La vida es un camino en el que cada día tomamos decisiones, unas más difíciles que otras, pero todas con consecuencias en el presente y en futuro. Desde la ropa que te vas a poner ese día, hasta la oferta de trabajo que te han ofrecido, pasando por el tipo de alimentación que prefieres llevar, a cada momento decidimos infinidad de cuestiones más o menos relevantes.
Un asunto que no es baladí, especialmente en el ámbito de la salud. Y es que cuidarse, llevar una dieta sana y equilibrada, así como practicar deporte de forma regular, aunque tiene efectos positivos a corto plazo, las consecuencias más valiosas suelen confirmarse pasados los años. Dicho de otro modo, dime lo que comes hoy y te diré cómo será tu salud dentro de 15 años.
Por tanto, en temas de salud, y en concreto de nutrición, el asunto de las recompensas es especialmente significativo, ya que podría afirmarse que son tan lejanas que parecen invisibles. Un aspecto que dificulta que las personas opten por decisiones "saludables" o lo que es lo mismo, decisiones en las que se priorice los beneficios a largo plazo, como por ejemplo, conseguir adelgazar varios kilos de forma saludable.
El orden importa (y mucho)
Este tipo de cuestiones es lo que han analizado recientemente desde la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), donde un equipo de psicólogos ha realizado un estudio con fin de analizar las decisiones que toma la gente, qué es lo que hace que se decanten por una cosa u otra, cuál es el peso que tiene la recompensa ofrecida y su relación con el tiempo que se ha de esperar para obtenerla.
El trabajo en cuestión consistía en que los participantes debían elegir entre recibir 40 dólares en siete días o 60 dólares en 30 días, bajo diversas limitaciones de tiempo.
La investigación constató que revelar en primer lugar el retraso (de siete a 30 días) hizo que las personas tendieran a preferir la opción "impaciente" a corto plazo, mientras que, al contrario, cuando se presentaba antes la recompensa mayor (60 dólares) y de plazo más lejano (30 días), la mayoría elegía la propuesta más "paciente". En resumen, parece que el orden en que se presentan las opciones determina en gran parte la elección, más allá de la promesa asociada.
También la cantidad de tiempo asignado para decidir influye en las elecciones, pero no siempre de la forma esperable. En algunos casos, las personas fueron más pacientes cuando tuvieron menos tiempo para decidir.
La paciencia tiene premio
Más allá del comportamiento que observaron los investigadores en los participantes, una de las conclusiones a las que llegaron fue que "centrarse en los beneficios que tiene esperar podría ayudar a las personas a mejorar su autocontrol”, según el profesor asociado de psicología en UCLA, Ian Krajbich.
Una afirmación que podríamos aplicar al ámbito de la salud y así sacar conclusiones específicas. En este sentido, el hecho de que la mayoría de la gente escoja la primera opción que escucha, solo por ser la primera, más allá del contenido que muestra, podría utilizarse como herramienta dentro de una estrategia nutricional.
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Además, si según el experto, "centrarse en los beneficios de esperar podría ayudar a mejorar su autocontrol", insistir en las bondades a largo plazo que tiene para la salud el hecho llevar una alimentación en el presente, debería ayudar a que la gente, en general, fuera más paciente y prefiriera asegurarse adelgazar 5 kilos a lo largo de varias semanas, antes que perder esos mismos kilos en tan solo una semana. Del mismo modo, sería una buena manera de que se antepusiera una dieta sana y equilibrada en el presente para disfrutar de una salud óptima dentro de unos años frente a una dieta peligrosa con pérdida de peso rápida.
Recompensa inmediata
La esencia de las dietas conocidas como "dietas milagro" es que son patrones alimentarios que prometen "60 dólares en 7 días". Es decir, aseguran que siguiéndola se consigue adelgazar muchos kilos en poco tiempo, ese es su único argumento. Además, se ocultan o maquillan los efectos negativos asociados.
La cuestión es que lo deseable sería que la gente rechazara este tipo de dietas a favor de otras más saludables, a pesar de que requieren más tiempo y constancia. Para lograrlo, si nos basamos en las conclusiones del estudio americano, una buena estrategia sería hacer hincapié en los beneficios para la salud de llevar una dieta saludable mantenida en el tiempo.