Qué verduras deberías comprar ecológicas SÍ o SÍ

La seguridad en la alimentación vuelve a estar en el punto de mira. Desde hace unos años hay ingentes cantidades de plaguicidas en nuestros productos. La industria química ha conseguido encontrar soluciones para el sinfín de plagas que ponían en riesgo los cultivos. El problema es que esta evolución va tan rápido que no hay aún estudios a largo plazo concluyentes de qué repercusión tiene en las personas.

Hay cientos de productos pesticidas: insecticidas (contra insectos), herbicidas (contra plantas invasoras), fungicidas (contra hongos). Los grupos ecologistas insisten en que una parte importante de estos productos potencialmente tóxicos llegan a la mesa.

Un estudio reciente de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria les dio la razón: encontraron pesticidas en un 90,6% de los productos analizados.

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¿Qué riesgo tienen los pesticidas?

Sin embargo, la legislación es clara. Estos productos mayoritariamente se pueden comer. Solo el 1,75% de las frutas y verduras que analizaron eran denunciables porque superaban el límite de residuos que admite la normativa de la Unión Europea.

Como las investigaciones científicas no son concluyentes, la legislación permisiva. Al menos eso es lo que denuncian los ecologistas. No sabemos qué consecuencias tienen a largo plazo que tomemos pesticidas, puesto que son cantidades muy pequeñas. Lo que pasa es que si se ingieren habitualmente, ya no son tan pequeñas.

Entre los peligros que más riesgo supone está que muchos de estos productos son disruptores endocrinos. Esto significa que son sustancias que nuestro organismo puede confundir con hormonas propias y “engañar” al cuerpo. Hay riesgo de provocar infertilidad, diabetes, obesidad, problemas cardiovasculares e incluso alteraciones neurológicas.

Ecologistas en Acción denuncia también que hay pesticidas sobre los que no solo hay sospechas, sino evidencias de su riesgo y que están llegando a nuestra mesa. Se trata de pesticidas que no están autorizados en la UE y aún así han conseguido pasar los controles de importación. Este grupo ecologista denuncia que ha encontrado más de un 30% de pesticidas no autorizados.

En algunos casos, no se trata de un solo pesticida, sino una combinación de varios. Y no hay estudios sobre los riesgos de estas combinaciones, que se supone más alto que cuando es un solo producto.

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Qué verduras tienen más pesticidas

Además, los pesticidas no están por igual en todas las verduras. Algunas, por su cultivo o la porosidad de su piel, son más proclives a conservar restos de pesticidas que otras. En las que nos comemos toda la verdura, sin quitar ninguna capa, el riesgo lógicamente también es mayor.

Según el último informe de 2023 de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, estas son las verduras con las que debemos tener más cuidado:

Pimientos dulces: en los estudios se detectaron 15 plaguicidas diferentes.

Pepinos: en algunas partidas se han encontrado muestras altas de clorothalonil, un fungicida prohibido en la UE desde 2020.

Brócoli: se detectan muestras sobre todo de clorpirifos, un insecticida neurotóxico que podría afectar al desarrollo cerebral.

Lechugas: se detectaron hasta diez plaguicidas diferentes, disruptores endocrinos, y con el riesgo de que es un alimento especialmente permeable.

Espinacas: se han requisado partidas con un alto índice de imidacloprid, un insecticida también neurotóxico en insectos. No hay constancia en humanos, pero es mejor no arriesgar.

Judías verdes: en algunas partidas se en han encontrado cantidades significativas de acefato, un insecticida prohibido en la UE.

¿Qué podemos hacer en estos casos?

La mejor manera de que los productos tengan plenas garantías es que optes por vegetales con la certificación ecológica. En este aspecto la UE es muy estricta. Esta otra fruta debe ser producida sin pesticidas sintéticos, fertilizantes químicos u organismos genéticamente modificados. Los agricultores deben utilizar técnicas de cultivo sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, como la rotación de cultivos y el uso de abonos orgánicos.

Así garantizas que estás cuidando tu salud y la del planeta. Estas medidas suponen que el agricultor corra muchos más riesgos de perder parte o toda la cosecha por alguna de las plagas. Por eso, es normal que el precio sea más caro. También los productos que sí está autorizado a utilizar para defender la cosecha son naturales y más caros.

Si no te puedes permitir comprar todos los vegetales ecológicos, al menos intentan hacer un esfuerzo extra en los que hemos señalado, que son los de mayor riesgo. Si en casa hay niños pequeños o mujeres embarazadas, con mayor motivo, pues ellos son los que más riesgo tienen.

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Cómo hemos de limpiar la verdura

En el caso de que hayas optado por productos no ecológicos, al menos asegúrate de escoger piezas que no hayan sido golpeadas o que no presenten cortes por donde pueda haber entrado más pesticidas en el interior.

Incluso si es una verdura comestible toda ella, como las lechugas y coles, descarta siempre las primeras hojas, que son las que acumulan más sustancias tóxicas.

A la hora de limpiarla, no basta con un poco de agua. Límpiala a conciencia, deshojando y lavando con agua corriente. Las espinacas pondremos las hojas en un colador y las frotaremos mientras las tenemos bajo el chorro de agua.

Hay productos de limpieza específicos biológicos que puedes añadir al agua para eliminar los tóxicos. En estos casos la verdura se ha de dejar cinco minutos sumergida. Sin embargo, no todos los expertos están de acuerdo porque con este método se pueden ir también parte de las vitaminas.

Hay vegetales que suponen menos riesgo. Los grupos ecologistas han señalado que la cebolla, el aguacate, los guisantes, los espárragos y las zanahorias estaban entre los vegetales con menos productos potencialmente tóxicos, según un informe de la organización Environmental Working Group.

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