vemos que el disponer de menos dinero en la jubilación no afecta al grado de felicidad, que sigue aumentando”, ha dicho.

Sin embargo, si vemos lo que reflejan estadísticas que no solo abarquen los países de Occidente, en los países donde no hay la seguridad económica de la jubilación, ese grado de satisfacción es inferior.

En el informe World Happines Report 2024 (informe mundial de felicidad) que impulsa la ONU, se observa que la gráfica de la U también ha ido cambiando. Los chicos de 15 a 24 años de los países occidentales ahora son más infelices que la generación de 40 años. Por el contrario, en los países del Este ha habido una mejora en todas las franjas de edad, salvo por el bache de la pandemia.

En estas estadísticas, Finlandia sigue teniendo las cifras de felicidad más altas en todos los niveles, con todos los países nórdicos entre los diez primeros. Otros países que suben en felicidad en todas las edades son los checos, los eslovenos y los lituanos. De las grandes potencias, alemanes y estadounidenses pierden fuelle. ¿Y España?

La situación específica de España

España es un reflejo de que esta gráfica de U está cambiando. Y no se ha librado tampoco de la polémica. El último informe de la consultora Ipsos, publicado en marzo de este año, confirma que la generación de los baby boomers, los nacidos entre 1945 y 1965, son los más felices en España. Y que la generación Z (los nacidos entre 1996 y 20212) son los que ahora se muestran menos satisfechos de la vida.

La falta de recursos y las perspectivas de futuro profesional difícil, con sueldos más bajos y problemas para conseguir una vivienda pesan en la opinión de los jóvenes. Ellos sí ven a sus padres y abuelos como unos privilegiados que tienen más motivos de felicidad.

El Instituto Español de Estadística contradice todas estas afirmaciones. En una encuesta de 2022 mostraba que las personas mayores bajan su felicidad a medida que se cumplen años. Entre los mayores de 65 años o más se dan las cifras más bajas.

El investigador Cencerrado ha criticado el informe. Según él, si en la encuesta preguntas por tu felicidad justo después de haber preguntado por tus achaques de salud, es normal que te puntúes más bajo. Insiste en que todas las otras estadísticas europeas coinciden en la U.

En el informe de la ONU, sin embargo, creen menos en esa felicidad de la vejez porque consideran que en esa etapa se tiende a recordar más los buenos momentos y se olvidan los malos. Ya ves que hay debate para todos los gustos.

De qué depende la felicidad

Otro investigador que también critica la teoría de la U es el profesor británico David Bartram, de la Universidad de Leicester. En un artículo en la revista The Conversation fue tajante: “La felicidad disminuye a medida que nos enfrentamos a problemas relacionados con la edad, como una peor salud o la muerte de un ser querido”.

Lo que puedes deducirse de todo esto es que la felicidad depende en gran medida de cómo veas tú tu día a día. No hay reglas fijas. Lo que sí puedes hacer es tomar una serie de consejos para que, sea cual sea tu situación, valores el lado más positivo:

• Vive el presente. No te agobies por lo que pueda pasar en el futuro, porque la incertidumbre siempre crea inseguridad. Céntrate en las cosas buenas del presente.
• Haz cosas que te gusten. Si algo enseñan los más mayores es que lamentan haber perdido tiempo en cosas que no disfrutaban. Todos se arrepentían de haber trabajado en exceso. Siempre se está a tiempo de cambiar y serás más feliz.
• Rodéate de positividad. Quédate con la gente que te aporte y sea positiva. Olvida a las personas tóxicas que siempre explican penas. Y no te obsesiones con cosas materiales. La felicidad está en el trato con la gente, el cariño y en las experiencias.