Cómo funciona la técnica del "escaneo corporal" para detectar si estás en un entorno tóxico

Las relaciones tóxicas afectan a la salud física y emocional y el cuerpo nos envía señales para advertirnos que ese entorno negativo nos está perjudicando. La técnica del escaneo corporal te enseña a identificarlas.

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RELACIONES TOXICAS
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Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud y nutrición

¿Quién no se ha sentido alguna vez inmerso en un ambiente negativo? En realidad es más frecuente de lo que crees. Es fácil que en algún momento de la vida nos veamos envueltos en relaciones, apegos o vínculos tóxicos que nos pueden causar malestar e incluso sufrimiento a nivel emocional si no sabemos cortar con ello. Puede que pienses que a ti eso no te puede ocurrir porque tienes la autoestima bien alta, te sientes una persona segura y te consideras lo suficientemente inteligente como para detectar cuándo algo o alguien no te conviene. Pero no es tan fácil. Ya sea en la pareja, el trabajo o la familia, puedes acabar dejándote llevar por dinámicas negativas que con el tiempo pueden resultar dañinas. Y puede que al principio no seas consciente de que ese entorno está siendo tóxico para ti. En el libro ¡Corta por lo sano! (RBA), el Dr. Oriol Lugo nos da claves para identificar y hacer frente a esas relaciones tóxicas; y aprender a transformarlas y contrarrestarlas.

Escaneo corporal paso a paso

La mayoría de nosotros vamos con el piloto automático y acabamos conviviendo con síntomas o molestias que podrían estar provocados por una mala salud emocional causada por un entorno tóxico. El problema es que no escuchamos a nuestro cuerpo, no hacemos caso a las señales que nos envía y tampoco sabemos interpretarlas. Para romper con las relaciones tóxicas, el Dr. Lugo propone empezar por tomar conciencia de cómo te sientes. Y para ello sugiere una técnica llamada "escaneo corporal" que es habitual en mindfulness. Consiste en seguir una serie de pasos muy sencillos para explorar cómo te sientes a nivel corporal y emocional. No te llevará más de un minuto:

  • Toma asiento en un lugar cómodo y tranquilo, cierra los ojos y realiza un par de respiraciones profundas. Ahora imagina tu mente como una gran lupa que va repasando todo tu cuerpo minuciosamente.
  • Empieza centrando tu atención en tu cabeza, tu pelo y tu frente. Nota si tienes el ceño fruncido o relajado.
  • Sigue bajando y siente tus orejas y cómo inhalas y exhalas aire por la nariz. Fíjate en cómo es tu respiración: ¿es rápida o lenta?, ¿pausada o agitada?
  • Luego siente tus mejillas, tus pómulos y tu boca. ¿Tienes la mandíbula tensa o relajada?, ¿la lengua está libre o apretada por los dientes?
  • Conecta con la garganta. ¿Notas alguna sensación parecida a un nudo? Baja por el cuello: ¿cómo lo notas?, ¿cómo sientes tus cervicales?
  • Desciende hasta los hombros y luego por la espalda. Fíjate si notas malestar o dolor. Y fíjate en las emociones o pensamientos que afloran.
  • Observa cómo el pecho se hincha y se deshincha con cada respiración. ¿Tu corazón late de forma relajada o excitada?
  • Presta atención a tus brazos y fíjate si están rígidos o relajados. Baja hasta las manos: ¿están quietas o temblorosas?
  • Continúa con la barriga centrándote en el estómago y fíjate si notas alguna sensación de inquietud o desasosiego.
  • Llega el turno de las piernas: ¿están tranquilas o se agitan levemente?

Una vez acabado el escaneo general puedes hacer el proceso a la inversa, de abajo hacia arriba, para acabar abriendo los ojos.

Identifica las señales que te envía tu cuerpo

El objetivo del escaneo corporal es identificar puntos físicos de incomodidad o dolor en tu cuerpo, así como sensaciones o emociones que no habías reconocido hasta ahora.

El cuerpo nos envía constantemente señales y con este ejercicio aprendes a escucharlo, tanto a nivel físico como emocional.

Respecto a los síntomas físicos, muchos de ellos son psicosomáticos, tienen una causa emocional y podrían estar provocados por un entorno tóxico.

  • Dolor de cabeza. La tensión emocional, el estrés, las preocupaciones o un conflicto oculto pueden estar detrás, según el doctor Lugo.
  • Tensión mandibular. La ansiedad, la rabia y otras emociones reprimidas pueden causar este síntoma.
  • Nudo en la garganta. La tristeza y la ira reprimida, y la necesidad de desahogo provocan esta sensación.
  • Dolor de cervicales. El estrés y el sufrimiento emocional puede generar tensión muscular y provocar dolor tanto en las cervicales como en las lumbares y otros puntos de la espalda.
  • Puños apretados. Se asocia a nerviosismo, confusión, ansiedad y enfado. Y todo ese malestar acumulado puede reflejarse en las manos.
  • Dolor de barriga. Puede estar relacionado con el estrés y la ansiedad.
  • Piernas agitadas. Es síntoma de estados de intranquilidad y nerviosismo.

El escaneo corporal no solo sirve para identificar señales físicas como las que acabas de ver. También ayuda a dejar aflorar emociones y, sobre todo, a ser conscientes de ellas: miedo, rabia, tristeza, nerviosismo, vergüenza, asco o culpa son algunas de las más habituales. Por ejemplo, una tensión mandibular puede estar provocada por rabia acumulada. Y la causa puede ser un entorno tóxico.

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