Cómo lavar las fresas y las manzanas correctamente para eliminar pesticidas y virus

La notificación sanitaria emitida el pasado 4 de marzo acerca de la presencia del virus de la hepatitis A en una muestra de fresas procedentes de Marruecos, ha sido una manera de recordarnos lo importante que es tomar unas medidas mínimas sobre seguridad alimentaria en casa. 

Y es que, la posibilidad (remota o no) de que lleguen a nuestra mesa frutas o verduras contaminadas por un virus está ahí, a lo que se suma el riego que supone el uso de pesticidas en la agricultura para la salud de las personas.

Por todo ello, es importante seguir ciertas pautas higiénicas para reducir al mínimo el riesgo de intoxicación.  

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Cómo lavar las fresas para evitar riesgos 

Nos centramos en primer lugar en las fresas, ya que encabezan la lista elaborada por Environmental Working Group de 2023 de los vegetales contaminados con más pesticidas. A continuación, detallamos a continuación los pasos a tener en cuenta para minimizar los efectos nocivos de la presencia de pesticidas:

1. primero lávalas, después quita las hojitas 

Puede que tengas la costumbre de arrancar las hojitas de las fresas lo primero, y después lavarlas. Pues, según los expertos, el orden debería ser el inverso. Y es que la fresa puede absorber el agua y los contaminantes. Además, el agua, aunque sea limpia, altera su sabor.

Por eso, la próxima vez que compres fresas, lávalas bien y después quita las hojas. Ahora veremos cómo se deberían lavar. 

2. Mejor ponlas en remojo

En lugar de poner las fresas bajo el grifo, los expertos recomiendan sumergirlas. Esto es así porque es una planta muy delicada y la fuerza del chorro del grifo podría deteriorarla. 

De modo que para lavar las fresas correctamente, lo mejor es:

• Llenar un bol con agua templada. Ni fría ni caliente, ya que el agua tibia aumenta su capacidad para limpiar el polvo, los pesticidas y otras sustancias. 
• No dejes las fresas mucho tiempo bajo el agua, ya que de lo contrario, absorberán demasiada agua y perderán su sabor. 
• Escúrrelas completamente en un colador. 
• Por último, sécalas con cuidado con un papel absorbente o un trapo limpio. 

Ten en cuenta que siguiendo estos consejos, reduces el riesgo, pero no lo eliminas al 100%, ya que, la pulpa de las fresas puede haber absorbido parte de los pesticidas utilizados. 

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3. Cómetelas lo antes posible

Las fresas, igual que cualquier otro alimento, no deberían estar demasiado tiempo fuera de la nevera. Lo más recomendable es que desde que las compras en la frutería, hasta que te las comas, pase el mínimo de tiempo posible. 

Lavar y conservar las fresas con agua y vinagre

Seguro que alguna vez has oído que una manera segura de conservar las fresas es añadiendo unas gotitas de vinagre en un recipiente con agua fría y sumergiendo las fresas en él. 

Puedes alargar el tiempo de conservación unos diez días siguiendo estos pasos:

• Lava las fresas que aún no están blanditas y lávalas sin retirar las hojitas. 
• Ponlas en un bol que contenga dos tercios de agua fría y un tercio de vinagre de manzana. Asegúrate de que están perfectamente cubiertas. 
• Déjalas reposar dos minutos, luego enjuágalas cuidadosamente con agua fría. 
• A continuación, sécalas bien con papel de cocina o un trapo limpio. Sobre todo, es importante que queden muy muy secas, ya que si no, se echarían a perder rápidamente. 
• Por último, deja las fresas en un envase sin tapar o una bandeja en la parte de las frutas y verduras del frigorífico. 

¿es necesario LAVAR LAS FRESAS CON LEJÍA?

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) recomienda utilizar la lejía para lavar las frutas y verduras que se van a comer con piel, como es el caso de las fresas. En concreto, señala que se deben dejar cinco minutos en agua y lejía (4,5 ml de lejía por cada tres litros de agua). 

Ahora bien, no se puede usar cualquier lejía, sino una apta para la desinfección de agua de bebida.

¿Cómo lavar las manzanas sin riesgos para la salud?

La fresa no es la única fruta que debería limpiarse con especial cuidado antes de su consumo. Otras, como por ejemplo, la manzana también requiere de unas pautas higiénicas concretas. 

Hemos recogido algunas formas de preparar las manzanas para un consumo seguro:

• Ponlas bajo el agua del grifo. Es la forma más sencilla. Frota la superficie con las manos o un cepillo parar eliminar la suciedad. Este método es el más indicado para los residuos superficiales. 
• Sumérgelas en vinagre blanco. Remoja la manzana en una mezcla de vinagre y agua a partes iguales. Déjala sumergida durante unos minutos y después enjuágala con agua. 
• Aplica una mezcla de agua con bicarbonato. Mezcla una cucharadita de bicarbonato de sodio en un vaso de agua. Sumerge la manzana y frota suavemente la mezcla con un cepillo. Enjuágala con agua y sécala cuidadosamente después. 
• Sumerge la manzana en agua con limón. Añade el zumo de medio limón a un recipiente con agua. Remoja la manzana con la mezcla durante unos minutos. Sácala y asegúrate de que queda bien seca.