Qué frutas deberías comprar ecológicas SÍ o SÍ

Las frutas ecológicas son la opción más sana para consumir fruta sin exponernos a fungicidas y otros productos tóxicos. Al ser más caras, podemos pensar dos veces qué variedad coger. Pero hay casos en que no debes dudar. En estas frutas es más necesario que nunca optar por la ecológica.

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BODEGON FRUTAS FRESAS MANZANAS

Las fresas son una de las frutas que pueden llevar más pesticidas.

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Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Uno de los mayores problemas con los que se encuentran los especialistas en nutrición y salud es hacer entender a la población los problemas que suponen los productos que parece que son inocuos y que pueden ser dañinos por acumulación; es decir, solo lo vemos después de varios años de exponernos a ellos. La exposición al sol es un ejemplo. Solo cuando el envejecimiento prematuro de la piel es visible nos lamentamos.

Ocurre algo parecido con los tratamientos a los que se somete a la fruta. Las decenas de pesticidas que su utilizan para protegerla y algunas sustancias que se añaden para que ofrezcan mejor aspecto están en el punto de mira.

No podemos estar seguros del daño real que provocan puesto que hay muchos productos diferentes. Aunque también hay muchos estudios, no todos son concluyentes.

¿Es necesario que la fruta sea ecológica?

Por eso, encontramos pesticidas prohibidos y otros no. Y por eso en el mercado sigue siendo mayoritaria la venta de fruta no ecológica. Su precio es imbatible. Es normal que los compradores, sin grandes conocimientos de química o biología ni prohibiciones claras, opten por la opción más más económica o la que parece más apetecible. Te vamos a dar motivos para que en algunas frutas no tengas dudas y optes por la versión ecológica.

Si hay algo en lo que destaca la Unión Europea es en la seriedad y alta exigencia que pone en el cultivo y recolección de sus productos agrícolas. Las protestas de agricultores son una muestra de hasta qué punto se ven presionados frente a una fruta extranjera que no siempre recibe las mismas exigencias.

Es un debate al que no entraremos, porque la administración de la UE se defiende diciendo que tiene unos controles estrictos en aduanas para garantizar que la fruta importada de fuera no se salte nuestras normas.

¿Y qué dicen estas normas? Pues hay un largo reglamento de qué pesticidas y herbicidas se pueden utilizar y cuáles no. Está basado en lo que hasta ahora se ha podido confirmar con evidencia científica. El problema es que los especialistas no se ponen de acuerdo.

Qué se considera fruta ecológica

Uno de los contaminantes que crea más controversia es el de los productos considerados disruptores endocrinos. Son sustancias que pueden confundirse con hormonas humanas y provocar diversos problemas: infertilidad, alteraciones neurológicas o enfermedades metabólicas, como diabetes u obesidad.

Otro reglamento establece cuándo una fruta se puede comercializar como ecológica. Esta otra fruta debe ser producida sin pesticidas sintéticos, fertilizantes químicos u organismos genéticamente modificados. Los agricultores deben utilizar técnicas de cultivo sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, como la rotación de cultivos y el uso de abonos orgánicos.

Las reconocerás porque esas frutas llevan un sello de certificación ecológica de la UE. Es una hoja verde formada por estrellas sobre un fondo blanco.

Qué frutas tienen especial riesgo

Las frutas en las que más se recomienda la opción ecológica son las que se consumen habitualmente con piel, porque es allí donde se acumulan los productos potencialmente tóxicos. El Grupo de Trabajo Ambiental publicó en 2023 la lista de en qué frutas habían encontrado más compuestos tóxicos.

Fresas en agua

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Fresas: es la fruta en la que se encontraron más, porque su piel es también la más porosa. Por ejemplo, metilbromuro, un fumigante del suelo.

FRESAS MANZANAS

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Manzanas y peras: pueden contener residuos de pesticidas, como el clorpirifos, que es tóxico para las neuronas.

cerezas y frutos rojos

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Cerezas, moras y arándanos: suelen tener residuos de varios tipos de pesticidas, incluyendo fungicidas (contra hongos) y acaricidas (contra bichos).

Uvas

Uvas: se ha encontrado entre otros restos de imidacloprid, un insecticida neocotinoide. Actúa en el sistema nervioso de los insectos. En humanos y animales el riesgo es menor.

melocoton

Melocotones: pueden contener restos de varios pesticidas, incluyendo los organofosforados.

Por qué no basta con pasarles agua

La opción fácil es quitar la piel. Es una tarea larga pero se puede hacer, también en fresas y uvas. Sin embargo, los nutricionistas recomiendan que comamos siempre que podamos la fruta con piel. Te sorprendería saber que hay países donde se come también la piel del plátano o la de la piña y la sandía.

La razón es que en la piel se concentran muchas de sus vitaminas y fibra. La manzana es el caso más evidente. En la piel hay tres veces más vitamina que en la pulpa y un 20% más de calcio. También la piel de la naranja o el limón es muy nutritiva y por eso hay tantas recetas que la utilizan en ralladura.

Para poder limpiar estas y todas las otras frutas mencionadas con piel no basta con pasarles agua si no son ecológicas. En un informe de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición de 2022 se comprobó que no se consigue eliminar todos los tóxicos. Estos grupos encontraron en más del 40% de frutas y verduras restos de más de 200 tipos diferentes de pesticidas, algunas frutas tenían hasta 20 pesticidas distintos.

La solución, por tanto, pasa por optar por las frutas ecológicas o dedicar más tiempo y dinero a su limpieza. Hay productos ecológicos específicos para limpiar fruta y verdura. Aquí hay una polémica.

Si les pasas agua, no basta un chorro. Unos especialistas señalan que para eliminar los pesticidas de frutas como las fresas y las manzanas tienen que estar al menos cinco minutos sumergidas y es conveniente que disuelto haya algún producto específico. Otros apuntan que con el chorro abundante sí es suficiente.

La contaminación no solo son tóxicos directos aplicados a las frutas. También puede haber dioxinas, que son desechos industriales que contaminan el agua y el suelo.

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